martes, 31 de diciembre de 2024

Hay "claras señales" de que Israel está llevando a cabo una limpieza étnica en Gaza, denuncia Médicos Sin Fronteras

Nuestras observaciones directas de la catástrofe médica y humanitaria infligida a Gaza son consistentes con las descripciones ... de expertos legales y organizaciones que concluyen que se está produciendo un genocidio”, afirmó el grupo, el segundo en una semana en condenar la conducta de Israel.


Palestinian women mourn at the morgue of Nasser Hospital following Israeli attacks in Khan Younis, southern Gaza on Dec. 18, 2024.Abed Rahim Khatib / Anadolu via Getty Images


Hay “claros indicios de limpieza étnica” por parte de Israel en su guerra en Gaza, de acuerdo con un nuevo informe de Médicos Sin Fronteras, que se convirtió en el segundo grupo en una semana en condenar la conducta del país en el enclave palestino.

“Nuestras observaciones directas de la catástrofe médica y humanitaria infligida a Gaza son consistentes con las descripciones proporcionadas por un número cada vez mayor de expertos legales y organizaciones que concluyen que se está produciendo un genocidio en Gaza”, afirmó el grupo de ayuda, también conocido como Médicos Sin Fronteras (MSF), en el informe publicado el jueves.

“En el norte de la Franja, en particular, la reciente ofensiva militar es una clara ilustración de la brutal guerra que las fuerzas israelíes están librando en Gaza, y estamos presenciando claros signos de limpieza étnica a medida que se van eliminando vidas palestinas de la zona”, dijo.

“Si bien no tenemos autoridad legal para establecer las intenciones [de Israel], las señales de limpieza étnica y la devastación en curso, incluidos asesinatos en masa, graves lesiones físicas y mentales, desplazamientos forzados y condiciones de vida imposibles para los palestinos bajo asedio y bombardeo, son innegables”, agregó el informe.

NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, ha pedido a las fuerzas de Defensa de Israel comentarios sobre el reporte. Estas han rechazado firmemente las acusaciones de genocidio y limpieza étnica en el pasado, al tiempo que insiste en que hace todo lo posible para limitar la pérdida de vidas humanas.

En un informe separado publicado también el jueves, Human Rights Watch acusó a las autoridades israelíes de privar intencionalmente a los palestinos de Gaza de acceso al agua potable y saneamiento.

“El agua es esencial para la vida humana, pero durante más de un año el Gobierno israelí ha negado deliberadamente a los palestinos de Gaza el mínimo indispensable para sobrevivir”, afirmó Tirana Hassan, directora ejecutiva del grupo, en una declaración publicada junto con el informe “Exterminio y actos de genocidio: Israel priva deliberadamente de agua a los palestinos de Gaza”.

“No se trata de una simple negligencia, sino de una política calculada de privaciones que ha provocado la muerte de miles de personas”, añadió.

Un vocero de las FDI dijo que “rechaza firmemente las acusaciones de que ha atacado deliberadamente la infraestructura hídrica de la Franja de Gaza”, y añadió que sus ataques en el enclave se llevan a cabo de conformidad con el derecho internacional y con “todos los esfuerzos posibles… para mitigar el daño a los civiles”.

El vocero añadió que el ejército estaba trabajando para reactivar una planta de desalinización en la ciudad de Khan Younis, en el sur de Gaza, entre otros proyectos que incluyen la reparación de tuberías dañadas.

[Biden advierte sobre el peligro de “una guerra a escala total” en Medio Oriente en su discurso ante la Asamblea de la ONU]

Pero los informes se suman a un coro de críticas de los grupos de ayuda y de derechos humanos. Amnistía Internacional se convirtió en el primer grupo importante sin fines de lucro en acusar a Israel de actos de genocidio en la Franja de Gaza en un informe este mes, haciendo eco de afirmaciones similares de numerosas agencias de las Naciones Unidas.

En ese momento, un portavoz de las FDI calificó las afirmaciones de Amnistía como “totalmente infundadas”.

Aunque los crímenes de guerra como el genocidio son designaciones legales que normalmente haría un juez, las acusaciones de las organizaciones benéficas harán poco para disipar los cargos ya presentados contra el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra Netanyahu por crímenes contra la humanidad, junto con Yoav Gallant, su exministro de defensa, así como el jefe militar de Hamas, Mohammed Deif. Israel dijo que mató a Deif, el jefe de las Brigadas Qassam, en agosto.

Israel expresó descontento antea las órdenes de arresto, y la oficina de Netanyahu las calificó de "antisemitas" y rechazó los cargos como "absurdos y falsos". Oren Marmorstein, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, dijo a NBC News el domingo que Israel había presentado una apelación a las órdenes de arresto de la CPI.

La guerra en Gaza ha durado 14 meses y, según funcionarios locales, más de 45,000 personas han muerto en la campaña militar de Israel en el enclave. Las fuerzas israelíes entraron en Gaza en respuesta al ataque terrorista del 7 de octubre de 2023, en el que murieron alrededor de 1,200 israelíes y alrededor de 250 fueron tomadas como rehenes, según recuentos israelíes.

Cerca de 100 rehenes siguen en manos de Hamas y otros grupos militantes, aunque se cree que un tercio ha muerto.

Si bien Israel ha justificado durante mucho tiempo el número de muertos y los altos niveles de destrucción en Gaza en el contexto de su guerra contra la milicia apoyada por Irán, parece haber una respuesta limitada de Hamas en grandes partes de Gaza, incluso mientras su campaña continúa, según Andreas Krieg, profesor titular de la escuela de estudios de seguridad del King’s College de Londres.

“Sin duda, en una parte de la Franja de Gaza en el norte, estoy de acuerdo con la observación de que la intención ya no es luchar contra Hamas porque de todos modos ya no queda mucha resistencia, sino la intención de realizar una limpieza étnica y privar a la población local de su medio de vida, que es el agua y la electricidad, lo que luego tiene el efecto de matar intencionalmente a la gente”, dijo Krieg.

El ejército israelí ha insistido en que hace todo lo posible para limitar la pérdida de vidas humanas. Pero muchas de sus acciones en Gaza serían "permisibles, aceptables bajo cualquier circunstancia dentro de un ejército occidental", señaló Krieg a NBC News el viernes, añadiendo que era importante hacer la distinción legal entre genocidio y actos de genocidio.

"Siempre pensamos en el genocidio como una especie de estrategia coherente, como en Ruanda, por ejemplo, donde el gobierno estaba claramente dando permiso a la gente para matar a un grupo particular de personas, y luego se orquestó más o menos con supervisión central", dijo. "Evidentemente, ese no es el caso aquí, pero el hecho es que las FDI han tenido un entorno extremadamente permisivo".

Ilustración del día: La sombra de muerte de Israel es alargada Por Pedripol

 

Por Pedripol


El documental que muestra la “limpieza étnica” de Israel: “Para mucha gente una vida israelí vale más que una palestina”

 Javier Zurro   20 de diciembre de 2024

Un colectivo palestino-israelí de cuatro periodistas muestra en No Other Land la destrucción de Cisjordania a manos de soldados israelíes. El documental se encuentra entre los finalistas al OscarEl documental que Netanyahu no quiere que veas y que vincula su corrupción a la masacre en Gaza Basel Adra entra tarde en la videollamada programada para hablar sobre No Other Land, el sobrecogedor documental que ha rodado junto a Yuval Abraham sobre c mo el ej rcito israel ha destruido sin piedad su aldea en Masafer Yatta (Cisjordania) argumentando que es una zona que necesitan para entrenamiento militar. Est siendo un d a duro, ahora os lo contar l , dice la persona que organiza las entrevistas online con motivo del estreno del documental en Filmin. A los pocos minutos aparecen en la pantalla Basel Adra y Yuval Abraham, cada uno conectado desde su pantalla. Adra explica que el ej rcito israel acaba de tirar abajo la casa de otro de los codirectores del documental (Hamdan Ballal). A pesar de ello acepta continuar con la entrevista. 





Ambos, Basel y Yuval, ofrecen en No Other Land un retrato a pie de barro de las tareas del ejército para echar abajo cada pueblo palestino. Su cámara capta los derribos, la violencia, la desesperacion, los disparos y los arrestos clandestinos. Como lo definió tras ganar el premio del cine europeo al Mejor documental, una limpieza étnica que sigue quedando impune. Se conocieron hace cinco años, y la peculiaridad de su relación es que Basel Adra es palestino mientras que Masafer Yatta es israelí Su compromiso por la situación de los pueblos palestinos les hizo coincidir documentando todo, y el resultado es el documental más importante y doloroso del año. Uno que confiesan que no sabían cuándo debían terminarlo porque todo sigue igual. Hoy los colonos han invadido la casa de Hamdan, as que todo esto sigue en marcha. Tuvimos que terminar una película que no tiene final. Cuando las cosas se volvieron tan violentas, de una manera que nunca antes lo habían sido, decidimos que si no actuábamos y no publicábamos la película, la mayoría de los pueblos ya estarían destruidos por el ejército y los colonos cuando lo hiciéramos, cuenta Adra. 

Aunque No Other Land también muestre la amistad entre ambos, un palestino y un israelí, Basel Adra pide que la gente no se confunda, porque lo que quieren mostrar es la realidad. No es el objetivo mostrarle a la gente que podemos ser amigos. Queríamos enseñar cómo es la vida para un palestino y un israelí que vive en esta tierra. Enseñárselo especialmente a aquellos que niegan que ocurran este tipo de cosas que pueden ver con sus propios ojos en No Other Land. Cualquier israelí puede viajar, ir y venir y conducir por donde quiera, pero yo no puedo hacerlo debido a las políticas y las leyes que se nos imponen aquí como palestinos, dice Basel Adra. 

Para Yuval Abraham fue fundamental aprender árabe, fue lo que le permitió hablar directamente con la gente palestina y hay mucha diferencia en aprender sobre Palestina a través de ellos en vez de  a través de intermediarios. En los medios tradicionales de Israel solo se muestra a los palestinos como una amenaza a la seguridad. Cuando hablas árabe, y no lo usas solo para espiarlos o interrogarlos, que es para lo que lo usan la mayoría de israelíes que lo hablan, hay un gran cambio porque hablas con las personas que no te muestran las noticias y te das cuenta de lo similares que somos todos. El idioma para mí fue un cambio político que me hizo mucho más crítico con lo que estaba sucediendo, explica.

 En el documental se le ve intentando romper los prejuicios de los israelíes en los medios, explicando lo que está ocurriendo aunque nada cambie. Siendo testigo de la impunidad de su país. Una impunidad que considera que está provocada por dos motivos: Los intereses geopolíticos de EEUU en la región y la forma en que ven a Israel como un actor clave en el ejercicio de su influencia en su lucha contra Rusia y China. Además est´sn los diferentes lobbies, que están ejerciendo mucha presión en EEUU. Los políticos saben que si adoptan un tipo diferente de postura, pagarán un precio políticamente. A eso hay que sumar el racismo. Creo que no se puede negar que para muchas personas las vidas palestinas no valen tanto como las vidas israelíes. La ocupación ilegal debería terminar si los países que apoyan a Israel con armas y dinero, tomaran medidos para aplicar la sentencia del CIJ y lograr el alto el fuego y el fin del genocidio, Yuval Abraham — Periodista y cineasta.  

Ese racismo cree que es evidente cuando se analiza la diferencia entre las muestras de solidaridad que, con razón, el mundo expresó hacia Israel tras los ataques del 7 de octubre, y las que han mostrado después con Palestina, donde el número de niños y civiles muertos desde el 7 de octubre es mucho mayor. Es horrible y es un crimen, pero ves el racismo en cómo para muchas personas es más fácil empatizar con gente que consideran parte de la comunidad occidental que con personas que de alguna manera consideran menos humanas, ya que les resulta más fácil aceptar sus muertes, zanja y apunta a otro problema, la falta de oposición a Netanyahu en cuanto a políticas hacia Palestina se refiere. 

Por ello cree que no hay esperanza de cambio , más bien un consenso político de que la ocupación continuará. No Other Land recorre muchos años en la ocupación israelí en esta aldea. Entre todos los momentos destaca la visita de Tony Blair cuando era primer ministro británico. Los cineastas muestran que cuando la comunidad internacional actúa puede haber cambios. Por eso los cineastas creen que la ocupación ilegal, como dictaminó el Tribunal Internacional de Justicia, debería terminar si los países que apoyan a Israel con armas y dinero tomaran medidas para aplicar esta sentencia y lograr el alto el fuego y el fin del genocidio, pero desafortunadamente no lo hacen . Un tanque apunta a una aldea de Cisjordania en No Other Land Still 

Para ellos las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para ayudar a la narrativa palestina, llegando a ser algo parecido a un medio de comunicación para los palestinos con el resto del mundo. Siempre se han contado las cosas de forma tendenciosa, especialmente por parte de los principales medios occidentales. Las redes sociales han hecho que muchas de las pruebas y los crímenes que se cometen se filmen y se compartan. No s cu nto ha ayudado, pero al menos para la opinión mundial sí que lo ha hecho, aunque no se tomen medidas para detener los crímenes que realmente se estan cometiendo contra los palestinos , añade Basel Adra. 

El documental acaba de pasar el primer corte para llegar a los Oscar, triunf como mejor documental en la Berlinale y ha ganado numerosos premios de la crítica de EEUU. Sin embargo, poca alegría traen los premios cuando tienen que lidiar con la realidad, con ver cómo los colonos se están expandiendo en sus tierras tal como muestra su filme. Espera que su filme llame a la gente a la unión y la lucha, pero no esconden su tristeza en unos momentos que consideran muy duros y ante los que tratan de buscar algo de esperanza para creer en el cambio .Read on the original site

lunes, 30 de diciembre de 2024

CTXT. Charla magistral del magistrado Eloy Velasco, de Gerardo Tecé

Gerardo Tecé 25/11/2024

No es asumible tener que tragarnos el olor a rancio, clasismo y machismo que sale de las bocas de estos ‘hooligans’ con toga cuando se relajan

Eloy Velasco. / YouTube (Europa Press)


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Lo peor del golpe de Estado judicial que sufre España no es el bochorno institucional permanente. Podemos aceptar que exista un ejército de jueces dispuesto a estirar sin disimulo los más ridículos casos construidos sin pruebas para castigar a los políticos rojeras en las portadas de los periódicos. Asumimos con cierta naturalidad que cualquier juez considerará una chiquillada que un grupo neonazi agreda a la policía o a un presidente del Gobierno, mientras castigarán con cárcel y penas de terrorismo letras de canciones o peleas en un bar si suceden en Navarra o Euskadi. A estas alturas, en las que no esperamos ya que España se proclame campeona del mundo de democracia, no va a suponernos ningún sobresalto que el novio de la lideresa de la derecha se destape como un mangante y eso provoque la inmediata imputación del fiscal que lo investiga. No nos sorprende que haya jueces dispuestos a imputar sin pruebas a cualquier político de izquierdas al tiempo que no son capaces de desvelar quién cojones puede ser ese tal Eme Punto Rajoy del que hablan las pruebas documentales.

Es parte del día a día que la Justicia española permita que sus miembros más descarados en el noble arte de la prevaricación humedezcan sus togas inventándose fantasiosos casos de terrorismo contra líderes catalanes o se salten las leyes procesales para poder colarse en la cama de matrimonio de un presidente del Gobierno al que odian. Vivimos con cierta naturalidad que jueces con el mandato caducado prohíban votaciones en el Congreso para intentar perpetuarse en el cargo, que se manifiesten a las puertas de los juzgados contra leyes que aún no han sido redactadas, que suelten a violadores para desestabilizar al Gobierno o que decidan que no van a cumplir la legislación aprobada por el Poder Legislativo. De verdad que podemos aceptar sin quejarnos demasiado el hecho de tener una Justicia de tercera división formada por hooligans que un día soñaron con ser presidentes de algo y que, en lugar de valorar un oficio tan noble como el de juez, mitigan su frustración defecando diariamente sobre el prestigio de sus propios tribunales. Todo eso es asumible, llevable e incluso aceptable, pero no lo es tener que tragarnos el olor a ranciedad, clasismo y machismo que sale de sus bocas cuando estos hooligans con toga se relajan.

Estaba relajado el magistrado de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en una conferencia ante abogados, juristas y directivos de empresas. Tan relajado que, frente a un público que por algún motivo había pagado entre 300 y 400 euros por escucharle hablar de Justicia, el tipo decidió hacer política como si estuviera en su despacho de la Audiencia Nacional a puerta cerrada. El actual Gobierno, dijo este juez independiente y brillante conferenciante, es de dudosa legitimidad, ya que los partidos que lo conforman no ganaron las elecciones. Una reflexión que provocó cierta inquietud en uno de los asistentes al evento que en su época de instituto aprobó las matemáticas y recientemente leyó en un foro de internet que en España se gobierna mediante sumas parlamentarias. No se atrevió, sin embargo, a levantar la mano y preguntar si le podrían devolver el dinero al no tener claro hasta dónde llega exactamente la jurisdicción de la Audiencia Nacional. Tras apuntarse a la tesis de la dictadura socialcomunista que sufre nuestra querida España, el magistrado Eloy Velasco decidió relajarse aún más y dar rienda suelta a la consiguiente halitosis ideológica, escupiendo desprecios hacia la exministra Irene Montero. Ministra de Igualdad, mujer, joven y de izquierdas. Lo tenía todo para creer, pobrecilla, que ser ministra del Gobierno de España le daba derecho a promover políticas públicas. Nos intentó explicar a nosotros, los jueces, qué es el consentimiento; a nosotros que llevamos desde el derecho romano sabiéndolo, dijo un juez Velasco que no es ni machista ni feminista, sino romano empadronado en pleno centro de Roma.

Tras pedir un receso para que le sirvieran vermú, aceitunas y palillo de dientes, el juez sacó un rato para lanzar chascarrillos contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno a la que este encargado de impartir Justicia con garantías criticó por haber ejercido su legítimo derecho a no declarar. En su defensa hay que decir que Eloy Velasco demostró una inmensa elegancia y saber estar al no llamarla Begoño. Chapeau. Y tras Begoña Gómez, porque las obsesiones de estos servidores públicos nunca viajan solas, de nuevo Irene Montero. Quizá quien más daño hizo a la Justicia insinuando que estaba repleta de machistas y de clasistas. Una mujer que nos intentó explicar a nosotros, jueces hombres hechos y derechos, no sólo qué era el consentimiento, sino también “mil cosas más que nunca aprenderá desde su cajero de Mercadona”. Los jueces del mañana, asistentes a la brillante conferencia, deben tomar buena nota y, sobre todo, agradecer que miembros destacados de la Justicia española como Eloy Velasco se esmeren en desmentir la existencia de esas trazas de machismo y clasismo denunciadas por Irene Montero. En dejar claro que estamos en buenas manos.

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OTRA COSA:  CTXT. América Latina desde dentro, por Emiliano Gullo y Paula 'Poli' Sabatés

Federico Mayor Zaragoza: todo lo dijo antes

 eldiario     Rosa María Artal  20/12/2024

No ha habido empeño de trascendencia en el que no se haya involucrado. No perdía la confianza en esa lucha. Aseguraba y él era un ejemplo que en todas las épocas y todos los momentos, incluso los más desesperanzadores, ha habido y hay personas que han hecho realidad las utopías. 


Me cuesta elegir una sola idea destacada para empezar a hablar de Federico Mayor Zaragoza. Acaba de fallecer a los 90 años. y pocas personas los viven tan nutridos de resultados, tan plenos de inteligencia y compromiso por la paz, la justicia, la solidaridad, la tolerancia. Quizás el mejor resumen para el hoy es lo que decía con pasión: No tengáis miedo, invocando la Declaración Universal de los Derechos Humanos que as cita la frase en el preámbulo. Mayor Zaragoza decía que esa Declaración se promulgó precisamente para liberar a la Humanidad del miedo. Es doblemente oportuno afirmarlo ahora, en estos tiempos en los que renacen todos los fantasmas del fascismo. Y es que Federico Mayor Zaragoza lo dijo todo antes. No ha habido empeño de trascendencia en el que no se haya involucrado. La Fundación Cultura de Paz, creada en el año 2000 marca su figura y su ideario, primando el rechazo a la violencia en todas sus formas. No dejó de denunciar el gasto en armamento confrontando ese despilfarro con la pobreza sin atender. Se gastan 4.000 millones de dólares diarios en armamento mientras tantos se mueren de hambre, repetía una y otra vez. Estaba contra la masacre de los palestinos a manos de Israel y denunciando la pasividad de la UE. Pedía la búsqueda de soluciones a la guerra de Ucrania.  Ha sido un permanente defensor de los derechos de la mujer. De la información veraz y contrastada. Y alertó a los primeros síntomas sobre la implosión de la sociedad del espectáculo que empezaba a pudrirla. Estudió farmacia y fue Catedrático de bioquímica en la Universidad de Granada. Cofundador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, con ese otro portento español. De centro dicen o más bien un espíritu libre y muy progresista, usó sus pocos cargos políticos en España para, por ejemplo, poner en marcha la determinación de enfermedades y malformaciones en el feto humano a través del examen del líquido amniótico, que detecta desde entonces el síndrome de Down. Una innovación trascendental en su momento. Como Director General de la UNESCO ha sido el español que ha ostentando uno de los cargos de mayor relevancia internacional. Le conocí de trámite, en la sede de París, en 1985, cuando todavía era subdirector del organismo. Fue la primera vez que Estados Unidos -los de Ronald Regan- retiraban los fondos para la UNESCO, demasiado avanzada para sus postulados: en Educación, Ciencia y Cultura que son los objetivos de esta organización de Naciones Unidas. Hicimos por ello un reportaje de Informe Semanal (TVE). Pero fue mucho más tarde, a finales de 2010, cuando coincidimos para leer juntos un manifiesto contra la pobreza. En las largas paradas previas de la manifestación hablamos mucho. De el mundo comenzaba a bullir en las primaveras árabes. De aquel libro de su amigo, Stephan Hessel, Indignaos, que arrasaba de éxito en una Francia envuelta en deseos de cambio. España precisa muchas más indignaciones, concluímos, y de ahí surgió Reacciona (Aguilar 2011) que fue el ensayo español más vendido ese año y que tuvo una gran influencia en el 15M. Echar la vista atrás da vértigo, lo que quedó de aquel intento mundial por un orden social más justo y más avanzado que ha derivado en esto que vivimos. Si Hessel levantara la cabeza. Y tantos otros. Federico no perdía la confianza en el valor de la lucha por esas batallas que merecen la pena. Lo ha repetido, y practicado a lo largo de toda su vida. En acciones concretas, en artículos y más libros. Aseguraba y él era un ejemplo que en todas las pocas y todos los momentos, incluso los más desesperanzadores, ha habido y hay personas que han hecho realidad las utopías. En el grado que sea. Personaje de la intelectualidad internacional sin duda, del progresismo, en su libro de sugestivo título Recuerdos para el porvenir contaba muchos detalles de los amigos valiosos que había cosechado. Primera línea absoluta. Recordemos que colaboró con Gorvachov para la puesta en práctica de la perestroika y la glasnost. Presidió para ello el Foro de Issyk-Kul que estaba integrado por una docena de personas representantes de todos los continentes, del calibre de Arthur Miller, Alvin Toffler, Alexander King, Claude Simon, James Baldwin o Zulfu Livanelly. De Nelson Mandela aprendi, decía, el valor de la reconciliación. De Mijail Gorbachov, la imaginación. De Rigoberta Mench o M Bow (el director general de la UNESCO que le precedió ), la existencia y defensa de los Derechos Humanos Universales. De Mario Soares, la visión global. De Arafat, Simon Peres e Isaac Rabin que la paz es posible. De José Luis Sampedro y St phane Hessel, la implicación, el compromiso. El mismo que tuvo siempre Mayor Zaragoza. Todas esas personas existieron y existen para brindar su ejemplo. Es brutal el contraste con la sordidez y la mediocridad de buena parte de quienes afloran a las portadas del hoy. La vida es cíclica. Es cierto que a la menor dejadez, resurge la involución. Pero también que tarde o temprano se abren paso quienes aportan luz y argumentos. coraje y constancia. Conocer a Mayor Zaragoza ha sido un privilegio y lo sigue siendo por cuanto deja dicho y hecho, por su cercanía y su calidez inolvidables: Yo soy creyente del amor, de la solidaridad, no soy creyente de la amenaza del fuego eterno, de la eterna amenaza del poder. Sí, sus recuerdos eran también para el porvenir. Lo inesperado es nuestra esperanza , repetía. Así ha sido a lo largo de la historia. Veremos si ocurre una vez más.

domingo, 29 de diciembre de 2024

CTXT. 25 DE NOVIEMBRE El síntoma del tendedero, de Paula Ruiz / Érika Bejerano

 Paula Ruiz / Érika Bejerano 25/11/2024

Detrás de los chistes están los datos, y detrás de los datos, están nuestras vidas. El 67,1% de los votantes del PP y el 83,1% de los de Vox creen que las diferencias entre géneros son pequeñas o casi inexistentes

Manifestación en Madrid en noviembre de 2018. / Manolo Finish

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Hace poco, José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, comentó en tono jocoso y en prime time que, para sorprender a su mujer, había recogido el tendedero. Muchas nos llevamos las manos a la cabeza ante esta afirmación, que no es más que la demostración de la persistencia del machismo, aunque este no sea agresivo o violento. Mientras tanto, otros muchos pensaron que estábamos exagerando y dando “demasiada importancia” a un chiste. 

No es de extrañar que piensen que exageramos, pues según los datos de la última encuesta publicada de la European Social Survey (ESS), un 30% de los españoles consideran que las mujeres nos ofendemos con facilidad en la mayoría de las ocasiones, y –por suerte para el alcalde popular– este porcentaje se eleva hasta el 37,6% en el caso de los votantes del PP, aunque son los electores de Vox aquellos que más concuerdan con esta afirmación: casi la mitad creen que las mujeres nos ofendemos fácilmente.

Pero, ¿cómo no van a pensar qué nos ofendemos con facilidad, si, según ellos, ya no existen desigualdades entre hombres y mujeres? De acuerdo con la encuesta del CIS “Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres” del 2023, casi la mitad de los hombres creen que las diferencias entre géneros son pequeñas o casi inexistentes. Este porcentaje asciende en el caso de los hombres de derecha, y llega hasta el 67,1% entre los votantes del PP y al 83,1% entre los de Vox. 

La realidad es que tenemos todavía razones de sobra para indignarnos frente a situaciones que se han normalizado, o para no reírnos ante chistes que perpetúan desigualdades estructurales.

En este 25 de noviembre –Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres– no podemos ignorar la máxima expresión de esta desigualdad: desde 2003 (cuando se empezaron a contabilizar los feminicidios) más de 1.200 mujeres han sido asesinadas por violencia machista en España. En lo que va de 2024, el número supera las 40 víctimas. Sin embargo, la violencia no se detiene ahí: cada día, en nuestro país, se denuncian una media de 14 violaciones y 55 agresiones sexuales sin penetración. Ante estos datos, no sorprende que una de cada cuatro mujeres en España afirme sentirse insegura al caminar por la calle una vez que oscurece (ESS). Esto contrasta enormemente con la percepción de los hombres, sólo un 7% declara sentirse inseguro. Esta es solo la parte más visible y extrema de una realidad mucho más compleja que repasamos en tres ámbitos clave: privado, laboral y político.

En la esfera privada las mujeres no solo somos percibidas, sino que también nos definimos a menudo a través de valores como la empatía, la sensibilidad o la compasión, tradicionalmente asociados a lo femenino. Según los datos de la ESS, el 67% de las mujeres se consideran muy sensibles a las necesidades de los demás, 17 puntos más que los hombres. Además, el 76,7% afirma actuar con compasión hacia otros, superando en 10 puntos a ellos. 

Esta autoimagen no solo refleja un sesgo cultural que perpetúa la asociación de estos valores con las mujeres, sino que también expone una realidad: seguimos siendo quienes cargamos, de manera invisible y a menudo no reconocida, con la responsabilidad emocional en nuestras relaciones. Ser “las que cuidan” no es solo un rasgo personal, sino una expectativa social que perpetúa desigualdades y refuerza roles de género que limitan nuestra libertad y nuestro tiempo.

En la esfera laboral, casi dos de cada tres mujeres consideran que son tratadas de manera menos justa en cuanto a contratación, aumentos o ascensos en el trabajo. En contraste, este porcentaje disminuye considerablemente entre los hombres, de los cuales casi la mitad cree que esta discriminación no existe. Esta discrepancia se refleja también en sus experiencias personales: mientras un 21,9% de las mujeres afirma haber sido discriminada al solicitar un aumento salarial o un ascenso, solo un 4,3% de los hombres reporta haber vivido una situación similar. Esta realidad no coincide con el imaginario deseado de la ciudadanía, ya que cuando se les pregunta si consideran que la paridad en los puestos directivos de las empresas es positiva para los negocios, la respuesta es rotunda: nueve de cada diez mujeres y ocho de cada diez hombres lo ven como un factor beneficioso para la empresa.

Ser conscientes de estas desigualdades es fundamental para comprender nuestras experiencias y poder denunciarlas, ya sea de una forma u otra, cuando se presenten. De hecho, tomando como referencia un país como Suecia, que lidera el Gender Equality Index, observamos que es una de las naciones donde más se reportan casos de discriminación laboral por motivos de género. Una de cada tres mujeres afirma haber sido discriminada al intentar acceder a un aumento salarial o un ascenso, y siete de cada diez cree que en su país las mujeres ganan menos que sus compañeros por el mismo trabajo. De estos datos podemos intuir que no es que la discriminación sea más prevalente en Suecia (de hecho, ocurre lo contrario), sino que, debido a una mayor información, conciencia y sensibilización, es más sencillo detectar y reconocer estas desigualdades que en España. Esto es profundamente importante, pues no podemos combatir lo que no conocemos.

En la esfera pública y política, las mujeres seguimos luchando por ocupar un espacio que, históricamente, se nos ha negado. Una prueba evidente es que, tras casi 50 años de democracia, ninguna mujer ha sido presidenta del Gobierno en España (ni parece que vaya a serlo pronto). Esto no se debe a que nosotras no queramos, nueve de cada diez mujeres consideran que sería positivo que hubiese igual número de mujeres y hombres en puestos de liderazgo político, casi diez puntos más que sus pares masculinos. 

Venimos de una tradición política dominada por hombres –incluso en los partidos de izquierda– donde hasta hace relativamente poco las candidatas eran una rareza y los debates electorales estaban copados exclusivamente por hombres. No es de extrañar que en este contexto, el 71,5% de las mujeres declare no confiar en su capacidad para participar en política, 9 puntos por encima de los hombres. 

El problema no radica en nuestra falta de interés, sino en un sistema que no nos deja ocupar ese espacio. Durante demasiado tiempo, se nos ha hecho pensar que el poder no es para nosotras. Por este motivo, no sorprende que casi la mitad de las mujeres afirme que no le gustaría ser líder, un porcentaje significativamente mayor al 38,4% de hombres que comparten esta opinión. Esto no refleja una falta de ambición, sino los efectos de años de mensajes que nos han relegado a un papel secundario.

Así vemos cómo este fenómeno se configura como un círculo vicioso que se retroalimenta constantemente. La falta de confianza en nuestra capacidad de liderazgo y participación en el ámbito público y político conduce a una menor implicación, lo que, a su vez, contribuye a que las decisiones sigan siendo mayoritariamente tomadas por hombres. Esta persistente ausencia de mujeres en posiciones de poder y toma de decisiones, refuerza el sistema actual, limitando la posibilidad de transformación del mismo. 

Viendo estos datos, podemos afirmar que las desigualdades de género no solo persisten, sino que siguen siendo profundas y multifacéticas; afectan a las mujeres en diversas esferas de la vida, tanto en lo privado como en lo público. Desde la normalización de chistes y actitudes que perpetúan el machismo, hasta la violencia irreparable que representan los feminicidios y las agresiones sexuales, las disparidades son innegables.

Permítenos, entonces, que no te riamos lo del tendedero, porque no es gracioso, es sintomático. Es un recordatorio de que las desigualdades no solo persisten, sino que se disfrazan de “bromas inofensivas” para perpetuarse en el imaginario colectivo. Es un ejemplo de cómo se espera que las mujeres carguemos con las desigualdades, ya sea con una sonrisa, en silencio o con la etiqueta de “exageradas” cuando las señalamos. Detrás de los chistes están los datos, y detrás de los datos, están nuestras vidas. Vidas condicionadas por un sistema que no solo nos discrimina, sino que además nos culpa por resistirnos a esa discriminación.

Así que no, no exageramos, no damos “demasiada importancia” y no pensamos dejar de señalarlo. Porque cada “tendedero” que recogemos nos recuerda que tenemos derecho a un mundo en el que las tareas, los chistes y los derechos no se repartan en función de nuestro género. Y hasta que llegue ese día, seguiremos alzando la voz, con todos los datos y todas las razones que nos respaldan.

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Paula Ruiz es socióloga y Érika Bejerano politóloga.