http://www.ecorepublicano.es/2015/07/la-traicion-de-los-gobiernos-democratas.html
Una de las 
páginas más innobles de los gobiernos europeos que se consideraban 
demócratas en los años treinta en Europa fue su Pacto de No 
Interferencia frente al conflicto civil que ocurrió en España en el 
periodo 1936-1939. Dichos gobiernos se negaron a ayudar a las fuerzas 
republicanas demócratas que luchaban contra el fascismo, aún a sabiendas
 de que Hitler y Mussolini estaban enviando armas al lado golpista que 
intentaba terminar con la II República. Recuerdo a mis padres, 
republicanos que perdieron la guerra luchando por la democracia, 
explicando que una de las situaciones que vivieron con mayor desencanto y
 mayor frustración fue la actitud pasiva de los gobiernos demócratas 
europeos frente a la ayuda masiva del gobierno nazi alemán y del 
gobierno fascista italiano a los fascistas que estaban destruyendo la 
democracia española.. Ello sucedió sin que las llamadas democracias 
levantaran un dedo para ayudar a los que luchaban en España para 
defenderla. “¿Por qué tales gobiernos no enviaron armas al pueblo 
español, cuando eran plenamente conscientes que el gobierno nazi alemán y
 el gobierno fascista italiano lo estaba haciendo? ¿Por qué estaban 
callados?”, se preguntaban los demócratas españoles.
Se vio más tarde, cuando se pudieron conocer los hilos que tejían aquel silencio ensordecedor, que aquella pasividad de tales gobiernos demócratas (incluso aquellos gobernados por partidos socialistas) era consecuencia del miedo que aquellos gobiernos tenían de que las clases populares de sus propios países se contagiaran del entusiasmo popular en España y copiaran las medidas progresistas desarrolladas en España durante la II República. El peligro de que sus clases populares pudieran radicalizarse llenaba de temor a los establishments de aquellos países. Tenían pánico a que el entusiasmo reformador que se había despertado en España pudiera contaminar a sus propios ciudadanos, que seguían con gran interés lo que pasaba en España. Fue este temor lo que explica su cobardía y resistencia a proveer asistencia militar a las fuerzas republicanas españolas.
Algo semejante está ocurriendo en los gobiernos europeos que se llaman democráticos en su falta de apoyo al pueblo griego
Una situación 
casi idéntica está hoy ocurriendo en Europa. Hoy, la mayoría de 
gobiernos de la Eurozona, incluyendo los socialdemócratas, han 
permanecido callados frente a la enorme agresividad en contra de las 
clases populares griegas por parte del capital financiero y de su 
instrumento, el Banco Central Europeo. Un cuarto de la riqueza del país 
ha sido destruida en este ataque, determinando un enorme deterioro en el
 bienestar de la población –sin precedentes en un país europeo en 
tiempos de paz-.  Todo ello ha ocurrido como consecuencia de un plan 
(llevado a cabo con éxito), de destrucción de cualquier país que intente
 rebelarse frente al austericidio que se le está imponiendo. Las 
políticas de recortes impuestas al pueblo griego por la Troika (la 
Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI), así como por el 
Eurogrupo y el Consejo Europeo han sido un desastre mayúsculo.
Y, a pesar de 
ello, estas instituciones continúan insistiendo y apoyando las políticas
 de austeridad que están causando un enorme deterioro. ¿Por qué están 
imponiendo tales políticas que han sido tan dañinas e ineficientes? En 
la respuesta a esta pregunta encontramos muchos paralelismos entre lo 
que ocurrió en el periodo 1936-1939 en España y lo que está ocurriendo 
ahora en Grecia. Tales gobiernos europeos tienen miedo a que sus clases 
populares se contagien de lo que ocurre en Grecia, donde el gobierno 
Syriza ha dicho “basta de estas políticas” y exijan también el fin de 
las políticas de austeridad que los gobiernos europeos también han 
estado aplicando a cada uno de los países de la Eurozona, creando un 
gran malestar entre sus gentes. Las fuerzas políticas más temerosas de 
que este contagio ocurra han sido precisamente los partidos 
socialdemócratas, que han sido cómplices de los gobiernos conservadores y
 liberales en la implementación de tales medidas enormemente 
impopulares. Si Syriza consigue parar las políticas de austeridad, 
contagiará esta sensación de poder (si se puede) a los demás países, lo 
cual podría suponer el inicio del fin de tal austeridad, apareciendo 
partidos nuevos que cuestionaran la distribución de poder en Europa.
La pasividad y 
complicidad del gobierno socialdemócrata francés presidido por Hollande y
 el italiano dirigido por Renzi, la agresividad del presidente del 
Eurogrupo, el ministro socialdemócrata holandés de Finanzas, Jeroen 
Dijsselbloem, la complicidad de la dirección del Partido Socialdemócrata
 alemán con las políticas anti-Syriza del gobierno Merkel (y ello a 
pesar de la oposición de los sindicatos alemanes, que han apoyado a 
Syriza), entre muchos otros, son indicadores de su gran responsabilidad 
en el desarrollo de unas políticas de claro corte neoliberal, que han 
estado dañando a las clases populares de sus pueblos y que ahora están 
colaborando en la enorme represión del establishment europeo (del cual 
son elementos y componentes claves), intentan destruir cualquier 
alternativa. Con ello, están destruyendo la Europa social y democrática 
que sus antecesores crearon y establecieron en este continente. Su 
responsabilidad en este hecho es enorme. Y es su suicidio a la vez, pues
 su enorme declive electoral se debe precisamente a su comportamiento 
durante estos años, que han abandonado los principios de solidaridad y 
de compromiso democrático característicos de  los gobiernos de sus 
antepasados.
Vicenç Navarro
Catedrático de 
Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex 
Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario