EFE
  - Madrid - 8/02/2016 -
 
    
      
 Viviendas colaborativas: una alternativa a la tradicional jubilación
    
 No saben qué nombre ponerle, pero este grupo 
de 85 mayores tiene claro que cooperativa, autogestionada, convivencia y
 colaborativa son términos que se ajustan perfectamente al lugar donde 
viven, que ellos mismos han diseñado para envejecer, y que no encaja en 
la definición de residencia geriátrica al uso.
 Podría
 atender a lo que se conoce como "senior cohousing", pero según dice a 
Efe la directora de Trabensol -que así se llama este centro-, Paloma 
Rodríguez, "no nos da la gana llamarnos en inglés".
 Esta iniciativa comenzó en 2002, cuando un grupo de 
"gente activa del mundo social y político", conocidos entre ellos, se 
constituyó en cooperativa para afrontar un problema que tenían: cómo 
envejecer y no depender de nadie.
 Los retos eran 
muchos: encontrar una fórmula adecuada, ponerse de acuerdo en qué tenía 
que tener donde vivirían, encontrar el dinero y los terrenos donde 
construir. Tras varios años buscando, en 2006, los encontraron en 
Torremocha del Jarama (Madrid).
 Pero en ese momento, 
ya se habían descolgado más de cincuenta personas que no pudieron 
comprar, ni aportar los 154.000 euros que pusieron los 54 socios.
 Mucha perseverancia y esfuerzo tuvieron que tener hasta que en 2013 por
 fin pudieron trasladarse a su nuevo hogar: un edificio "bioclimático, 
geotérmico, con poco impacto medioambiental y de poco consumo 
energético", como lo define Jaime Moreno, exredactor del NODO y ahora 
residente de Trabensol.
 A cada uno de los 54 
apartamentos con cocina-salón, dormitorio y terraza, se les une un 
comedor, jardines, huerto, invernadero, biblioteca, gimnasio, baño 
terapéutico y multitud de salas para reunirse, pintar, reformar muebles,
 hacer yoga, pilates o chikung e incluso un espacio reservado ya para 
cuando empiecen a caer en situaciones de dependencia, con camillas 
médicas que ahora usan para hacer acupuntura y dar masajes.
 Ellos mismos decidieron qué tenía que tener, antes de poner en concurso
 el proyecto del que se encargaría una firma de arquitectos, porque como
 afirma Moreno, querían seguir viviendo "de forma independiente" y sin 
condicionar a su familia.
 "La idea es compartir con 
otros esa fase de tu vida y a la vez generar sistemas de ayuda mutua 
para ir solventando los problemas que uno va teniendo con la edad", 
explica a Efe el investigador y profesor de la Universitat Oberta de 
Catalunya Daniel López.
 El investigador está 
comenzando un estudio para "mapear" todas las iniciativas de viviendas 
colaborativas para mayores que están en marcha en España y que son "una 
solución alternativa" a la tradicional residencia o a la pérdida de 
autonomía que conlleva irse a vivir con la familia.
 
Quiere estudiar qué factores han permitido -o no- desarrollar y 
consolidar estas iniciativas y qué impacto ha tenido en los mayores y su
 entorno.
 No entra en especulaciones, pero López 
apunta que estudios similares de otros países demuestran que la vivienda
 colaborativa en mayores "tiene un efecto directo sobre combatir la 
soledad" e "incrementa la participación social y el envejecimiento 
saludable".
 Además, podría tener un efecto económico: reduce los ingresos hospitalarios y se incentiva la economía local.
 Este "centro social de convivencia para mayores" de Madrid -junto a Los
 Milagros en Málaga- es un referente para una opción que llama la 
atención a muchos que empiezan a vislumbrar la jubilación, pero también 
para los vecinos del pueblo que se acercan todos los días a realizar las
 actividades gratuitas que realizan: marcha nórdica, teatro leído, 
cineforum, debates sobre actualidad, pilates, bailes regionales, yoga, 
meditación...
 En el centro reina "el principio de 
solidaridad y ayuda mutua", según describen la presidenta Paloma 
Rodríguez y Jaime Moreno y si alguien tiene que bajar al médico, siempre
 hay otra persona que le acompaña o antes de ir a comprar, preguntan a 
los vecinos si necesitan algo.
 Moreno describe su 
cooperativa como "un proyecto ilusionante" que han creado desde "el 
debate y el consenso" y que les permite mantenerse activos más tiempo.
 Más allá de las instalaciones y las actividades, lo "mejor" es la 
relación humana y el envejecer acompañados porque ante los problemas que
 van a tener que afrontar, "la sensación de estar arropado es la pera". 
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