Coordinadora 25S: El "estigma" de ser feminista en una sociedad patriarcal #FelizDíaDeLaMujer
http://www.eldiario.es/desalambre/llaman-radicales-exageradas-defender-derechos_0_492051515.html
Hablamos con 10 destacadas feministas de diferentes países del
mundo para encontrar las similitudes y diferencias de su lucha contra la
desigualdad de género
¿Contra qué actitudes machistas luchan? ¿Qué estrategias utilizan? ¿Qué críticas reciben? Nos responden desde India, Nigeria, España, Guatemala, Polonia, Ecuador...
¿Contra qué actitudes machistas luchan? ¿Qué estrategias utilizan? ¿Qué críticas reciben? Nos responden desde India, Nigeria, España, Guatemala, Polonia, Ecuador...
El elemento en común más destacado de todas las mujeres consultadas son las críticas e insultos recibidos por ser feministas - Laura Olías
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Patricia Ruiz
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Gabriela Sánchez - 7/03/2016
¿Qué mecanismos de
opresión machista se detectan alrededor del mundo? ¿Cómo luchan las
mujeres feministas para acabar con ellos? ¿Hay similitudes entre las
críticas que recibe una activista cuando defiende los derechos de las
mujeres de Polonia y las que recibe otra que los defiende en Guatemala?
¿Y en España? ¿Y una feminista gitana? En eldiario.es hablamos
con 10 de ellas, las luchadoras, las caras visibles del feminismo a
pequeña y gran escala. Las que trabajan sobre el terreno día a
día para acabar con la desigualdad de género.
A María
Teresa y a sus compañeras les dicen "boconas, radicales e
insoportables, putas". Barbarita recibe las principales críticas desde
las mismas familias a las que intenta ayudar. Ella es "vaga", dicen,
porque "es feminista para evitar dedicarse a las tareas del hogar".
Karolina está cansada de escuchar que ya hay otros problemas "más
importantes" para preocuparse que la violencia machista. "¿Las críticas?
Las de siempre", admite Ochy.
Están acostumbradas a recibir insultos. Porque denuncian
las diferentes formas de expresión de la desigualdad de género en sus
países. Porque no callan cuando una mujer es maltratada. O recuerdan que
si esa joven agacha la cabeza mientras camina con rapidez quizá se
sienta incómoda por los piropos de aquel desconocido.
Trabajan para visibilizar la opresión y denuncian los altos índices de
violaciones sexuales, la brecha salarial, los micromachismos.
Gritan, aunque la sociedad que les rodea les pida silencio.
Barbarita Lara, Ecuador
Es la primera concejala
negra de Ecuador. Representa el cantón Mira, en la provincia norteña de
Carchi, donde forma parte de la Comisión de Género e Igualdad. De
profesión maestra, es una de las coordinadoras del CONAMUNE (Consejo
Nacional de Mujeres Negras), apoyado por Ayuda en Acción, que lucha por los derechos de las mujeres afroecuatorianas en un país donde la población negra representa un 7%.
- Cuando el machismo se mezcla con el racismo
"La principal problemática de la mujer afrodescendiente en Ecuador es
la inequidad, el machismo y el racismo. 9 de cada 10 mujeres negras ha
sufrido algún tipo de violencia en mi país. Las brechas en el acceso a
la educación, a la salud o la vida política son aún mucho mayores en el
caso de las mujeres negras, entre las que preocupa especialmente la
violencia estructural, por historia, por el hecho de ser de ascendencia
africana.
El proceso
colonial esclavista marcó una lacra grande. Se impuso un concepto de
animalidad a las personas desde el momento en el que fueron arrastrados
desde su continente de origen para ser mano de obra esclava. Se
convirtieron en seres humanos sin derechos, sin ningún reconocimiento.
Esto todavía pesa en la población negra, dentro de la que las mujeres
sufren una discriminación aún mayor, doble: desde el otro, el poder,
hasta el interior, su propio entorno. Los maridos negros también ejercen
machismo porque vienen de esa construcción social heredada, y es bien
fuerte".
- Cómo: "Recuperando el 'quién soy"
"Mi lucha concreta aspira, principalmente, a que las mujeres recuperen
el "quién soy", "de dónde vengo", "dónde vivo" y, en ese espacio
reclamar los derechos perdidos. La lucha feminista de las mujeres
afrodescendientes en Colombia se enmarca en los derechos culturales,
sexuales y reproductivos, por la vida sin violencia, por la
participación femenina en la sociedad y en la esfera pública y por la
educación con equidad e identidad.
Desde mi lugar de enunciación como mujer afrodescenciente hacia las
propias mujeres afrodescendientes. Por eso la lucha está orientada a
educar a toda la sociedad. Nosotros hemos implementado un proyecto de
investigación de la violencia hacia la mujer en el que capacitamos a las
propias mujeres para que sean ellas mismas las que realicen la
investigación. A raíz de ello nos hemos dado cuenta de que esta
violencia no puede ser solucionada únicamente desde la organización
femenina, sino que es necesario que se involucre a las autoridades en la
lucha, como proyecto político".
- "Nos llaman 'vagas"
"Las críticas que recibo vienen principalmente desde las mismas
familias a las que intento ayudar y desde la propia comunidad. Por lo
general, las feministas somos consideradas despectivamente como personas
"vagas". Esto es así porque la sociedad entiende que el papel de la
mujer ha de estar relegado al cuidado de la casa y los niños, y quienes
no nos dedicamos exclusivamente a ello somos vistas como personas que
abandonamos "nuestro deber" por holgazanería. Como si usáramos el
feminismo de escusa para no lavar y fregar.
Estas son críticas que vienen por parte de hombres, pero principalmente
por mujeres. Y eso es lo peligroso. ¿Hemos visto algún cambio en la
mentalidad de estas personas después de llevar a cabo algunos de los
proyectos? Pues en parte sí. Sobre todo con las mujeres más
involucradas. Tenemos que ser conscientes de que si cambiamos a una
mujer estaremos consiguiendo operar dentro de una familia concreta,
porque las mujeres son el motor de la educación de los hijos".
Chika Oduah, Nigeria
La periodista
nigeriana Chika Oduah dejó el país africano con solo dos años, pero
volvió hace tres para buscar sus "raíces". Ahora vive en Nigeria, pero
tiene una larga lista de países africanos en mente para seguir dejando
"que las mujeres hablen". Oduah enfatiza este hecho porque ni recuerda
las veces que ha preguntado a una niña o mujer y ha intentado responder
cualquier hombre de su alrededor. "Gracias, señor, pero deje que ella
responda". Su labor dando voz a las mujeres afectadas por la violencia
de Boko Haram le ha valido varios premios, entre los que destaca el
Trust Women Journalist Award 2014 de la Fundación Thomson Reuters. Se
considera feminista, pero abre el concepto al 'womenism' que defienden
muchas mujeres en Nigeria: "Creen que el feminismo quiere adoctrinarlas,
que quiere cambiar su cultura desde Occidente. Algunas prefieren la
palabra 'womenism', como una forma de feminismo africano".
- "Utilizan la religión para oprimir"
En primer lugar, la religión. La gente utiliza la religión para oprimir
a las mujeres. En segundo lugar, los políticos, porque la mayoría son
hombres. Y en tercero, la vida profesional. Es difícil mantener una vida
profesional activa y a la vez ser una "esposa" en el ámbito doméstico.
En estas tres esferas de la vida, las mujeres tienen muy difícil tomar
decisiones por ellas mismas.
- "Si no se educa, no saben que están oprimidas"
La principal estrategia es la educación, que puede llegar a través de
libros, viendo películas y hablando con otras personas. Hay que educarse
porque una no tiene ni idea de que está siendo oprimida si no conoce
otro modo de vida. Si todo lo que has conocido es que se supone que te
tienes que casar a los 10 años, y eso es todo, no te das cuenta de esa
opresión. Hasta que otra mujer, de otra comunidad, te dice: 'Yo me casé a
los 20'. Entonces, sí, puedes pensar 'vaya, no sabía que eso era
posible'.
En mi caso
personal, siempre respondo a los comportamientos machistas, pero de una
manera amigable. Porque creo que uno de los problemas del feminismo es
que estamos demasiado enfadadas, siempre combatiendo. Creo que hay que
hacer un acercamiento amistoso y positivo al cambio hacia el feminismo.
- "Dicen que les deje en paz"
Bueno, la gente dice que yo soy extranjera, que soy americana, así que
no entiendo su cultura. Esa es la más frecuente. También si voy a un
restaurante con un amigo, el camarero saluda a mi compañero hombre pero
nunca a mí. Eso es muy común, en diferentes restaurantes, siempre pasa. Y
yo siempre les digo, de manera amable, 'hola, señor. No me ha saludado a
mí, ¿soy un fantasma?'. Unas veces responden que lo sienten y otras que
les deje en paz.
Karolina Wieckiewicz, Polonia
Karolina es una
activista feminista polaca que trabaja para la Federación para las
Mujeres y la Planificación Familiar. También es voluntaria en la
Fundación TRANSfuzja. Estudió ciencias sociales y criminología, área
donde pronto se percató de la falta de representación que las mujeres en
la sociedad. Poco a poco trasladó esta perspectiva feminista al espacio
del derecho y los derechos humanos, trabajando para luchar contra la
trata, la violencia y el infanticidio. Admite que le costó un tiempo
llegar a considerarse feminista "abiertamente, orgullosamente y sin
ningún pero" porque la imagen del feminismo en Polonia no está muy bien
vista. Ahora, espera cambiarla con su lucha.
- Actitudes "anti - mujeres" polacas
Creo que aún hay mucho por hacer en Polonia. Parece que hay muchas
actitudes "anti-mujeres" están realmente extendidas y que, de alguna
manera, pensamos en ellas como algo normal. En mi país, uno de los
mayores mecanismos de opresión es la actual ley anti-aborto y las
restricciones en el área de los derechos reproductivos. Por norma
general, el aborto es ilegal. Se permite abortar legalmente únicamente
en tres casos muy reducidos y que casi no se llevan a la práctica. Y las
restricciones en el acceso a otros derechos reproductivos
(anticonceptivos, salud obstétrica, tratamientos de fertilidad…) son
también, de alguna manera, consecuencia de esta ley. Para mí, es una
señal evidente del posicionamiento de las mujeres y su lugar en la
sociedad. ¿Cómo podemos participar plenamente en cualquier esfera si
nuestros derechos fundamentales no están reconocidos?
- Cómo lucha por el cambio
Creo que el elemento más importante de mi trabajo es abogar por el
cambio. Idealmente, para conseguir la liberalización de la ley del
aborto. En la práctica, para luchar porque las restricciones no vayan a
más. Pero la parte más importante de mi trabajo en la Federación y en lo
que mi organización se centra es en ayudar a mujeres específicas, en
estar a su lado, darles apoyo y consejo y, también, en llevar sus casos
ante mecanismos judiciales relevantes. Las mujeres tienen miedo a hablar
de su experiencia. Nosotros estamos intentando darles el apoyo que
necesitan para dar la vuelta a esta situación: transformar la vergüenza
en empoderamiento.
- "Dicen que hay problemas más importantes"
Como sociedad que lleva 23 años con esta ley, de alguna manera, nos
hemos adaptado a esta situación. Como mujeres, hemos creado nuestro
"espacio", y se está asumiendo que tenemos que cuidar de nosotras mismas
y de nuestros intereses y derechos solas, por nuestra cuenta. Como si
el estado no quisiera tener ninguna responsabilidad en este asunto.
Algunas veces, escucho que hay problemas más relevantes que el de los
derechos reproductivos, como la violencia de género, la pobreza o la
maternidad. Que estos son los verdaderamente importantes, los que
atraviesan la esfera de los "valores" y la "perspectiva de vida". Para
mí, eso no es verdad. Estos problemas están interconectados y yo seguiré
luchando por todos ellos y apoyando a otras feministas en su lucha.
Rosalinda Hernández Alarcón, Guatemala
Rosalinda Hernández
Alarcón es una periodista de nacionalidad mexicana pero residente en
Guatemala desde hace 21 años. Intenta impulsar un sujeto político
feminista en el país centroamericano con el colectivo laCuerda,
fundado junto a otras varias mujeres tras el conflicto interno en
Guatemala para crear un espacio que impulsara una democracia que
tuvieran en cuenta a las mujeres. La razón de ser del nombre tiene que
ver con el rechazo que sentían como feministas: "Quisimos que fuera el
antónimo de 'loca' como nos califican a quienes rechazamos el orden
establecido, el deber ser", explicó en un ensayo.
laCuerda publica un periódico feminista que cumple 18 años este 8 de
marzo. Hernández Alarcón es también cofundadora de la Red
Centroamericana de Periodistas y en su labor de informadora ha dado voz
con especial ahínco a las mujeres campesinas. "Aspiro a seguir haciendo
reflexiones críticas de las diferentes opresiones que existen y
reconociendo la diversidad de las mujeres; es decir, investigar con, por
y para ellas; y no sobre ellas".
- Diferentes violencias machistas
En Guatemala, las instituciones que mantienen y reproducen las
opresiones machistas son la familia, las iglesias, la educación, el
orden económico y político del Estado. Además, en este país
centroamericano el racismo es el sistema de opresión que más afecta a
las mujeres: aproximadamente el 50% de la población femenina pertenece a
pueblos indígenas y el 70% de ellas vive en áreas rurales y en
situación de pobreza y pobreza extrema. La oposición de las iglesias
católicas y protestantes a la educación sexual (laica, científica y con
enfoque de género) es tan fuerte, que a pesar de que existe una ley que
la reconoce, ninguna institución del Estado la aplica y tampoco se
respeta la ley de acceso a métodos anticonceptivos.
La violencia contra las mujeres (especialmente la sexual) es un
mecanismo para inhibir la participación de ellas, y aunque existen leyes
y organismos específicos para sancionar esos delitos, las guatemaltecas
no tienen seguridad en la casa, la calle, el trabajo, la escuela y
demás espacios públicos. Muchas violencias son reconocidas como delitos,
pero otras no: entre ellas, la maternidad impuesta, la dominación
paternalista, el acoso sexual y los micromachismos.
- Estrategias: "No al acoso callejero"
Hay organizaciones feministas y mujeres que participan en
organizaciones sociales que buscan a través de campañas de incidencia
(movilizaciones, manejo de medios de comunicación, pláticas con
diputados, relaciones con organismos internacionales) algunos cambios
legislativos que favorezcan su representación, como el reconocimiento de
la paridad en la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Otras trabajan
en la acumulación de fuerzas mediante la concienciación de más mujeres.
Se propone cambios en la vida cotidiana que favorezcan su autoestima y
descanso, la cooperación entre las personas que vivan en un mismo techo,
la organización horizontal y la armonía con la naturaleza, rechazando
cualquier tipo de violencia y abusos contra ellas y sus territorios.
Y recientemente se han formado grupos de mujeres jóvenes que ponen en
el centro un activismo lúdico en las calles y a través de redes
sociales, entre ellas: No al acoso callejero, rechazo a la misoginia,
por la educación integral en sexualidad, por el uso del condón, etc.
- Insultos para cada causa
Si las feministas abogamos por la despenalización del aborto, nos
llaman asesinas; si defendemos el libre acceso a métodos
anticonceptivos, nos nombran promiscuas; si defendemos las medidas
afirmativas (como las cuotas en cargos de elección popular), nos
califican de discriminadoras; si defendemos nuestra libertad de
expresión, nos consideran conflictivas. Cuando nos pronunciamos por un
Estado laico, nos entienden como mujeres sin moral que no merecemos
ninguna confianza. A pesar de todo ello, en Guatemala las posiciones
feministas han ido ganando espacio, ya que hay sectores que las
entienden como una corriente de opinión válida, aunque sea estereotipada
y descalificada por la ideología machista prevaleciente.
Patricia Caro Maya, España
Es activista por los
Derechos de las Mujeres, especializada en Romnja, que son las mujeres
gitanas de lengua romaní, y Calis, las mujeres gitanas españolas. Forma
parte del Europe and Central Asia Advisory Group de la ONU y ha
trabajado para la OSCE. Recientemente ha organizado el I Encuentro de
Feministas Europeas Romnja en el Parlamento Europeo desde el que se
lanzó la I Declaración sobre todas las formas de violencia contra las
mujeres y niñas Romnja. Actualmente se encuentra terminando la carrera
de psicología e investiga sobre el sexismo en las comunidades calés.
- Contra el "es tablishment masculino blanco"
Quiero empezar por recalcar que la mayoría de los mecanismos de
opresión vienen del establishment masculino blanco. La opresión que
sufrimos los gitanos y gitanas también tiene género, y creo que tiene
que haber medidas dirigidas a la liberación de este colectivo. Es
importante hablar en términos de violencia, porque el sexismo y la
opresión son eso: formas de violencia. Dentro de la estructura
dominante, que es la estructura institucional masculina paya, se genera
violencia hacia las mujeres.
En ese contexto, ocurre un "efecto pigmalión" dentro de las comunidades
gitanas que provoca que los hombres gitanos aprendan de las estructuras
del poder, dominadas por los hombres blancos, la manera en la que
tratan a las mujeres. Este aprendizaje hace que se reproduzcan
comportamientos violentos y opresores hacia la mujer iguales o incluso
peores que los de los payos, dado que las mujeres gitanas están
doblemente reprimidas. Creo firmemente que son las instituciones las que
tienen que cambiar y generar discursos prescriptivos, que marquen lo
que se debe hacer sin generar estereotipos de género.
- Trabajar con las dominadas y con quienes dominan
Una de mis principales estrategias de lucha feminista es mi formación
constante. Formarme me ayuda a poder visibilizar las estrategias del
patriarcado neosexista y a compartir mis conocimientos y mis recursos
con mujeres que están en una situación desfavorable.
Además, promuevo la alianza con otras mujeres y con aquellos hombres
que quieran acercarse al movimiento feminista, pero también con
cualquier otro movimiento que se encuentre en una situación de grupo
oprimido y que busque revertir la jerarquía y romper las relaciones de
poder para establecer un nuevo orden mundial. Toda esta lucha la llevo a
cabo desde diferentes ámbitos: como activista independiente, desde
distintas organizaciones, con mi trabajo en los medios de comunicación
y, lo más difícil: procuro extenderla también a mi entorno más cercano.
Yo no entiendo el trabajo de una manera parcializada. Para mí, no tiene
sentido el trabajo en una comunidad sin trabajar simultáneamente con las
comunidades que tienen el poder y dominan.
También me gustaría destacar la lucha conjunta que tenemos las mujeres
gitanas en redes que no son visibles y que se sostienen mediante
estrategias de resistencia, de información, espiritualidad y apoyo. Por
poner un ejemplo: de todas las personas gitanas que participan en la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca, el 100% son mujeres.
- "Dicen que soy demasiado 'progitana"
Ser una mujer feminista dentro de una cultura "aminorizada" (que no es
minoritaria, sino que ha visto reducido su representación e influencia
social) supone recibir críticas desde distintos frentes. En primer
lugar, los hombres blancos payos machistas, que emiten las mismas
críticas que les hacen a las mujeres payas, todo para sustentar su
situación de poder. En segundo lugar, recibo críticas también de mujeres
payas porque buena parte de su modelo feminista se construye como un
contraejemplo de la mujer gitana. Esto, que resulta sorprendente, se
debe a que existen relaciones de poder dentro del propio colectivo
feminista: muchas feministas blancas europeas se consideran en el centro
y, por lo tanto, el resto de feminismos, como pueden ser los
religiosos, indígenas o romaníes, se quedan en los márgenes. De este
modo, un colectivo determinado establece lo que es feminismo y lo que
no, mientras que nosotras luchamos por aportar nuestra propia mirada.
Por último, quiero decir que, siendo totalmente sincera, jamás me he
encontrado con ningún gitano que haya criticado mi trabajo y siempre he
recibido aceptación hacia mis propuestas. Lo que sí que me he encontrado
han sido hombres neosexistas (tanto payos como gitanos) que emiten
comentarios negativos de todo tipo. Siempre me llama la atención cuando
estos últimos me dicen que soy "demasiado progitana", como si eso
implicara ser "demasiado antiblanca". Vienen a decirme qué es feminismo,
y qué no.
Doreen Reddy, India
Doreen Reedy es la directora
del Sector de Mujeres de la Fundación Vicente Ferrer. Su lucha empezó en
1993, cuando decidió organizar a un grupo de mujeres empobrecidas en
pequeñas asociaciones locales llamadas Shangam para impulsar su
desarrollo social y económico. 23 años después, han participado en este
proyecto más de 108.600 mujeres que han ganado voz en la sociedad
patriarcal de la India rural. Desde entonces, ha compaginado este
proyecto con distintas campañas de concienciación y sensibilización
sobre el acceso de mujeres y niñas a la educación y la sanidad, la
formación de oportunidades de empleo y la visibilización del rol de las
mujeres indias como motor del cambio y transformación social.
- Contra qué luchan: "Si no hay comida, come él"
"Las zonas rurales suelen ser comunidades patriarcales donde la mujer
está considerada una ciudadana de segunda. India es un país con una de
las constituciones más avanzadas del mundo, pero la sociedad aún no lo
ha asimilado. Las mujeres rurales trabajan dentro y fuera del hogar. Su
sobreesfuerzo no se compensa con una nutrición adecuada debido a la
pobreza extrema y al hecho de que el hombre tiene prioridad en caso de
escasez de alimentos. Por otro lado, las mujeres suelen casarse jóvenes y
en muchas ocasiones abandonan la educación. Existe una enorme
discriminación y un alto índice de violencia hacia las mujeres. Tienen
un rol muy definido de cuidadoras, más allá de sus propias necesidades".
- Estrategias: apoyo mutuo
"Luchamos contra la opresión desde varios frentes, y siempre implicando
a los hombres en este proceso. Fundamentalmente, tratamos de dotar a
las mujeres de las herramientas necesarias para su autonomía económica.
Esto lo conseguimos facilitando microcréditos a través del Fondo de
Desarrollo de la Mujer con los que emprenden pequeños negocios. La idea
de que una mujer puede ser productiva, en las zonas más empobrecidas de
la India, les proporciona reconocimiento social y voz. Además, en
nuestra área de intervención existen más de 8.000 Sangham: asociaciones
de mujeres en telugu, la lengua local. Cada una de ellas reúne a 15 o 20
mujeres que comparten problemas y se crea una red de apoyo mutuo".
- "Incómodas cuando una mujer tomas las riendas"
"Las sociedades patriarcales se sienten incómodas cuando una mujer
trata de tomar las riendas de su propia vida. Sucede en todo el mundo.
Sin embargo, mi experiencia personal es que la sociedad está
respondiendo, aunque lentamente, ante nuestras iniciativas. Parte
fundamental de nuestro trabajo consiste en sensibilizar a los hombres,
no solo a las mujeres. Nunca existirá igualdad si ésta no es asumida
también por ellos. A pesar de que estamos lejos de afirmar que existe
conciencia de igualdad en las comunidades donde desarrollamos nuestro
proyecto, podemos decir que las mujeres antes apenas salían de casa y
hoy encabezan manifestaciones".
Ochy Curiel, República Dominicana
Ochy Curiel nació en
República Dominicana, desde donde salió hace casi 10 años y lleva otros
tantos viviendo en Colombia, donde es docente de los postgrados de
Estudios de Género y Feministas de la Universidad Nacional de Colombia y
también de la Universidad Javeriana. Su lucha feminista de casi tres
décadas va cargada de apellidos, que ella destaca en cada respuesta para
rescatar los márgenes enterrados por los discursos de género. Es
impulsora y pionera de la corriente de feministas afrolatinas y
afrocaribeñas, del lesbianismo feminista, de la corriente autónoma y del
feminismo decolonial. Es también cantautora y acude a la alegría para
generar el cambio creando batucadas. Desde el Grupo Latinoamericano de
Formación y Acción Feminista (GLEFAS) construye pensamiento con otras
pensadoras y activistas en Latinoamérica y El Caribe. "A muchas mujeres
no las asesinan solo por ser mujeres, sino por ser mujeres, negras,
indígenas o empobrecidas".
- Más allá de la igualdad de la mujer
Debo señalar que las opresiones machistas o patriarcales, en el
contexto latinoamericano y caribeño, como en muchos otros, no han estado
desligadas del racismo, de las desigualdades económicas, del
heterosexismo y de otras maneras en que se expresa la violencia. Como
feminista decolonial, retomando los aportes del Black Feminism, de las
afrolatinas y afrocaribeñas, es importante destacar que las opresiones
siempre se presentan de forma simultánea.
En la región se evidencia esta relación que se instaló en nuestros
países y territorios desde el colonialismo europeo y que hoy, aunque
tiene las mismas lógicas, tiene sus formas particulares. Por ejemplo, en
los últimos años, la instalación de megaminería, de proyectos
hidroeléctricos, por parte de empresas de capital transnacional
(fundamentalmente del norte europeo y de Estados Unidos y Canadá) ha
implicado la apropiación de territorios indígenas, afros, campesinos y
estas poblaciones son despojadas de sus recursos que necesitan para
sobrevivir, al tiempo que son rotos sus tejidos sociales.
Esto tiene un afecto desvastador para las comunidades, y en ellas las
más afectadas son las mujeres, quienes generalmente son las que
articulan el tejido social de las comunidades y las que mayormente deben
resolver la superviviencia. Pero, además, la instalación de estos
proyectos trae consigo la militarización a través de fuerzas de
seguridad pública y privada, que controlan la movilidad y violan los
cuerpos de las mujeres. Nosotras decimos que es la forma más cruenta en
que se expresa el heterosexismo.
Esto se complejiza en contextos donde existen conflictos armados, como
el caso de Colombia, o guerra de baja intensidad, como el caso de
México, que, articulado al fenómeno del narcotráfico y el
paramilitarismo, coloca a mujeres afros, indígenas, campesinas pobres en
condiciones terribles, siendo una de las peores expresiones de esta
relación, el feminicidio. Pero a esas mujeres no las asesinan solo por
ser mujeres, sino por ser mujeres, negras, indígenas o empobrecidas.
Todo lo anterior para decir que mi lucha no es en torno a lograr "la
igualdad de la mujer". Es una lucha por la transformación social que
haga desaparecer fenómenos como estos.
- La alegría como estrategia
Las estrategias que empleamos son muchas. Primero dar a conocer esta
situación, visibilizarla, mostrar que son las nuevas formas de
colonialismo que sigue destruyendo la vida, las comunidades, los tejidos
sociales de personas que históricamente fueron consideradas no humanos.
También articulamos movimientos sociales, porque estamos frente a un
monstruo que requiere del trabajo de muchas organizaciones, por tanto,
nos parece fundamental la articulación política no solo a nivel local y
nacional, sino también trasnacional.
Muchas de nosotras también colocamos la alegría como una manera de
enfrentar toda esta violencia sistémica. Por eso el arte, las
producciones culturales son para nosotras muy importantes como formas de
hacer política. Otra de las estrategias es la formación política. Es
importante que los colectivos, las organizaciones, los movimientos se
formen políticamente: es la manera que podemos entender nuestras
historias de pueblos colonizados y a nosotras mismas.
- "¿Las críticas? Las de siempre"
Pues es una lucha feminista, pero con apellidos: es feminista
antirracista que se expresa contra la explotación capitalista y las
maneras en que la colonialidad tiene lugar actualmente. Las críticas son
las de siempre: que somos "boconas", radicales e insoportables. Es lo
de siempre, pero ya estamos acostumbradas. Eso no para nuestra lucha.
Viviana Waisman, España - Latinoamérica
Viviana Waisman reside en España pero intenta tener un ojo siempre
mirando a Latinoamérica. Su familia es argentina, ella se crió en EEUU.
Es experta en derechos de las mujeres y en derecho internacional de los
derechos humanos y en 2001 fundó la organización Women’s Link, de la que
es presidenta, para que las mujeres vivieran como una realidad
práctica, en su día a día, los derechos por los que varias generaciones
de feministas anteriores habían luchado. "Tenía la percepción de que la
generación feminista anterior a la mía había conseguido un
reconocimiento de derechos en las Constituciones del mundo, pero lo que
faltaban eran las herramientas para su implementación". A través de los
litigios estratégicos llevan a los tribunales las causas invisibles de
muchas con el rostro de algunas valientes. "Lo que más me satisface es
cuando vemos que el acceso a la justicia realmente puede ser un
mecanismo de reparación. Cuando se hace realidad en un caso y ver que
son las mujeres las que lideran las luchas".
- "Los mecanismos de opresión son parecidos"
Yo creo que desafortunadamente nos encontramos que aunque los contextos
sean diferentes, los mecanismos son básicamente los mismos. Por
ejemplo, los estereotipos de género que causan la discriminación y a la
vez hacen de obstáculo de acceso a la justicia para las mujeres. Está
presente en todas las oficinas regionales (en Bogotá, que cubre la
región de Latinoamérica y el Caribe) y en España (sobre España y la UE) y
también en los países en África Occidental en los que trabajamos.
- La justicia como herramienta de cambio
La apuesta de Women's link es usar la potencia del derecho para
potenciar los derechos sociales de las mujeres y las niñas. Vemos los
procesos legales, los litigios, como una oportunidad para sentar
precedente sobre cómo interpretar los derechos y dan la oportunidad de
un debate público que salga de los tribunales y llegue a la calle. Un
ejemplo: el caso de Ángela González contra España ante el comité CEDAW
de la ONU, que hemos ganado. Es solo un litigio, se decide en Ginebra y a
saber quién se entera, pero desde Women's Link hacemos que llegue a
España para abrir un debate sobre cómo interpretan los jueces y juezas
las causas de violencia de género en el caso de las custodias y las
visitas de los padres maltratadores a los hijos.
- "¿Y los hombres? ¿qué pasa con los maltratados?"
Si trabajas el tema de los derechos humanos yo siempre digo que estás
nadando contracorriente, pero si trabajas por el derecho de las mujeres y
las niñas trabajas contracorriente de la contracorriente. Cuando
tratamos el tema de la violencia contra las mujeres una respuesta
recurrente es: "¿Y los hombres? ¿Qué pasa con los hombres? ¿Y las
denuncias falsas?" y toda esa retórica que intenta hacer ver que lo que
pasan mujeres y hombres es lo mismo. Respecto a la lucha por los
derechos sexuales y reproductivos, encontramos muchísimos obstáculos de
la Iglesia y personas que defienden los derechos de fetos en abstracto y
no los de las mujeres y las niñas. Y es una oposición muy organizada.
María Teresa Blandón, Nicaragua
María Teresa Blandón es
directora del ‘Programa feminista La Corriente’, en el que trabaja
desde 1994 para promover la defensa y los derechos de las mujeres en su
país, Nicaragua. Su activismo feminista inició a los 17 años, cuando
decidió unirse a la revolución sandinista y luchar en la guerra para
dejar de someterse a la orden militar. Al finalizar la guerra, se unió
al sindicato agropecuario, desde donde informaba a las mujeres
campesinas sobre derechos sexuales y reproductivos y violencia de
género. El contacto directo con los problemas de la población femenina
nicaragüense le hizo detectar el grave problema de la desinformación.
Desde entonces, lucha por corregirlo para lograr empoderar a las
mujeres. Ella es una de las " avanzadoras" con las que Oxfam Intermón apoya y visibiliza a "mujeres que avanzan y hacen avanzar".
- Representar a la mujer como "ser deficiente"
"Dentro de la cultura nicaragüense está presente la violencia machista
en todas sus expresiones: la reproducción de ideas que presentan a las
mujeres comos seres deficientes y a los hombres como dotados de poderes
superiores; la propagación de ideologías religiosas abiertamente
misóginas; la imposición de la maternidad obligatoria como destino
ineludible de todas las mujeres, acompañado de la tiranía del cuidado;
la penalización total del aborto o la imposición de la heterosexualidad,
son solo algunas de ellas".
- "Hemos politizado las opresiones"
"Las feministas hemos sacado del ámbito privado estas opresiones y las
hemos politizado. Hemos desarrollado estrategias de sensibilización y
denuncia y nos hemos organizado para fortalecer las luchas colectivas a
través de las que se generan nuevos conocimientos y prácticas de
rebeldía en la vida cotidiana. Es muy importante generar nuevos diálogos
con mujeres y hombres jóvenes para romper con la herencia patriarcal y
afirmar nuevos imaginarios".
- "Egoístas, putas, marimachas, desocupadas"
"Desde el Estado, las religiones más conservadoras y medios de
comunicación afines al poder nos han llamado locas, vagas, desocupadas,
putas, egoístas, peligrosas para la sociedad, desubicadas, exageradas,
marimachas, lesbianas. Estas son las críticas contra la lucha feminista
más frecuentes en mi país".
Luciana Moreira, Portugal
Desde el colectivo 'No te prives',
Luciana Moreira observa y analiza cómo llegan los jóvenes a la
universidad. Sus "resistencias" a percibir la desigualdad de género. En
las charlas que imparte desde su colectivo en la portuguesa ciudad de
Coimbra, detecta "las actitudes machistas en la que nos educan". Su
objetivo: "Llegar también a ellos, a los más difíciles". Y buscar la
forma para que le respondan con una de las frases que alegran su día:
"Desde que me lo dijisteis, me empecé a dar cuenta. Antes no lo veía".
También pretende desmarca de la lucha mainstream
que, dice, suele caracterizar a la celebración del Día de la Mujer.
Insiste en no olvidar a ninguna: lesbianas, heterosexuales, negras,
blancas, transexuales, prostitutas, ricas, pobres. "El 8 de marzo es de
todas". En el Centro de Estudos Sociais de la
Universidade de Coimbra, está inmersa en el proyecto 'Ciudadanía,
Cuidados y Derecho a Elegir: Micropolíticas de la Intimidad en Europa
del Sur'.
- De la lucha contra el piropo a la reproducción asistida
"¿Mecanismos de opresión? Los propios de esta sociedad patriarcal...
Ahora se está hablando mucho del piropo en la calle por parte de
desconocidos. Desde hace dos o tres años se propuso la
regularización desde la izquierda portuguesa. No se ha logrado pero sí
que poco a poco la sociedad lo identifica con el machismo. Otro asunto
importante de lo que no se habla son los derechos reproductivos. Con el
cambio de Gobierno, acabamos de lograr la reproducción asistida mujeres
lesbianas o solteras. Hasta ahora estaba prohibida. Ha sido una lucha
feminista y LGTB muy importante. Por otro lado, es fundamentar
sensibilizar en todos los ámbitos de la sociedad, informar y llegar a
esa gente que está fuera de la acción social. Los más difíciles.
- Llegar a los que están más lejos
"Para eso buscamos diferentes formas: organizamos actos en la calle,
charlas, concentraciones, organizamos lecturas de poesía. Todo desde
diferentes perspectivas, intentamos dar voz a todas las realidades. Los
universitarios que están en los primeros cursos muestran muchas
resistencias. Hacen preguntas pero vienen de una formación muy
tradicional en lo que tienen que ver con género. Ellos y ellas, pero
sobre todo ellos. Identificamos actitudes machistas graves en las
novatadas. En Portugal son muy típicas y no acaban hasta mayo del año
siguiente. Los cánticos y las pruebas son muchas veces sexistas y
homófobas. Hay algunas profesoras que están recogiendo firmas para
regularlo y un grupo de estudiantes han creado un proyecto para
demostrar que se pueden divertir de otra forma. Pero la tradición es más
fuerte, y no se hace nada.
- "¿Para qué queréis ahora el feminismo?"
L
Fomentar el odio entre los hombres y las mujeres, no soluciona los problemas. En armonía y en el consenso se avanza y se puede conseguir avances. No olvidemos que dividir la sociedad para mejor gobernarla es el papel de la elite. Para el que entienda. Un cordial saludo
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