mayo 07 2016 José Manuel Sánchez Fornet
El sábado 30 de abril, el director
general de la Policía, Ignacio Cosido, realizó en un programa de 13 TV
declaraciones contra un partido político legal de nuestro país. Entre
otras afirmaciones dijo cosas como: “Podemos defiende proyectos como el que ha
representado ETA en nuestro país”; “Es un proyecto de izquierda
totalitaria cuyas consecuencias se pueden ver en lo que está ocurriendo
en Venezuela”; “Supone una amenaza para nuestra democracia”; “En su
doctrina política hay un germen de justificación de la violencia porque
se consideran los únicos representantes del pueblo”.
Han transcurrido seis días y salvo
algunos (pocos) medios de comunicación y el propio partido político
afectado, poca reacción se ha producido al respecto en otros partidos
políticos, y ninguna dentro de la Policía, con un silencio clamoroso
entre sus organizaciones sindicales que es indicativo de lo que está
pasando en su seno, y especialmente clamoroso para mi el del mayoritario
SUP, (al que sigo afiliado, todavía, desde 1982), que hasta hace no
mucho tiempo tenía muy claro estos conceptos y ahora parece competir por
ser el más corporativo de todos. Mucho escándalo si el ministro hace un
nombramiento, cuestionable, de comisario honorífico, más por el
corporativismo de los propios comisarios que por el efecto que tenga
sobre el colectivo o la ciudadanía; bastante menos si se concede una
condecoración a una virgen porque se comparte el uso religioso de la
institución, y silencio cómplice si el director general de la Policía
acusa a un partido político legal como Podemos de manera tan
inaceptable.
El OCC, Observatorio Contra la
Corrupción, integrado por ciudadanos de cualquier profesión pero con
mayoría de policías (yo entre ellos) y algunos guardias civiles, ha
expresado el día 6 de mayo su repulsa contra esas declaraciones en una
nota de prensa. Señalan en la misma que los responsables políticos que
ocupen cargos públicos del Estado deben actuar conforme a esa
responsabilidad, y si hay algún puesto desde el que se deben cuidar las
declaraciones políticas es cuando se dirige la Policía. Que el máximo
responsable como director del Cuerpo diga lo antes escrito y no pase
nada es una evidencia, una más, de las cosas que pasan en este país y
que no tienen equiparación con nada parecido en ningún otro país
democrático.
Lo de la independencia de las fuerzas de seguridad y el respeto a las ideas de todos en democracia, en este país es mentira y el director general lo ha puesto de manifiesto.
Estas declaraciones incumplen el
texto de la Constitución respecto a la imparcialidad de las fuerzas de
seguridad (puesto que el que las hace es el jefe ejecutivo político que
representa a la Institución); incumple los principios básicos de
actuación que impone la ley orgánica 2/86, e incumple el Código Ético
aprobado recientemente a instancias del propio Cosidó, lo que hace aún
más inexplicables sus comentarios. En el mandato de Cosidó, si hay un
partido en el que se han descubierto casos de corrupción (alguno como el
del ático, a pesar de su expresa oposición y de la del ministro, con
dos comisarios cesados), ha sido el PP y nunca ha realizado
declaraciones contra su partido como embrión de procedimientos mafiosos
que vulneran las reglas del juego democrático.
En este país donde se hacen millones de
identificaciones indiscriminadas e ilegales; se montan “filtros”
(controles) a la ciudadanía para subir estadísticas; se dificulta
sobremanera a la ciudadanía que pueda presentar denuncias, por ejemplo
exigiendoles que lleven con una grúa el coche a la comisaría para
tomarle las huellas si quiere denunciar que le han robado la batería
(provocando que no se presente y no conste ese delito en las
estadísticas); o se manda a la Policía a visitar a cientos de ciudadanos
en su domicilio porque tienen una bandera republicana en su balcón, en
ejercicio del derecho de expresar sus ideas sin violencia que es el
primer ladrillo de cualquier democracia, para que no “enturbie” la
entronización del nuevo rey, no cabe extrañarse si el director general
de la Policía dice esto contra un partido apoyado por más de cinco
millones de votos (entre ellos el mío, que como es mío puede ir en las
próximas elecciones a Podemos o a cualquier otro) sin que pase nada.
Lo de la independencia de las fuerzas de
seguridad y el respeto a las ideas de todos en democracia, en este país
es mentira y el director general lo ha puesto de manifiesto. Pruebas de
ello hay a miles y no hay más que visitar algunos grupos en redes
sociales de miembros de las fuerzas de seguridad para ver la cantidad de
águilas de San Juan y halagos al régimen anterior que se producen sin
que a nadie parezca molestarle y desenvolviéndose en ese ambiente todos
ellos como pez en el agua, pero si eres de izquierda, o republicano, o
ateo, o las tres cosas a la vez, estás en peligro de ser objetivo de las
más salvajes descalificaciones que nadie pueda imaginar, pero si además
pides para Podemos el mismo respeto, el que exige la legalidad, que
para los demás partidos legales tienes garantizada una jauría de
alimañas presuntamente de dos patas y uniforme que desde traidor,
asesino, terrorista… te dedicarán los más ruines insultos que nadie se
pueda imaginar. En la Policía y la Guardia Civil de la democracia
española hay que ser conservador (o fascista), monárquico y religioso o
de lo contrario empiezas a ser sospechoso. Y como muestra, por decir que
un ministro de Interior de Podemos podría ser igual o mejor que uno del
PP o PSOE he aquí una de las varias viñetas que me dedicaron y
difundieron profusamente por las redes sociales presuntos policías y sus
camaradas de ideología ultra talibán, la mayoría haciendo gala de su
valentía habitual desde cuentas anónimas. Esto pasa a diario en la
Policía y la Guardia Civil y es a esos policías fascistas (por
ignorancia muchos de ellos) a los que alienta Cosidó con sus
declaraciones.
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