Ana Cuevas Pascual - 10/1/2017
https://heraldodeoregon.wordpress.com/2017/01/10/un-pais-desustanciao/
Según dice el diccionario, un asunto o juicio se considera
substanciado cuando se ha tramitado totalmente hasta que queda resuelto
en una sentencia. Don Mariano Rajoy es una fuente continua de
ilustración lingüística. No paramos de aprender nuevas palabras y
expresiones que pasaran a los anales de la historia dejando al
presidente tancredista a la altura de un Castelar en zapatillas. El jefe
de la Moncloa, pese a ser español y mucho español, maneja la lengua de
Cervantes reguleras. Porque al ser interpelado por los periodistas sobre
la resolución respecto al Yak42, responsabilizando al ministerio de
defensa, demostró dos cosas: Una, que no lee los periódicos. Ni siquiera
aquellos a los que susurra su línea editorial. Dos, que es
morfológicamente incapaz de articular palabras con muchas eses sin
comerse alguna letra. Por eso afirmó que el tema del Yak42 estaba ya
“sustanciaó”. Vamos, que no había ninguna responsabilidad que rascar
sobre las circunstancias de codicia y negligencia que condujeron a la
muerte de 62 españoles.
En Aragón, la sustancia tiene otras connotaciones. Llamamos
“desustanciaó” al que carece de gracia y talento. Es un paso más allá
del famoso “destalentaó” que Micky Nadal hizo famoso en sus doblajes
cómicos. El “desustanciaó”, como su propio nombre indica, no tiene
sustancia alguna. Es un ser que no puede aportar nada, excepto”sandeces”
y “melonadas”, con su discurso insípido.
“Desustanciaó” es un adjetivo que define meridianamente el
comportamiento del presidente. Ante el hecho inapelable de que los 62
militares perdieron la vida por la dejación de quienes debían velar por
ellos y de que sus restos fueron devueltos al alimón, en una tómbola
macabra en la que los familiares igual recibían tres piernas que un
cuerpo equivocado, a Mariano, que era vicepresidente en esos días, solo
se le ocurre decir que son hechos “sustanciaós”.
Estoy en desacuerdo, ya lo siento, con don Marianico. Para mi corto
entender la muerte de los militares del Yak42 es otra historia
“desustanciada” en un país al que se le ha robado toda la sustancia. Un
caso sin resolver por el que pululan personajes siniestros y chulescos
que insultan a los familiares de las víctimas insinuando que solo les
mueven las indemnizaciones. ¿En cuánto valoraría el señor Trillo la vida
de sus hijos? ¿Por qué gente tan española, y mucho española, como
Trillo, Aznar o el propio Rajoy trataron y tratan con tanto desprecio a
estos caídos del ejército español?
No hace falta ser la señorita Marple para intuir que el tema tiene
mucha sustancia. Sobre todo cuando se intenta indagar sobre las
subcontrataciones que son el origen de la tragedia. ¿Dónde fue a parar
el dinero que se ahorraban a costa de la seguridad de los soldados?
Lo lógico sería que el gobierno defendiera a sus ciudadanos. Pero en
Españistán la lógica se mira en un espejo cóncavo. Otro ejemplo lo
tenemos en el asunto de los bancos y las cláusulas suelo. El gobierno ya
está tejiendo ardides para que la banca gane, una vez más, frente a los
desprotegidos clientes. Poco importa la sentencia del Tribunal Superior
de Justicia Europeo. Ya se encargaran ellos de quitarle toda la
sustancia para que los mismos bandidos a los que hemos rescatado entre
todos con más de 53.000 millones de euros no doblen la cerviz ante la
plebe a la que engañaron.
España está desustanciada, ¿quién la sustancionará? De momento, la
cosa está muy mala. Tenemos asumido tal nivel de desvergüenza en la vida
pública que tendemos a enterrar unos escándalos bajo los escombros de
los otros. Pero algunas familias de los fallecidos en el Yak42 no
pudieron enterrar correctamente a sus muertos. Es un problema grave el
de esta gente con el tema de enterrar dignamente a los muertos. Muchos
españoles, ya lo saben, llevan 70 años esperando debajo de una cuneta. Y
lo que te rondaré.
Hablar de casos substanciados, cuando nos referimos a cadáveres de
compatriotas maltratados y vilipendiados, solo puede salir de la boca de
un cretino. Por muy y mucho español que diga ser. El líder de un país
desustanciado hasta la médula de dignidad y vergüenza. Ese país donde
parece que solo se roba y bosteza. Mi querida España.
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