"Empezaron a apretarnos los velcros de los chalecos antibalas y la 
agente con más pecho comunica al coronel que se siente incómoda...", 
recoge la denuncia
El juez togado archiva sin practicar diligencias porque que la mujer "se sintiera humillada no justifica, por sí solo, la apreciación de ese ataque"
La denuncia contra el coronel jefe de Cantabria recoge tres delitos que el Código Penal Militar castiga con hasta siete años de cárcel
    Pedro Águeda 1/12/2016 El juez togado archiva sin practicar diligencias porque que la mujer "se sintiera humillada no justifica, por sí solo, la apreciación de ese ataque"
La denuncia contra el coronel jefe de Cantabria recoge tres delitos que el Código Penal Militar castiga con hasta siete años de cárcel
http://www.eldiario.es/politica/Justicia-investigar-denuncia-vejaciones-guardias_0_586192286.html
 
    
Abuso de autoridad y discriminación 
por razón de sexo, atentado contra los derechos fundamentales y 
extralimitación en el uso del mando. Estos son los delitos que recoge la
 denuncia que una cabo primero de la Guardia Civil ha presentado contra 
el coronel jefe de la Zona de Cantabria y que un juez militar ha 
rechazado de plano, sin practicar una sola diligencia, bajo el argumento
 de que los hechos denunciados por la mujer no presentan indicios de 
delito.
El relato remonta al pasado 5 de octubre, 
durante unas prácticas de tiro a las que habían sido citados un grupo de
 agentes, entre ellos la denunciante, Pilar Villacorta, y otras dos 
mujeres del instituto armado que, según la denuncia, también fueron 
vejadas. Las tres habían sido autorizadas a hacer la práctica sin 
chaleco porque los que tienen son para hombres, les quedan grandes y no 
les permiten disparar en condiciones adecuadas.
Al terminar la práctica, los participantes pudieron 
retirarse a excepción de las tres mujeres, que fueron obligadas a 
permanecer en el lugar. Hasta 45 minutos después no llegó el coronel 
Luis Antonio del Castillo, quien anunció a las agentes que les iba a 
enseñar cómo colocarse la protección. Villacorta, la denunciante, había 
advertido a sus superiores de los problemas para disparar con el chaleco
 días antes de la práctica.
Y así, frente al coronel y
 otros cuatro hombres, comienzan los 23 minutos de presunta vejación. 
“La escena empieza a ser humillante cuando empiezan a apretarnos los 
velcros de los chalecos antibalas y la agente femenina que más pecho 
tenía le comunica que se siente incómoda con la prenda y que es evidente
 que su pecho es grande y no coge de forma adecuada al chaleco…”, relata
 la denunciante. El coronel no cesa en la orden y la escena se repite 
con la segunda guardia civil y con Villacorta, vocal de la Asociación 
Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en el Consejo Asesor del instituto 
armado. 
“Indicar que este momento fue del todo 
lamentable al ser un hombre el que me coloca (nos coloca) los velcros y 
los aprieta oprimiendo mi pecho y, además, como si de un pésimo sastre 
se tratara, me indica que la colocación es básica para que la prenda 
quede bien cuando era más que evidente que no era el adecuado en talla y
 formas”, continúa el relato cuya.
Para completar la 
escena, el coronel les ofreció “una charla” sobre cómo se coloca el 
chaleco correctamente, antes de repetir la práctica de tiro. Las agentes
 le decían que estaban incómodas y el coronel les respondía que el tiro 
no es algo cómodo y que las situaciones en la calle son de peligro y 
“nada cómodas”. “Obviamente el señor coronel olvidó que a las que se 
dirigía eran agentes que trabajan todos los días en la calle y saben de 
la peligrosidad de su trabajo, la que suscribe tiene 23 años de servicio
 operativo en la Guardia Civil”, añade la denunciante.
Sin entidad suficiente
Otro coronel, pero del Ejército y juez togado, Miguel Rodríguez de 
Paterna, ha archivado la denuncia de plano, a propuesta del fiscal 
jurídico militar. Los hechos, dice el magistrado en el auto de archivo, 
“no tienen una entidad suficiente para considerar que existiera un grave
 atentado a la dignidad de la persona”. Los tres delitos del Código 
Penal Militar que recoge la denuncia pueden sumar un máximo de siete 
años de cárcel.
“El hecho de que ella (la 
denunciante) se sintiera humillada no justifica, por sí solo, la 
apreciación de ese ataque. En efecto, el coronel ordenar repetir un 
ejercicio, que no se había realizado como estaba ordenado, y 
difícilmente puede considerarse atentatorio a la dignidad de la 
persona”, se lee en el auto, al que ha tenido acceso eldiario.es.
El juez Rodríguez de Paterna se explaya y dice que la “actitud” de los 
hombres encargados en ajustar el chaleco a las guardias “no es un hecho 
que pueda menoscabar la dignidad de la persona, aunque aquellas fueran 
mujeres y estos hombres". "No debe olvidarse que en este tipo de 
prácticas es habitual que el aprendizaje requiera, en primer lugar, unas
 instrucciones de la manera correcta en que ha de colocarse el chaleco”,
 añade el juez togado. 
Un juez designado por el ministro de Defensa
La denunciante pedía que se la citara a declarar, al igual que a los 
participantes en los hechos y al propio coronel Del Castillo, lo que 
rechaza el magistrado. Rodríguez Paterna fue designado a propuesta del 
ministro de Defensa, como la inmensa mayoría de los integrantes de esa 
jurisdicción. Tan solo cuatro han sido propuestos por el Consejo General
 del Poder Judicial, consecuencia de una reciente reforma que iguala los
 nombramientos a los de la jurisdicción penal ordinaria.
La mujer denunciante describe en su denuncia el ataque de ansiedad que 
le produjeron los hechos. El juez dice que, aun siendo verdad que 
tuviera tal situación de estrés, “objetivamente no cabe apreciar la 
gravedad exigida” para que los hechos revistan indicios de delito. Por 
este motivo, y también a propuesta del fiscal, el juez togado remite la 
denuncia al director general de la Guardia Civil por si cupiera abrir 
expediente de tipo reglamentario al coronel. Desde la Comandancia de 
Cantabria niegan que la escena se desarrollara como consta en la 
denuncia, que así lo indica la inadmisión del juez y añaden que si 
prospera un eventual recurso se podrá demostrar en sede judicial. 
A la denunciante le resta presentar recurso de queja ante la Sala de 
Justicia del Tribunal Militar Central. La vía penal permite a la 
denunciante, como personada, conocer las decisiones que se tomen en el 
marco de la instrucción. Eso ocurre a diferencia de la tramitación de un
 expediente disciplinario que, de abrirse, se tramita sin que la 
denunciante conozca diligencia alguna de las que puedan llegarse a 
realizar.
[Una primera versión de esta información 
recogía que había sido imposible recabar la versión de la Dirección 
General de la Guardia Civil. Fuentes de la misma han trasladado 
posteriormente la versión de la Comandancia de Cantabria que aparece en 
el texto]
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