En ese momento, un sintecho rumano se coloca frente a la cabecera y comienza a gritar: "¡Fuera racistas de nuestros barrios!". Una voz femenina se alza inmediatamente desde la primera línea y se dirige a los suyos: "Callados, ¿vale?". El hombre continúa frente a ellos, apenas a un par de metros: "¡Nazis! ¡Racistas!", pero solo encuentra la voz calmada de la líder del grupo: "Vale, vale... ya está, ya está". Cuando alguno de los manifestantes pierde la paciencia y empieza a responder, la misma mujer se da la vuelta para callarle. Los jóvenes, muchos de ellos 'armarios' de gimnasio acostumbrados a saltar a la mínima provocación, siguen sus órdenes y guardan silencio.
La marcha fue un nuevo golpe en la mesa del Hogar Social, un grupo surgido en 2014 en el barrio de Tetuán que se ha demostrado mucho más activo que cualquier iniciativa similar surgida en el pasado. Desde sus iniciales repartos de alimentos "solo para españoles" han pasado por tres inmuebles distintos y han aumentado sus acciones de protesta, incluyendo el lanzamiento de bengalas y botes de humo contra la mezquita de la M-30. Siempre buscando el foco mediático... y siempre con la misma mujer al frente, gestionando el día el día, atendiendo a los medios y controlando que nadie se salga del guion.
De Alovera a Tetuán pasando por la Autónoma
Ella es Melisa Domínguez Ruiz (aunque suele ocultar su primer apellido), y a sus 27 años es la fundadora e indiscutible cara visible del grupo. Lejos queda ya su adolescencia en Alovera (Guadalajara) y el instituto San Isidro en Azuqueca de Henares donde cursó sus estudios. "Era una chica tímida, hija única", recuerda un compañero de clase. "Se vestía de forma un poco masculina y en los recreos siempre iba con grupos de chicos. Eso era raro porque lo normal entonces era que nos juntásemos chicos con chicos y chicas con chicas". "No era muy sociable, pero tampoco era conflictiva", apunta otro, que señala que en aquellos días Melisa era además la sobrina de la alcaldesa de Alovera, "su tía Puri", que iba como independiente por el PSOE.Ya en Madrid, pronto empezó a moverse en círculos ultraderechistas, y en sus primeros días de clase en la facultad de Filosofía de la universidad Autónoma fue recibida con una pintada que decía "Fuera nazis de la universidad". Era el año 2008. De hecho, preguntar por Melisa a sus compañeros de promoción devuelve invariablemente la misma respuesta: "Ah, la nazi".
"Tuvo que mantener un perfil bajo y no llamar mucho la atención, porque si no le hubieran hecho la vida imposible. El ambiente en la facultad es muy de izquierdas y siempre había gente que quería señalarla", recuerda una compañera. "Yo creo que aprendió a callarse para pasar desapercibida, no solía participar en clase ni hacer intervenciones conflictivas. Me acuerdo que cuando estábamos hablando de Heidegger en clase todo el mundo la miraba con el rabillo del ojo a ver si decía algo, pero nada".
"Las aulas son pequeñas, así que al final se tenía que relacionar más o menos con la gente, y si te olvidabas de su ideología la verdad es que en el trato era normal", recuerda otra chica que estudió con ella. "Pero vamos, por el peinado y los tatuajes estaba muy claro cuál era su rollo".
Aunque no ha llegado a terminar la licenciatura de Filosofía, Melisa se tomaba los estudios tan en serio como cualquiera y actualmente cursa por la UNED un grado de Antropología Social y Cultural. Sus compañeros la recuerdan acudiendo a un examen a pesar de estar embarazada de muchos meses, un niño que ahora tiene tres años y del que ella presume en su álbum de fotos de Facebook.
En lo que coinciden quienes estudiaron con Melisa es que, si bien asistía a las clases, "se notaba que su vida estaba fuera". Una vida no exenta de episodios polémicos.
Militancia en Movimiento Social Republicano
Su primer 'salto a la fama' se produjo en 2009. "Cuando la vimos en el telediario no nos lo podíamos creer", recuerdan sus compañeros de Alovera. Se celebraba el juicio contra Josué Estébanez, el joven militar de ultraderecha que asesinó de una puñalada en el corazón a Carlos Palomino, un antifascista menor de edad. Las cámaras de metro grabaron la agresión y Estébanez acabaría siendo condenado a 26 años de cárcel.A las puertas del juzgado se encontraban reunidos familiares y amigos de Palomino cuando llegaron dos chicas arrojando panfletos al grito de "¡Josué libertad!" hasta que la Policía las alejó del lugar. Una de ellas era Melisa, que mientras se alejaba recibió un fuerte puñetazo en la cabeza de un amigo de la víctima. Lo aguantó de pie.
"Yo tenía 18 o 19 años, estaba de fiesta con unos amigos en Moncloa y había una chica que estaba enrollada con un amigo mío que estaba muy borracha, liándola. La acompañamos a coger el bus a Villalba y se metió en una bronca con unas chicas, se fue a por ellas y yo me metí en medio. El día del juicio las que denunciaron no vinieron y los testigos no me reconocieron, pero a esas alturas, la chica estaba enfadada conmigo porque había roto con mi amigo y dijo que habíamos sido las dos, ella y yo. Yo no tenía abogado porque era un juicio de faltas, no sabía ni que se podía recurrir y ahí se quedó".
El siguiente paso fue su entrada en el Movimiento Social Republicano (MSR), un partido de corte nacionalsocialista, y en su organización juvenil, Liga Joven. Para entender el cariz del MSR basta decir que cuando se celebró el juicio contra la cúpula de la organización neonazi Blood & Honour por asociación ilegal y tenencia ilícita de armas, se comprobó que 17 de sus miembros habían ido en las listas electorales de MSR a las generales.
El primer acto de MSR en el que Melisa tomó la palabra se celebró en mayo de 2013 en Medinaceli (Soria), una localidad de peregrinación fascista por ser el único lugar de España donde hay un monumento a Ezra Pound, el poeta de la 'generación perdida' seguidor de Mussolini. En los meses siguientes, se convertiría en una cara habitual en charlas y manifestaciones de la organización.
Un verano en las televisiones
En 2014 llega la fundación en el barrio de Tetuán del Hogar Social Ramiro Ledesma (una denominación en homenaje al ideólogo fascista que posteriormente han ido abandonando). El mensaje, ayudar a españoles (y solo a españoles) en situación de dificultad. Y la actitud, sorprendentemente amable, abriendo las puertas de sus sucesivas sedes a todo medio de comunicación que quisiera ver qué estaba pasando allí.El modelo estaba claro: Casa Pound, el movimiento fascista italiano que arrancó con la ocupación de un edificio público de Roma hace más de una década y que se ha extendido por todo el país contando por miles a sus simpatizantes. El éxito de Casa Pound no se entiende sin su líder y fundador Gianluca Iannone: simpático, agradable y con un aspecto alejado de los estereotipos, ha conseguido legitimarse a sí mismo y al movimiento con sus apariciones en medios.
Vídeo: Aparición de Melisa en 'Un tiempo nuevo', de Cuatro
Pero
Melisa no dio ese paso inmediatamente. Al principio atendía a la prensa
pero no permitía que se tomaran fotos de su rostro, o se animaba
ocasionalmente a dar la cara ante las cámaras usando nombres falsos como
Mónica o María, hasta que en verano de 2015 su aparición en reportajes de grandes cadenas de televisión se normalizó por completo.Es ahí cuando empiezan a surgir voces que la reconocen de sus actividades pasadas, cuestionando el espacio televisivo que se le concede. Mientras tanto, Melisa cultiva su imagen pública como 'voz nueva', pero no siempre es fácil: en una ocasión tiene que vendarse el tobillo antes salir a hablar con los medios para ocultar la esvástica que tiene tatuada.
Lo cierto es que, en una escena donde la mayoría de sus componentes tienen problemas para tratar con la prensa más allá de la lectura de comunicados, Melisa ejerce como portavoz de forma impecable. "Se nota que tiene cabeza", reflexiona un periodista que la entrevistó. "Ahí dentro casi todos se limitan a repetir eslóganes, pero ella tiene carisma, sabe cambiar de tono, te llama por tu nombre... genera sensación de cercanía y naturalidad".
Claro que su imagen amable no le ha librado de sufrir algún sobresalto: hace unos meses un desconocido la abordó cuando recogía a su hijo del colegio y la amenazó de muerte exhibiendo un arma blanca. El agresor fue detenido poco después, según informó 'La Razón'.
Conexión con Amanecer Dorado y Casa Pound
En el batiburrillo de movimientos que conforman la extrema derecha española no todos ven la iniciativa con buenos ojos, aunque casi nadie la critica públicamente (menos aún después de sus últimos éxitos de visibilidad). "La chica es muy seria, muy activa, con mucho tesón para trabajar y montar cosas", opina un militante de un partido ultraderechista. "Pero no tiene mucho fondo, no es ideóloga. Yo creo que lo que España necesita es algo como el Frente Nacional en Francia, pero lo que a estos les pone es Amanecer Dorado".Otras fuentes del mismo entorno apuntan a causas similares para mantener las distancias: "Ella cae bien, y el proyecto es simpático en el mundillo, pero mucha gente no se quiere subir al carro porque parece que hay gente turbia, poco fiable". En el fondo, una discrepancia de estilos entre los teóricos que quieren hacer política y los que prefieren hacerse fuertes en las calles, como ha ocurrido en otros lugares de Europa desde el estallido de la crisis. El referente más comentado, Amanecer Dorado, arrancó en 2012 su campaña de reparto de alimentos y oficina de empleo solo para griegos, iniciando un camino salpicado de violencia xenófoba, encarcelamientos y conexiones con bandas criminales que les ha llevado a obtener una notable presencia en el Parlamento.
"Nosotros sentimos que estamos formando parte de una nueva forma de ver Europa en este contexto de crisis e inmigración masiva", explica Melisa, que recientemente ha acudido como ponente a actos en París y Leipzig con organizaciones afines. "Están surgiendo nuevas iniciativas, cada una con sus características y sus tiempos. Tenemos relación con Casa Pound y con Amanecer Dorado, pero eso no significa que estemos de acuerdo en todo". De hecho, la manifestación del pasado 21 de mayo se celebró simultáneamente en Roma (Casa Pound), Atenas (Amanecer Dorado) y Budapest (Alternativ Europa).
Pero las discrepancias internas no son solo teóricas. Además está el tema de la imagen. Desde que Melisa se erigió como cara visible del Hogar Social, se incrementan en los foros los comentarios de ultraderechistas que la consideran inapropiada como portavoz por su aspecto físico y su manera de vestir. Y con la exposición pública, los rumores se multiplican: no hay una sola discusión en la red sobre su figura en la que no haya varios mensajes cuestionando su ascendencia española (incluso con apodos y fotomontajes), y el tema también surge de manera natural al preguntar por ella en el entorno de la ultraderecha o a sus compañeros de instituto en Alovera.
No es un detalle cualquiera: los integrantes del Hogar Social enarbolan el discurso de "los españoles primero", pero han manifestado en numerosas ocasiones que para ser español no basta tener el DNI español. Melisa lo explica a este diario de manera muy gráfica: "Si tú tienes un papel en el que pone que eres un gato... ¿eres un gato?". "No consideramos que la nacionalidad la dé un DNI. Una persona no es española por nacer en España. Ser español es una forma de ver la vida, es un linaje, es una historia, eso un DNI no lo puede dar", declaró a 'Público'.
Melisa quita hierro a la rumorología que ya forma parte inevitable de su figura: "Me gustaría que se me juzgara por mi actividad política, no por cuestiones personales. Se dicen cosas, pero es que el mundillo patriota es un asco; es como los cangrejos en un cubo, que son cuatro y en cuanto uno intenta sacar la cabeza, los otros tiran de él para atrás. El rumor está siendo utilizado para joder el proyecto, tanto desde la extrema izquierda como desde el lado patriota. Y la verdad es que el pueblo ni lo piso, me llevo mal con casi todo el mundo allí. Cuando di la cara ya sabía que tendría que aguantar hostias, pero no puedo centrar mis esfuerzos en eso, yo quiero centrar mis esfuerzos en otras cosas". Cuando este diario contactó con sus padres, la portavoz del Hogar Social reaccionó rápidamente con un burofax en el que amenazaba con acciones legales si se publicaban "secretos que afectasen a su intimidad personal y familiar".
Choques con el Ayuntamiento
Más allá de cuitas internas, la oposición al Hogar Social también crece a medida que adquieren protagonismo. Por un lado en las calles: la marcha por la Gran Vía fue contestada con una manifestación antifascista en Atocha que la triplicó en número bajo el lema "Madrid para todas". Y por otro lado en las instituciones, ya que los roces con el Ayuntamiento han sido constantes en los últimos meses y la tensión se encuentra actualmente en su punto más alto. En los días previos a la marcha del 21 de mayo, el consistorio que dirige Manuela Carmena envió una carta a la Delegación de Gobierno solicitando -sin éxito- su suspensión. La manifestación se celebró el mismo fin de semana que la final de la Copa del Rey, y desde la izquierda arreciaron las críticas contra Concepción Dancausa (delegada del Gobierno en Madrid e hija de uno de los fundadores de la Fundación Francisco Franco), por el contraste entre su permisividad con el Hogar Social y su intención de prohibir las esteladas en el Vicente Calderón.Ahora la Fiscalía de Madrid investiga la posible comisión de un delito de odio a raíz de la denuncia del Ayuntamiento, una acusación que Melisa rechaza: "Nosotros no hemos cometido ningún delito, no hemos criminalizado a ningún colectivo por su nacionalidad, su raza o su religión. La frase era 'Españoles sí, refugiados no', y el artículo 510 del Código Penal no hace ninguna referencia a la condición de refugiado. En España hay libertad de expresión".
Mientras tanto, Hogar Social ya lleva siete meses en su sede actual, el antiguo edificio de archivos del NO-DO, donde aseguran que reparten alimentos semanalmente a 300 familias y dan techo a 17 personas. Además, Melisa acude como tertuliana al programa de radio de Javier García Isac, colaborador habitual de Intereconomía.
Este mismo viernes, el Hogar Social hizo una nueva demostración de fuerza al desplegar sobre la fachada del Ayuntamiento de Madrid una lona con la leyenda 'Españoles welcome' (en contraposición a la pancarta 'Refugees welcome' que preside el consistorio). Una vez más, un mensaje cuidadosamente escogido, en positivo, para no generar rechazo ni tener problemas legales. Una acción que resultó un éxito de repercusión, y que a buen seguro no será la última.
..................................... ADEMÁS:
Madrid La cuarta vida del Hogar Social Madrid
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/07/26/madrid/1469531456_302090.html
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MADRID 22/02/2017 ALEJANDRO TORRÚS. Extrema derecha Fascismo 2.0: del gueto a la transversalidad para intentar el "gran asalto"
Diversas organizaciones de extrema derecha están
floreciendo por todo el Estado con la misma premisa que Hogar Social
Madrid: discurso antiinmigrante centrado en la acción social
http://www.publico.es/sociedad/fascismo-gueto-transversalidad-asalto.html
Estamos en la sede de Hogar
Social Madrid, un palacete en el centro de Madrid que en su día fue
vivienda de Millán Astray. Es enorme. Gigantesco. Melisa D.Ruiz,
portavoz y líder indiscutible, explica las bondades del grupo en un
primer paseo por las instalaciones. Muestra su enorme preocupación por
las clases populares que han sufrido la crisis. Carga tintas con el
nivel de desempleo. "Inadmisible", dice. Reitera su desprecio por
"patriotas de pandereta" como Amancio Ortega y aporta el sorprendente dato de que la izquierda no ha terminado de comprender la lucha de clases.
De repente, nos encontramos con Juan Luis, un hombre de 42 años que
habita desde hace tres días en el edificio que okupó Hogar Social
Madrid, según nos cuenta. Juan Luis habla maravillas de Hogar Social
Madrid, el único colectivo que le ha prestado ayuda. Nunca ha escuchado
hablar de nazis, neonazis y fascistas. Casualidad.
Melisa escucha atenta y saca pecho. "Las etiquetas de neonazis o de extrema derecha son para perjudicarnos. Nosotros sólo somos patriotas
y defendemos a nuestra gente", dice la mujer que, supuestamente,
esconde un tatuaje con una esvástica en su tobillo. Hogar Social Madrid
tiene alrededor de 200 miembros en Madrid y anuncia que, en breve,
abrirán otra sede en otra ciudad española. El colectivo marca el paso de
la nueva extrema derecha en España: un discurso antiinmigrante centrado en la reclamación de los españoles primero, que se mueve y se expande principalmente en las redes sociales y que renuncia a simple vista a las banderas tradicionales de la extrema derecha.
Hogar Social Madrid marca el paso
de la extrema derecha: discurso antiinmigrante centrado en la
reclamación de los españoles primero
No son
los únicos. Diversas organizaciones de extrema derecha están floreciendo
por todo el Estado con las mismas premisas que Hogar Social Madrid:
discurso antiinmigrante centrado en la acción social y situando en el
centro los problemas de la sociedad: desempleo, falta de acceso a los servicios públicos y, entre otras cosas, cláusulas suelo o pobreza energética. Un ejemplo son las asociaciones Centro Social y Nacional de Salamanca, la Asociación Cultural Alfonso I de Cantabria, el grupo Iberia Crúor de Jaén, el colectivo Málaga 1487, Acción Social Cádiz y la asociación Lo Nuestro de Murcia.
Las seis agrupaciones firmaron un manifiesto el
pasado mes de enero en el que se comprometían a "colaborar, llevar a
cabo acciones conjuntas y a trasladar a las calles" su mensaje basado en
cuatro "valores y principios": "defensa de la soberanía nacional",
"justicia social", "preferencia nacional" y "defensa de los valores
españoles". Su primera acción conjunta, según ha podido saber Público, consistirá en una campaña que promocionará el mensaje de "los españoles primero".
Los seis colectivos nacieron hace ya varios años pero es ahora, con el
auge de Hogar Social Madrid, y con el uso de las redes sociales, cuando
están consiguiendo llegar a un mayor número de personas.
Así lo atestigua Esteban Ibarra, presidente de
Movimiento contra la Intolerancia, que advierte de que la extrema
derecha se está reorganizando a través de internet. "Antes necesitaban
una sede para adoctrinar, ahora pueden adoctrinar y captar a jóvenes a
través de la propaganda en las redes sociales", señala el experto, que apunta a Hogar Social Madrid como el nuevo "catalizador"
de la extrema derecha española o fascismo 2.0. Una extrema derecha que,
por una parte, puede regresar de experimentos fallidos como Frente
Nacional, España 2000 o Alianza, o, por otro lado y, principal problema,
pueden ser jóvenes que se están politizando ahora y se enrolan en estas
nuevos grupos atraídos por el mensaje de "los españoles primero".
Un primer vistazo en las redes sociales otorga la
razón a Ibarra. Sus páginas webs son una muestra del enésimo viaje a la
centralidad de la extrema derecha. No hay 'aguiluchos', no hay
exaltación de la violencia y, mucho menos, símbolos nazis. Lo más claro
que se encuentra en sus páginas y que les vincula con la extrema derecha
es su solidaridad con los condenados por el asalto de Blanquerna, que estuvo protagonizado por Manuel Andrino, jefe nacional de La Falange.
Son jóvenes, muchos con estudios universitarios. En su táctica está
dejar de lado todo lo que pueda "dividir" a la organización. En palabras
de Melisa: "La toma de postura siempre conlleva una división y nosotros queremos unión".
O en las Sinforiano Bezanilla: "Ya es hora de que los españoles dejemos
de estar separados en izquierdas o derechas. Tenemos que estar todos
unidos porque la situación es gravísima".
Así, las webs de los grupos mencionados centran sus
mensajes en la acción social. El grupo Iberia Crúor de Jaén, por
ejemplo, programa charlas informativas sobre cláusulas suelo,
realiza acciones que piden la nacionalización de las eléctricas y, por
supuesto, reparte comida y ropa dos domingos al mes. De las acusaciones
de tener miembros con una destacada ideología ultraderechista no saben nada. Su presidente es Mario Martos:
"Nacimos hace 8 años en Jaén. Éramos cuatro gatos y
muy jóvenes. Teníamos entre 18 y 20 años y teníamos en común la
ideología: nacionalismo español. Éramos una asociación que hacía
actividades culturales y con el tiempo hemos ido evolucionado hacia la
acción social", señala este joven, de 27 años, que reconoce que en los
últimos años han conseguido aumentar su repercusión gracias a las redes sociales.
"El mensaje que lanzamos estaba ahí antes, pero ahora todo el mundo
tiene un móvil en la mano con acceso a internet. Dentro de nuestras
limitaciones, hemos crecido bastante", reconoce Martos.
Cuando uno busca en Google el nombre de Asociación Cruor Jaen el primer adjetivo que encuentra el buscador es el de "nazis".
¿Casualidad? "Es una campaña de difamación de la extrema izquierda".
"Nosotros sólo defendemos la historia de España. A Don Pelayo, la Reconquista,
los Reyes Católicos, el imperio...", prosigue este joven, que asegura
que Iberia Crúor de Jaén se identifica con los 144 puntos que ha
propuesto la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, en su carrera por la presidencia de Francia.
Movimiento contra la Intolerancia advierte de que la extrema derecha se está reorganizando a través de internet
Desde el Centro Social y Nacional de Salamanca, su líder, que se identifica con el nombre de David, cuenta a través a de una conversación telefónica que lleva desde los 16 años militando en grupos "identitarios"
y que se enroló "al ver cómo está España" ya que están dejando "de lado
a los españoles y la unidad de la nación corre peligro". "Nosotros
defendemos la unidad, la identidad cultural y la prioridad nacional",
incide este joven de 29 años, que lleva 11 años, desde su fundación, en
el Centro Social y Nacional.
Mención especial merece el caso de la Asociación
Cultural Alfonso I de Cantabria. Por diversos motivos. Primero, porque
es la única que está más centrada en actos culturales que en la acción
social y, segundo, por su líder: Sinforiano Bezanilla. Mientras
que tres de los líderes que intervienen en este reportaje se sitúan
entre los 20 y 30 años, Sinforiano tiene 52 años y un pasado fácilmente
accesible en Google: número 1 de Frente Nacional en las autonómicas de 2011 y ex de Falange.
"Estoy muy orgulloso de mi pasado, pero no me gustaría que mi
posicionamiento personal se tome como posicionamiento de la asociación.
Somos alrededor de 50 personas, quedan dos, tres o cuatro que militaron
conmigo en aquella época. El resto son gente joven", dice este
hombre que asegura que también militó en el PSOE cuando era muy joven y
que recurre a los vergonzantes datos de desempleo para justificar su
retórica antiinmigrante.
Sinforiano tiene un discurso muy marcado en el rechazo a la inmigración y al establishment.
Carga contra PSOE y PP por igual, denuncia que los inmigrantes tienen
privilegios en España y que fue Aznar el que abrió la puerta de manera
masiva a la mano de obra extranjera. Además, es el único de los líderes
con los que ha hablado Público que defiende la dictadura de Franco.
"Creo que el país evolucionó a bien en ese tiempo. No fue lo mismo en
los 40 que en los 50, 60 o 70. Supo evolucionar. Tuvo muchos aciertos y
algún que otro error. Creo que tiene un balance positivo", señala.
El abandono de las experiencias fascistas y
autoritarias por estas organizaciones persigue llegar a un número mayor
de personas y salir del gueto donde la extrema derecha está instalada
desde que Fuerza Nueva desapareciera del Congreso. La crisis del régimen
de 1978 que se dejó ver con el movimiento 15M abrió la puerta a
partidos como Podemos, que se distanció de los partidos tradicionales y
propugnó el fin de la austeridad, pero esa misma puerta (con mucho menos espacio) quedó abierta para partidos de extrema derecha y ahora estas organizaciones están explorando ese mismo camino con el discurso de preferencia nacional y de justicia social.
El abandono de estas
organizaciones de las experiencias fascistas, al menos sobre el papel,
persigue salir del gueto donde la extrema derecha está instalada
Este
propósito de la extrema derecha tiene más sentido aún cuando se
analizan, por ejemplo, informes como el que acaba de hacer público el Real Instituto Elcano,
que señala que la "extrema derecha ha fracasado estrepitosamente en
España desde la transición a la democracia" porque "su mensaje y sus
protagonistas se ven como demasiado cercanos al pasado franquista".
"Un largo pasado autoritario y nacionalista actúa en el presente como
una vacuna contra los partidos de extrema derecha", asegura Carmen González, autora del informe.
Los datos proporcionados por el Real Instituto
Elcano, en este sentido, tienen una doble lectura. Por una parte,
resultan tranquilizadores cuando resaltan que solo el 4% de los españoles menciona la inmigración como un problema
importante para el país. También tranquiliza que gran parte del
descontento generado por la crisis económica ha sido capitalizado por el
movimiento 15M, primero, y Podemos, después, que han centrado sus
críticas en las élites políticas y económicas y no en la
población migrante. Por otro lado, el mismo informe también recoge datos
para la preocupación y para no creer que se trata de un asunto menor:
el 74% de la población considera que el número de inmigrantes en España
es demasiado alto, y un 41% declarara que probablemente votaría a un partido que defendiera posturas antiinmigrantes.
El 77% de los españoles, además, considera que los trabajadores españoles deberían tener prioridad en el mercado laboral.
"Esto sugiere que los temores hacia la inmigración tienen relación con
el alto nivel de desempleo", señala el informe del Real Instituto
Elcano. Estos últimos datos deben servir como alarma ante el riesgo de
que el mensaje antiinmigrante lanzado por estas organizaciones vaya
encontrando eco en la sociedad.
Y la extrema derecha lo sabe bien. Melisa D. Ruiz
repite cada vez que tiene oportunidad el dato de desempleo. También lo
hace Sinforiano, Mario y David, de Centro Social y Nacional de
Salamanca. Cinco millones, cinco millones, cinco millones. Una vez explotado este punto, el siguiente es el de las plazas escolares y las becas comedor.
No hay entrevista ni entrevistado que no haya derivado en la frase de
que los "extranjeros tienen más privilegios que los españoles". "Por
supuesto que los inmigrantes tienen más privilegios que los españoles.
Por supuesto. Se les dan alimentos que luego tiran a la basura",
dice Bezanilla, que se muestra convencido de que el mensaje
antiinmigrante calará entre la población: "Tenemos que perder el miedo y
decir lo que pensamos: en España hay demasiado inmigrante y no pasa
nada por decirlo".
Individuos de "dudosa moral"
El distanciamiento de estas organizaciones del
prototipo instaurado de 'neofacista' o 'neonazi' es evidente y buscado.
Si usted está esperando encontrarse un cabeza rapada con una sudadera
'boomber' y botas militares, prácticamente puede ir olvidándose. No
significa que no existan, ni tan siquiera que algunos de los que antaño
estuvieron vinculados a ultras como Outlaw o Suburbios hoy puedan estar
con un jersey y una camisa tras una bandera de Hogar Social
Madrid. Significa, más bien, que un grupo de la extrema derecha ha
cambiado su manera de presentarse al mundo. Ha cambiado su manera de
comunicarse, relacionarse y quiere abandonar la marginalidad. Quiere
abandonar el gueto y estrechar vínculos con la sociedad. Pero eso no
significa que hayan cambiado ni uno solo de sus postulados.
Las organizaciones de extrema
derecha que florecen en Europa tienen en común su reivindicación
identitaria y el discurso antiinmigrante
Melisa
D. Ruiz, de Hogar Social Madrid, tiene clarísima esta consigna. No
censura la bandera franquista, ni tan siquiera la nazi. Dice que son
"opciones personales", pero dentro de una manifestación de Hogar Social
Madrid o dentro de su sede no permite ninguna de estas banderas: "En los
actos de Hogar Social Madrid sólo puede haber banderas de Hogar Social
Madrid. Y eso lo dejo bien claro". Así, Melisa también ha puesto frenos a
una rápida expansión de su organización. No quiero perder el liderazgo
comunicativo ni organizativo. No quiere que una persona desconocida
fastidie el esfuerzo realizado por HSM para que su disfraz pase lo más
desapercibido posible. "¿Te da miedo que se te cuele un neonazi?",
pregunta el periodista. "No un neonazi. Me da miedo que se me cuele un individuo de dudosa moral", responde la entrevistada.
Sería un error, no obstante, pensar que estas
organizaciones siguen un patrón homogéneo o que todas son iguales. O que
todos los individuos que están dentro de la misma organización piensan
igual. En eso consiste la apuesta tranversal. O que todas las
organizaciones de extrema derecha o ultraderecha que están floreciendo
en Europa son iguales. No es lo mismo Amanecer Dorado que Frente
Nacional. Y no es lo mismo el FPÖ que el Partido de la Libertad (PVV) de
Geert Wilders. No obstante, todos ellos tienen elementos en común con
nuestro fascismo 2.0: la reivindicación identitaria, es decir, la
preferencia nacional o la atribución exclusiva a los nacionales de los
derechos políticos, económicos y sociales. Asimismo, otro rasgo
característico de toda esta nueva extrema derecha a nivel europeo es su
aversión hacia la sociedad multicultural y su deseo por limitar la inmigración.
De hecho, la identificación de estos colectivos de
extrema derecha con sus parientes en Europa marca un punto importante de
diferenciación. Hogar Social Madrid, por ejemplo, se identifica con Amanecer Dorado; Cruor Jaén, con Marine Le Pen;
Centro Social y Nacional de Salamanca dice no sentirse identificado con
ninguna formación política, mientras Sinforiano Benzanilla dice que "se
la trae al pairo lo que pase en Francia". "Nada se puede comparar a
España", dice.
Muchas de las características que hoy encontramos en estos grupos de extrema derecha se encuentran ya en Casa Pound, de Italia
Pero
estos grupos o esta nueva forma de extrema derecha no salen de la nada.
Ni tampoco se puede considerar que Hogar Social Madrid sea el fundador o
creador de nada. Hogar Social Madrid está hermanado, por un lado, con
Amanecer Dorado, y como ellos se están intentando dar a conocer a través
del reparto de comida; y, por otro lado, con Casa Pound, de Gianluca
Iannone, quienes también comenzaron su andadura en Italia ocupando una
casa y adoptando formas y protestas que tradicionalmente habían sido
abanderadas por el movimiento antiglobalización de las izquierdas.
Muchas de las características que hoy encontramos en
estos grupos de extrema derecha se encuentran ya en la organización de
Ianluca Iannone, a quien Melisa D.Ruiz de HSM define como "un líder nato" y
a quien ha conocido en sus viajes a Roma. No obstante, cabe destacar
que hoy por hoy este tipo de organizaciones no son especialmente
grandes, ni suponen un riesgo de cara al presente. Son pequeñas. Hogar
Social Madrid tiene 200 miembros. En la Asociación Cultural Alfonso I se
juntan alrededor de 50 personas. 60 en el Centro Social y Nacional de
Salamanca. El problema no es tanto lo que son ahora sino la evolución
que pueda tener la combinación de la acción propagandística en las redes
sociales con el reparto de comida en las clases más afectadas por la
crisis.
Fascismo del tercer milenio o extremo centro alto
Casa Pound nació en Roma en 2003 con la ocupación de
un edificio enorme de seis plantas y actualmente tiene un centenar de
sedes en toda Italia;veinticinco las abrió el año pasado. Es el movimiento de extrema derecha sin partido que más crece en Europa
y, por eso, un análisis del recorrido realizado por este grupo italiano
que toma su nombre del poeta seguidor de Mussolini Ezra Pound sirve
para ver por dónde irán los tiros en la extrema derecha española.
En el crecimiento de Casa Pound han tenido un papel fundamental la música y el ocio
para atraer a los jóvenes. Destaca, especialmente, el grupo
ZetaZeroAlfa (ver vídeo). Emanuele Toscano y Daniele di Nunzio
publicaron en 2011 el libro Dentro y fuera de CasaPound en el que analizan cómo "este grupo utiliza códigos culturales e incluso la misma música
que la izquierda". "Muchos jóvenes van a sus conciertos no porque sean
fascistas, sino porque simplemente les gusta el ambiente", explicó
Toscano en declaraciones a El Mundo.
La importancia del ocio y de la cultura para atraer a los jóvenes es un dato que Melisa, en su discurso, tiene muy en cuenta
La
importancia del ocio y de la cultura para atraer a los jóvenes es un
dato que Melisa, en su discurso, tiene muy en cuenta. De hecho, la líder
de Hogar Social Madrid no duda en citar al pensador comunista Gramsci para hablar de hegemonía y de la necesidad de conquistar la cultura para alcanzar el Estado. "En eso la izquierda nos lleva mucha ventaja", dice la líder de Hogar Social Madrid, que quiere potenciar la oferta de ocio de HSM.
La ocupación de casas para alojar a familias
italianas, tal y como está haciendo ahora HSM, también ha estado en el
ADN de este grupo italiano. Respecto a su mirada del pasado, Casa Pound
hace una especie de "fascismo a la carta". Coge lo que quiere y desecha lo que no interesa. De una manera muy similar lo hace Melisa. Lo mismo elige al Estado Social de Mussolini
como ejemplo de Estado socialista, que te dice que no defiende a
Franco, pero sí tiene buenas palabras para su política de vivienda
pública, o señala que no defiende a Hitler a la vez que apunta que no se
puede hablar libremente sobre el holocausto porque ponerlo en duda es delito.
Es más que interesante en este sentido el artículo de Stefano Bartolini, exdirector del Centro de Estudios Avanzados Robert Schuman, que lleva por título Los nietos del Duce, entre la novedad, la herencia, la persistencia y el amanecer del nuevo siglo, en el que destaca que Casa Pound y los nuevos grupos como este destacan por tener un programa “fascista de izquierda” tratando
de regresar a los orígenes del fascismo y de intentar cambiar su
imagen: “Los neofascistas del siglo XXI han readaptado las fórmulas de
la comunicación, han cambiado sus símbolos, han creado nuevas normas,
pero siguen siendo lo que han sido siempre".
En este sentido, Bartolini advierte de que aunque
parezcan haber abandonado sus ideas más radicales todo es pura
apariencia: “Los neofascistas han escondido al público muchas de sus ideas más impresentables.
Son capaces de reservarse toda su simbología más nostálgica si es
necesario. En estas condiciones, nada nos impide creer que conseguirán
nuevos espacios y nuevos trampolines para intentar el gran asalto”.
La extrema derecha se está reorganizando y tiene un plan para reinventarse y volver a calar entre los más jóvenes
La
organización italiana ha conseguido ocupar un espacio olvidado por la
vieja política: las clases populares y marginales. Precisamente, el
mismo espectro al que dirige su mirada la extrema derecha española. De
momento, tanto en Italia como en España siguen siendo muy minoritarios,
a pesar del ruido que hacemos los medios de comunicación y de la
demostración de fuerza que realizaron hace apenas un año en Madrid. Sin
embargo, el riesgo está ahí. La extrema derecha se está reorganizando y tiene un plan para reinventarse y volver a calar entre los más jóvenes.
Enmanuele Toscano lo expresa muy claramente.
Esta nueva extrema derecha es mucho más peligrosa que grupos neonazis
asociados a las temidas 'cazas' nocturnas' y a clubes de fútbol: "Esos
grupos son minoritarios. CasaPound es una mancha de aceite cada vez más grande",
dice el investigador. Lo mismo sucede en España. Las temidas 'cazas' de
grupos nazis van cayendo. Los ultras asociados a los clubes de fútbol
disponen de mucho menos poder que, por ejemplo, en los 90. Pero florecen
organizaciones como HSM. Toscano marca la solución: nada de ilegalizar y
sí crear alternativas políticas que atraigan a los más jóvenes.
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