miércoles, 31 de marzo de 2021

“¿Dónde está nuestro pan?” Las mujeres que no pudieron ser derrotadas

 NUEVAREVOLUCION.ES       

Aurora Suárez y otras mujeres mineras, en la línea de baldes, en Almagarinos

“Un silencio solo roto por las voces de los más pequeños pidiendo un trozo de pan que llevarse a la boca. Simplemente un trozo de pan. Ese era el menú diario en muchos hogares, una rebanada de pan con escabeche, con sardinas o con tocino. Pero nada de lo prometido llegaba. En las despensas solo había espacio para el lamento. En las estanterías, una cartilla de racionamiento que de nada servía.”

Este es uno de los desgarradores fragmentos del libro de Abel Aparicio, “¿Dónde está nuestro pan?”, donde, con una prosa fluida y dramática, recorre los escenarios de los tiempos en los que la represión franquista, esa represión que golpeó con fuerza durante todo el régimen a las clases trabajadoras, no dudó en utilizar todas sus armas para someterlas, con sueldos de miseria, en las fábricas y en las minas, con los uniformes verdes de la guardia civil y las sotanas negras de los curas, con la depuración, la muerte y el exilio de miles de profesores e intelectuales, y, por si esto fuera poco, también con el hambre. Esa España de las cartillas de razonamiento, de los maquis resistiendo en la montaña, de las heroicas mujeres que desafiaban a la dictadura pidiendo pan para sus hijos, o que lo procuraban trabajando en las minas, aparece muy bien reflejado en los tres relatos que forman este libro, que el escritor fue fraguando a ritmo de pedal. Fue su pasión por la bicicleta de montaña la que lo llevó a descubrir el Valle de Tremor, y otros lugares de las comarcas de la Cepeda y el Bierzo, donde escuchó las historias que le fueron dictando las montañas y los pequeños pueblos dónde, durante demasiado tiempo, todo fue hambre y silencio (...)

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OTRA COSA:  Para destruir una democracia ya no hace falta un ejercito dando golpes de Estado, es suficiente con jueces corruptos, periodistas corruptos y una derecha atemorizada por la ultraderecha, de Lucio Martinez Pereda


Soukaina, menor, migrante y sola en España: "El día que me fui sentí mucho miedo"

 

Personas tras las cifras y los bulos de la extrema derecha (que también se creen muchas personas de izquierda).  


RTVE.ES   

  EBBABA HAMEIDA  

  • Soukaina, de origen marroqui, participa en el programa de integración 'Superchica' de Save the Children
  • "No sabía que mi hijo estaba en un barco para marcharse a Europa", relata Awa, madre de un chico migrante
  • “Pro-ble-ma". Soukaina se detiene en cada sílaba al pronunciar esta palabra. Acaba de cumplir 17 años, nació en un pequeño pueblo en el norte de Marruecos y en agosto de 2020 decidió enfrentarse a su destino impuesto. Pese a su edad, decidió abandonar su casa y huir en búsqueda de un futuro y una vida mejor. "El día que me fui sentí mucho miedo", reconoce, pero ya no podía volver.

    Hace muchos años, su madre decidió volver con los abuelos de Soukaina, dejándola a ella y a su hermano Ousama con su padre. Casi no tiene recuerdo de ella. “Mi padre se casó con otra mujer. Y cuando yo terminé sexto de primaria me obligó a quedarme en casa. No me dejaba estudiar, ni salir, tenía que quedarme encerrada a la espera del día de mi boda”, cuenta a RTVE.es desde el Centro Asistencia de Melilla, conocido en la ciudad autónoma como La gota de leche. Actualmente, convive en esas instalaciones con con otros 130 menores, la mayoría varones.

  • Andalucía, Cataluña, Canarias y Melilla son los puntos donde se registra el mayor número de menores extranjeros no acompañados. Durante la primera mitad de 2020, llegaron a España 10.218 menores migrantes, según el Ministerio del Interior, de los que al menos el 10% viajó a Melilla (..)

martes, 30 de marzo de 2021

Hijas de la Anarquía. La tradición de los nombres libertarios

 ELSALTODIARIO.COM    Chema Álvarez Rodríguez    9 FEB 2021

Semblanza anárquica de algunos nombres, hijos del tiempo rebelde en el que éstos también eran anunciadores de un mundo nuevo.
Hijas de la Anarquía. La tradición de los nombres libertarios

(...) Floreal es el octavo mes del calendario republicano francés, el segundo mes de la primavera, entre Germinal y Pradial. María Bruguera y Francisco Torrado le pusieron ese nombre al hijo que engendraron y tuvieron en los campos jerezanos. Floreal. Como anarquistas practicantes que eran, cuya vida e ideas iban más allá de su acción política, apelaron con este nombre a la protección de la Naturaleza, de las flores que se abren entre abril y mayo, sustrayendo así a la Iglesia el poder omnímodo que siempre había demostrado tener a través de la imposición de nombres cristianos.

Esta práctica, la de poner nombres no cristianos ni religiosos a los hijos e hijas, fue una costumbre entre las familias de anarquistas principalmente, si bien otros muchos militantes de izquierda (comunistas, socialistas, republicanos…) también la ejercieron como un signo de anticlericalismo y de inicio de un mundo nuevo.

(...) Ya El Condenado, periódico colectivista, defensor de La Internacional, en su edición del domingo 20 de abril de 1873, reproducía el acta de una sesión celebrada por internacionalistas en la noche del 26 de febrero de 1873 en Sanlúcar de Barrameda, en la que dos de los miembros presentaban a la Asociación a sus hijos nacidos el día 1 anterior, con el fin de que esta les diera nombres, “con que se han de diferenciar entre los demás”, resultando como acuerdo de la Asociación llamar al hijo de Antonio Aguilar y de Francisca Fernández “Paso al Progreso Humano”, y a la hija de Agustín González y Encarnación Morantes “Europa Anárquica”.

La prensa anarquista de finales del siglo XIX y de principios del XX ofrece testimonio abundante de los nombres anarquistas y de las ceremonias que los acompañaban, sin dejar de mencionar las reacciones que suscitaban en los poderes de la época, tanto estatales o municipales, como los eclesiásticos. Por no hablar de “las buenas gentes” (...)


Los irreductibles y su actuación en las invasiones pirenaicas

ELSALTODIARIO.COM

 Imanol     14 DIC 2020    Mikel Tar Orrantia Diez

Los irreductibles y su actuación en las invasiones pirenaicas

Tercera parte de la serie Irreductibles. Hoy nos centramos en las personas que participaron a finales de 1944 en las llamadas invasiones pirenaicas, que desembocaron finalmente en el Valle de Arán.

Los irreductibles y su actuación en las invasiones pirenaicas
























  


(...) El resultado fue el que todas y todos podéis imaginar, el fracaso. Desde primeros de octubre empezaron las infiltraciones a lo largo del Pirineo, tratando de dispersar al grueso de las fuerzas franquistas. El ataque  principal se desarrolló a partir del día 19, ya centrado en el valle de Arán. Pocos días después, el jefe militar de la invasión, López Tovar, ordeno la retirada de las unidades guerrilleras ante el fracaso de la toma de Viella y la llegada masiva hacia el valle de fuerzas franquistas. Santiago Carrillo se otorgó después la toma de dicha orden.

Una vez explicada someramente la intentona de invasión, voy con el listado de anarquistas que participaron en ella, habiendo luchado antes tanto en la guerra civil como en la resistencia.

Estos son los irreductibles de hoy:

José Abad “el Maño”, durante la guerra civil combatió como miliciano en el frente de Aragón, durante la resistencia en el maquis de Picaussel, para posteriormente participar en las invasiones pirenaicas, aunque desconozco la unidad.

Jesús Aragüés García luchó con las unidades confederales durante la contienda civil, pasó a Francia donde combatió en el maquis Bager dÁrudy de los Bajos Pirineos, y las invasiones pirenaicas las hizo integrado en la 570 Brigada que entró por Ordiceto.

Martín Arnal Mur, de Angüés, realizó el final de la contienda pese a su juventud en un grupo de fortificaciones y trincheras. Durante la 2ª Guerra Mundial estuvo integrado en el Grupo 11, que operaba en la zona de los Altos Pirineos, las posteriores invasiones a partir de octubre del 44 las realizo como guía en la zona del alto Aragón. Entre otras, pasó a la 570 Brigada. (...)