Roberto y Manuel, dos vecinos de Curtis hoy octogenarios tras trabajar para la ONU en el desarrollo de los pobres, están sumados a la querella desde Argentina por el fusilamiento de su padre y la persecución a su madre. Marta Villar - Coruña - 29.01.2017 http://www.laopinioncoruna.es/gran-coruna/2017/01/29/olvido-perdon/1147596.html
El doctor Calvelo e Isabel Ríos, en diciembre de 1936, 5 días antes de ser fusilado él y condenada ella a perpetua.
i. ríos
Roberto y Manuel, los hijos del asesinado doctor Calvelo y la represaliada Isabel Río (que montó la primera célula comunista en un sitio como Curtis), superan hoy los ochenta años con una cabeza muy lúcida y que no olvida. Manuel desde Chile donde reside, presentó en 2014 junto a su hermano la denuncia para sumarse a la querella admitida a trámite por la juez María Servini de Argentina para que se investiguen los crímenes de la dictadura franquista. Y lo han hecho cuando los dos superan los ochenta años y después de una vida entera dedicada a formar a campesinos de zonas rurales de Latinoamérica para ayudarlos a progresar, a mejorar su bienestar y su futuro.
Una labor que realizaron para la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Manuel Calvelo es una personalidad de relevancia internacional, inventor de un sistema educativo por el que incluso recibió el premio SEN de la FAO, algo así como el Nobel en este ámbito. Los hijos de Isabel y Roberto cumplieron así, con su vida y sin pretenderlo, con los ideales de igualdad y justicia de sus padres. El veterano periodista de la TVG (donde fue redactor jefe), Antón Ferreiro, prepara un libro sobre Manuel.
"Los sucesivos gobiernos, incluso el socialista, no han tomado medidas que sí se han hecho en otros países como Alemania. Primero tendría que haber un levantamiento de todos los cadáveres que están enterrados por toda España y después, que se pidiese perdón a las víctimas de una guerra que no apoyaron. La República sólo se defendió, fue una víctima, no el agresor", relata Roberto Calvelo desde su casa en Oviedo, a donde regresó desde Chile en 1986.
El doctor Calvelo y sentado ante él, Nóvoa Santos. | I.R. "Nuestros padres fueron juzgados ilegalmente por un grupo de insurrectos que atentaron contra la democracia y la legalidad. Queremos dejarlo claro porque sino aceptamos que nuestro padre era culpable y solo fue culpable de ser leal a un Gobierno, una persona comprometida. Por eso nos sumamos a la querella de la jueza Servini. Desde 2014 que pusimos la denuncia no se ha avanzado nada porque el Gobierno español no responde a las rogatorias. Pero no lo damos por perdido, hay que librar la pelea. Yo me daría por satisfecho conque la justicia reconociera que fueron enjuiciados injustamente por un grupo de bandoleros, que no fueron traidores a la patria. No hablo de restitución económica como en Alemania, sino de limpiar su nombre, porque ni mi madre ni mi padre eran delincuentes", explica Manuel Calvelo.
Roberto, el hermano mayor, tenía seis años cuando fusilaron al doctor Calvelo y Manuel, tres. "Apenas me acuerdo de mi padre... solo de cuando le visitamos en la cárcel y habías unas ratas que se comían la comida de los presos... Mi madre tampoco no se explayó demasiado pero por lo que contaba estaban muy enamorados", apunta Roberto.
La mujer de Foucellas era sirvienta en la casa de Isabel Ríos (su familia tenía una fonda) y allí se refugió él muchas veces. "Estaba por temporadas en el sótano. Les llevábamos alimentos, documentos que nos envolvían en un paquete", cuenta Manuel. "Me regaló un reloj", recuerda Roberto sobre Benigno Andrade, vecino de Cabrui, también de Curtis. El doctor Calvelo, aún cuando estaba en prisión, le mandó una receta para su difteria e Isabel le ayudó y veló cuando estuvo herido y fue amiga de su hija.
El doctor Calvelo en una reunión política en Canarias. | I. R.
"Durante las tres últimas horas de su vida charlamos de nuestras cosas, de nuestra vida en común, de nuestro amor...", relata Isabel, que añade que no soltó ni una lágrima porque había visto cómo los guardias se reían cuando a otras mujeres les mataban el marido. "Junto a las tapias del cementerio de Boisaca fueron pasados por las armas esta mañana, para cumplir sentencia recaída en consejo de guerra, el médico Manuel Calvelo López y Manuel Sánchez". Fue el breve apunte que apareció en un periódico.
Manuel Calvelo cuando en 2015 recibió un homenaje en Perú por su aporte a la educación rural.
Días
antes del fusilamiento, Manuel (que atesoraba una fama de gran médico
que perduró décadas en Curtis) escribe cartas despidiéndose de la
familia y dándoles las gracias a las hermanas de Isabel por cuidar de
sus dos hijos. "Muchas gracias por vuestro interés hacia los niños y que
os dure pues van a necesitar de vosotros mucho tiempo. Educadlos bien
(...) Dadles muchos besiños", escribe a Aurora Ríos. "No sabes cuánto os
agradezco a tí y a Angelito vuestra excelente disposición con respecto a
mis hijos pues de este modo nos liberamos de la preocupación que supone
el que pudiera faltarles protección al desaparecer nosotros (...) que
os sonría la fortuna un poco más de lo que nos ha sonreído a nosotros",
escribe a su otra cuñada, Luisa.
Isabel Ríos está en la cárcel de Santiago de Compostela, en Saturrarán (País Vasco) y en Betanzos. Es puesta en libertad condicional en 1943. Manuel y Roberto, que vivían con un tío en Ponferrada, la ven dos veces en esos siete años de prisión. Ya libre, viven en A Coruña pero la policía la acosa constantemente y decide irse a Buenos Aires. En Argentina después les coge, en el 66, el golpe militar de Onganía y la familia se traslada a Chile. "Tengo mi vida marcada por tres generales: por el general Franco que mató a mi padre y quiso hacer lo mismo con mi madre; por el general Onganía que nos obligó a huir del que ya era un difícil exilio en Argentina; y el general Pinochet que cortó mi colaboración con el gobierno socialista de Allende". Ésta es una de las declaraciones que Manuel, el hijo pequeño, realiza al periodista Antón Ferreiro, quien tiene horas de grabación con él además de haber participado en uno de sus seminarios.
Manuel Calvelo en la estación de Curtis en 2013. | A. F.
Isabel Ríos está en la cárcel de Santiago de Compostela, en Saturrarán (País Vasco) y en Betanzos. Es puesta en libertad condicional en 1943. Manuel y Roberto, que vivían con un tío en Ponferrada, la ven dos veces en esos siete años de prisión. Ya libre, viven en A Coruña pero la policía la acosa constantemente y decide irse a Buenos Aires. En Argentina después les coge, en el 66, el golpe militar de Onganía y la familia se traslada a Chile. "Tengo mi vida marcada por tres generales: por el general Franco que mató a mi padre y quiso hacer lo mismo con mi madre; por el general Onganía que nos obligó a huir del que ya era un difícil exilio en Argentina; y el general Pinochet que cortó mi colaboración con el gobierno socialista de Allende". Ésta es una de las declaraciones que Manuel, el hijo pequeño, realiza al periodista Antón Ferreiro, quien tiene horas de grabación con él además de haber participado en uno de sus seminarios.
Manuel Calvelo en la estación de Curtis en 2013. | A. F.
El
otro hijo de Isabel, Roberto, la anima a volver a España al saber que
podía recuperar la plaza en el Ministerio de Hacienda en Madrid y allí
trabaja un año, hasta su muerte en 1997. "No me llevó a la lucha
ambición alguna, mejor dicho, me llevó una ambición inmensa, la de
querer aportar mi granito de arena a la transformación de una sociedad
injusta, deshumanizada, cruel, en otra más justa que abarcara a todos
los seres y en la que todos encontraran la posibilidad de vivir a nivel
humano", cuenta Isabel en su libro.
Entre Argentina, Chile y Perú, se van formando los hermanos Calvelo Ríos. Manuel estudia geología pero después pasa a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Buenos Aires para hacerse cargo del departamento de televisión educativa. Es uno de los fundadores de la Televisión Nacional de Chile pero en lugar de convertirse en el rey del audiovisual de Latinoamérica, opta por ayudar a los más desfavorecidos, tarea en la que le ayuda Roberto.
Calvelo, con el periodista Antón Ferreiro en Madrid.| A. F.
Entre Argentina, Chile y Perú, se van formando los hermanos Calvelo Ríos. Manuel estudia geología pero después pasa a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Buenos Aires para hacerse cargo del departamento de televisión educativa. Es uno de los fundadores de la Televisión Nacional de Chile pero en lugar de convertirse en el rey del audiovisual de Latinoamérica, opta por ayudar a los más desfavorecidos, tarea en la que le ayuda Roberto.
Calvelo, con el periodista Antón Ferreiro en Madrid.| A. F.
Manuel crea un modelo teórico de comunicación
donde el protagonismo lo tiene no el profesor sino el alumno, tras
darse cuenta de que el modelo tradicional de pedagogía no servía para
capacitar a la población indígena y rural, muchos de ellos analfabetos.
Cuando en 1983 la FAO le otorga el prestigioso premio SEN a Manuel (es
el único español que posee esta máxima distinción), el representante de
Perú cuenta cómo éste llevó televisores a las montañas, sobre llamas y
burros, y cómo cuando querían cerrarle el grifo de financiación le
enseñan a los del ministerio sus vídeos: cómo hacer una casa con
materiales locales y cómo hacer parir a una vaca cuando no hay
veterinario. "Se emocionaron tanto que obtuvieron un dispositivo legal
para asignarle 500.000 dólares a este proyecto".
El currículo de Manuel, uno de los más reconocidos expertos internacionales en el campo de la comunicación para el desarrollo, es impresionante, y aún hoy es consultor jubilado de la FAO, dirige cursos y tesis sobre cine y vídeo y da clases en la Universidad. Su hermano Roberto trabajó con él en todos estos proyectos educativos con la FAO, enseñando en el rural, con vídeos, cómo sembrar, métodos fitosanitarios sencillos... Con una disciplina de trabajo rigurosa, formaron a campesinos de Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Nicaragua, Honduras, El Salvador, México, Níger, India, Corea...
Manuel en sus primeros años de profesor en Buenos Aires. | A. F.
El currículo de Manuel, uno de los más reconocidos expertos internacionales en el campo de la comunicación para el desarrollo, es impresionante, y aún hoy es consultor jubilado de la FAO, dirige cursos y tesis sobre cine y vídeo y da clases en la Universidad. Su hermano Roberto trabajó con él en todos estos proyectos educativos con la FAO, enseñando en el rural, con vídeos, cómo sembrar, métodos fitosanitarios sencillos... Con una disciplina de trabajo rigurosa, formaron a campesinos de Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Nicaragua, Honduras, El Salvador, México, Níger, India, Corea...
Manuel en sus primeros años de profesor en Buenos Aires. | A. F.
"Manuel
es el creador de la historia de la comunicación en América Latina. Es
una persona tan generosa, tan coherente, tan sólida. Inventó un modelo
de pedagogía audiovisual. Quedé fascinado con sus proyectos, tan bien
diseñados. Es una persona vital, comprometida, un líder natural, con una
capacidad intelectual increíble, e injustamente tratado en su tierra",
afirma Antón Ferreiro.
Manuel Calvelo desde Chile habla de su mujer Carmen, con la que lleva 48 años casado. Carmen, a sus 72 años, va de gira por el mundo con otras compañeras de la misma edad dentro de una compañía de danza contemporánea. Tienen dos hijos: Roberto, un piloto de helicópteros que apaga incendios; y Daniel, especialista en inteligencia artificial y miembro de la directiva de Google Europa. El doctor Calvelo e Isabel Ríos han dado origen a una estirpe extraordinaria de gente valiente, honesta, sabia y llena de dignidad porque, como dijo Celso Emilio Ferreiro: "Pode o corpo ser vencido, pode o dereito ser torto, mais o lume que alampea xamais o verdes morto".
Manuel Calvelo desde Chile habla de su mujer Carmen, con la que lleva 48 años casado. Carmen, a sus 72 años, va de gira por el mundo con otras compañeras de la misma edad dentro de una compañía de danza contemporánea. Tienen dos hijos: Roberto, un piloto de helicópteros que apaga incendios; y Daniel, especialista en inteligencia artificial y miembro de la directiva de Google Europa. El doctor Calvelo e Isabel Ríos han dado origen a una estirpe extraordinaria de gente valiente, honesta, sabia y llena de dignidad porque, como dijo Celso Emilio Ferreiro: "Pode o corpo ser vencido, pode o dereito ser torto, mais o lume que alampea xamais o verdes morto".
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