- Paul, un niño huérfano de 14 años de la República Democrática del Congo, llegó a pasar 24 horas sin salir a la superficie"
- "Se dejan los cadáveres enterrados bajo las rocas", denuncia el informe de la organización
Marc Cebrián - 20/01/2016
Niños explotados en una mina del sur del Congo.
EUROPA PRESS
Viaje al corazón de África. Es en este punto, concretamente en la República Democrática del Congo,
donde se produce el 50% del cobalto a nivel mundial, un mineral muy
solicitado por multinacionales como Sony, Apple, Microsoft o Volkswagen
para la fabricación de sus teléfonos móviles o automóviles eléctricos.
Es en este país también donde niños y adultos son "explotados" en minas
con "condiciones muy peligrosas" a hacer turnos de hasta 24 horas, según
el informe emitido por Amnistía Internacional este martes.
La organización publicó un informe en el que, junto a la colaboración de Afrewatch, ha seguido durante meses la ruta del cobalto, desde su extracción hasta la comercialización con las grandes multinacionales. En su resultado, la plataforma denuncia como se usan a niños de "hasta siete años" como mano de obra para trabajar las minas.
Una vez extraído, el cobalto viaja hasta la Congo Dongfang Mining (CDM), la filial del gigante chino del comercio de minerales Zhejiang Huayou Cobalt Ltd que lo suministra. Esta firma, a su vez, vende el cobalto a empresas de China y de Corea del Sur."En 2013 adquirieron cobalto por valor de 90 millones de dólares", señala la investigación. Así concluye la ruta en manos de fabricantes de baterías que, a posteriori, suministran a las grandes empresas como Apple, Microsoft, Samsung, Sony o Volkswagen, entre otros.
En su investigación, la plataforma de derechos humanos contactó con 16 multinacionales –entre las que se encuentran Apple, Sony o Samsung– que forman parte de la red de clientes de esta firma, pero "ninguna ha proporcionado datos suficientes para comprobar el origen del cobalto". Sólo una empresa admitió la relación con Huayou Cobalt y cinco la negaron, mientras que dos incluso rechazaron cualquier suministro procedente del Congo, indica el escrito.
Entre las compañías a las que le llega este suministro, el escrito cita las siguientes: Apple Inc., Dell, Hewlett-Packard Company, Huawei, Lenovo (Motorola), LG, Microsoft Corporation, Samsung, Sony and Vodafone, y las empresas Volkswagen, BYD y Daimler AG –cuya principal marca es Mercedes Benz–.
Muertes en las minas
Amnistía Internacional, para explicar cómo se vulneran los Derechos Humanos, llegó a hablar con 87 mineros –de los cuales 17 de ellos son niños– de distintas explotaciones del Congo así como 19 comerciantes que describieron sus condiciones y sus jornadas.
Ese es el el caso de Paul, un niño huérfano de 14 años que llegó a pasar 24 horas sin salir a la superficie y que cuenta cómo su familia adoptiva le "explotaba". "Llegaba por la mañana y me marchaba a la mañana siguiente [...] Tenía que hacer mis necesidades allí abajo", recoge la investigación. Como Paul hay 40.000 niños que son arrastrados a las minas del Congo a trabajar sin equipo de protección, un dato que ya denunció el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El uso de niños para este trabajo llevó a Mark Dummett, el investigador de Amnistía Internacional sobre Empresas y Derechos Humanos, a comparar los "fascinantes escaparates y anuncios de las tecnologías de vanguardia" con "los niños cargados con bolsas llenas de piedras y los mineros que desfilan por estrechos túneles excavados artificialmente, expuestos a sufrir daños pulmonares permanentes".
El informe denuncia la muerte de al menos 80 mineros entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015 que se jugaron la vida en los túneles del sur del país. "Se dejan los cadáveres enterrados bajo las rocas", lamenta el informe. Por lo que "se desconoce la verdadera cifra" porque se ocultan los accidentes.
Amnistía Internacional lamenta que firmas como Apple, Samsung o Sony no hagan las "comprobaciones básicas" para saber de dónde y cómo se extrae una de sus materias primas.
Sin leyes, "las empresas seguirán beneficiándose de los abusos"
Un 50% de la produccción del cobalto pertenece a este país africano, donde se atenta contra los derechos humanos de adultos y niños. El origen del cobalto y todo lo que arrastra "raras veces" es replanteado por los usuarios de las nuevas tecnologías, lamenta Dummett.
"Unas empresas cuyas ganancias globales ascienden a 125.000 millones de dólares no pueden afirmar con credibilidad que les resulta imposible comprobar de dónde proceden los minerales esenciales para sus productos", ha denunciado Dummett, que ha insistido en que "los riesgos para la salud y la seguridad convierten la minería en una de las peores formas de trabajo infantil".
"La extracción de estos materiales debería llevar prosperidad a los mineros" del Congo, indica Dummett.
En su opinión, hace falta "una iniciativa global" que abarque leyes que obliguen a las empresas a preocuparse y saber de dónde se extraen los minerales que usan para la fabricación de sus productos tecnológicos. De lo contrario, "las empresas seguirán beneficiándose de los abusos contra los Derechos Humanos", señala.
Estos abusos a los Derechos Humanos se seguirán activando cuando se encienda un teléfono inteligente y nadie, ni las grandes compañías, se pregunten cómo se produce el cobalto africano.
La organización publicó un informe en el que, junto a la colaboración de Afrewatch, ha seguido durante meses la ruta del cobalto, desde su extracción hasta la comercialización con las grandes multinacionales. En su resultado, la plataforma denuncia como se usan a niños de "hasta siete años" como mano de obra para trabajar las minas.
Una vez extraído, el cobalto viaja hasta la Congo Dongfang Mining (CDM), la filial del gigante chino del comercio de minerales Zhejiang Huayou Cobalt Ltd que lo suministra. Esta firma, a su vez, vende el cobalto a empresas de China y de Corea del Sur."En 2013 adquirieron cobalto por valor de 90 millones de dólares", señala la investigación. Así concluye la ruta en manos de fabricantes de baterías que, a posteriori, suministran a las grandes empresas como Apple, Microsoft, Samsung, Sony o Volkswagen, entre otros.
En su investigación, la plataforma de derechos humanos contactó con 16 multinacionales –entre las que se encuentran Apple, Sony o Samsung– que forman parte de la red de clientes de esta firma, pero "ninguna ha proporcionado datos suficientes para comprobar el origen del cobalto". Sólo una empresa admitió la relación con Huayou Cobalt y cinco la negaron, mientras que dos incluso rechazaron cualquier suministro procedente del Congo, indica el escrito.
Entre las compañías a las que le llega este suministro, el escrito cita las siguientes: Apple Inc., Dell, Hewlett-Packard Company, Huawei, Lenovo (Motorola), LG, Microsoft Corporation, Samsung, Sony and Vodafone, y las empresas Volkswagen, BYD y Daimler AG –cuya principal marca es Mercedes Benz–.
Muertes en las minas
Amnistía Internacional, para explicar cómo se vulneran los Derechos Humanos, llegó a hablar con 87 mineros –de los cuales 17 de ellos son niños– de distintas explotaciones del Congo así como 19 comerciantes que describieron sus condiciones y sus jornadas.
Ese es el el caso de Paul, un niño huérfano de 14 años que llegó a pasar 24 horas sin salir a la superficie y que cuenta cómo su familia adoptiva le "explotaba". "Llegaba por la mañana y me marchaba a la mañana siguiente [...] Tenía que hacer mis necesidades allí abajo", recoge la investigación. Como Paul hay 40.000 niños que son arrastrados a las minas del Congo a trabajar sin equipo de protección, un dato que ya denunció el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El uso de niños para este trabajo llevó a Mark Dummett, el investigador de Amnistía Internacional sobre Empresas y Derechos Humanos, a comparar los "fascinantes escaparates y anuncios de las tecnologías de vanguardia" con "los niños cargados con bolsas llenas de piedras y los mineros que desfilan por estrechos túneles excavados artificialmente, expuestos a sufrir daños pulmonares permanentes".
El informe denuncia la muerte de al menos 80 mineros entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015 que se jugaron la vida en los túneles del sur del país. "Se dejan los cadáveres enterrados bajo las rocas", lamenta el informe. Por lo que "se desconoce la verdadera cifra" porque se ocultan los accidentes.
Amnistía Internacional lamenta que firmas como Apple, Samsung o Sony no hagan las "comprobaciones básicas" para saber de dónde y cómo se extrae una de sus materias primas.
Sin leyes, "las empresas seguirán beneficiándose de los abusos"
Un 50% de la produccción del cobalto pertenece a este país africano, donde se atenta contra los derechos humanos de adultos y niños. El origen del cobalto y todo lo que arrastra "raras veces" es replanteado por los usuarios de las nuevas tecnologías, lamenta Dummett.
"Unas empresas cuyas ganancias globales ascienden a 125.000 millones de dólares no pueden afirmar con credibilidad que les resulta imposible comprobar de dónde proceden los minerales esenciales para sus productos", ha denunciado Dummett, que ha insistido en que "los riesgos para la salud y la seguridad convierten la minería en una de las peores formas de trabajo infantil".
"La extracción de estos materiales debería llevar prosperidad a los mineros" del Congo, indica Dummett.
En su opinión, hace falta "una iniciativa global" que abarque leyes que obliguen a las empresas a preocuparse y saber de dónde se extraen los minerales que usan para la fabricación de sus productos tecnológicos. De lo contrario, "las empresas seguirán beneficiándose de los abusos contra los Derechos Humanos", señala.
Estos abusos a los Derechos Humanos se seguirán activando cuando se encienda un teléfono inteligente y nadie, ni las grandes compañías, se pregunten cómo se produce el cobalto africano.
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