- El documento reconoce que "Grecia tiene razón" cuando "exige la anulación de su deuda" y pide a los acreedores que le den esa "oportunidad"
- Entre las firmas se encuentran reputados economistas como James K. Galbraith, Stephany Griffith-Jones, Jacques Sapir y Dominique Meda
6/2/2015
Trescientos economistas y universitarios de todo el mundo han realizado este jueves un llamamiento a los gobiernos europeos y a las instituciones internacionales para "respetar la decisión del pueblo griego" y para establecer "negociaciones de buena fe con el nuevo gobierno griego para resolver la cuestión de la deuda".
El manifiesto, recogido por el diario francés Mediapart.fr, publica, además, toda la lista de firmantes. Entre ellos se encuentran reputados economistas como el estadounidense James K. Galbraith, la profesora Stephany Griffith-Jones, el francés Jacques Sapir y la socióloga Dominique Meda.
El documento reconoce que "Grecia tiene razón" cuando "exige la anulación de su deuda", ya que "es insostenible y jamás será pagada". Por ello piden "insistentemente a los acreedores de Grecia" que le den esa "oportunidad".
Los expertos aseguran que la quita no supondría "una pérdida para los otros países y sus contribuyentes". Al contrario, "un nuevo comienzo para Grecia pemitirá relanzar la actividad, aumentar los impuestos y crear empleo, y beneficiará así a los países vecinos".
"El gobierno griego tiene razones para sostener que una profunda reorientación es necesaria, ya que las políticas llevadas a cabo hasta el momento son un completo fracaso", dice el manifiesto.
"Grecia necesita medidas humanitarias inmediatas, un salario mínimo más elevado, creación de empleo, inversiones y medidas que permitan restaurar y mejorar los servicios básicos como la sanidad y la educación", continúa.
Según los expertos firmantes, a Grecia "le hace falta dotarse de un sistema fiscal más robusto y progresivo que se base menos en el IVA y más eficaz a la hora de tasar los impuestos y los patrimonios".
"Lo que está en juego", dice el escrito, "no es solo la suerte de Grecia, sino el futuro de Europa en su conjunto. Una política de amenazas, de ultimátum, de obstinación y de chantajes significa, a ojos de todos, un fracaso moral, político y económico del proyecto europeo".
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