http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/8135069/02/17/La-cuarta-revolucion-industrial-aboca-a-Espana-a-un-gran-desempleo-estructural.html 6/02/2017 - Lucio A. Muñoz
La 
denominada "cuarta revolución industrial", es decir, la disrupción 
global, causada por la tecnología de última generación y la 
digitalización, está inyectando un plus de productividad y, por tanto, 
de competitividad a las empresas.
Pero,
 por el contrario y de forma paralela, este fenómeno está provocando 
igualmente un efecto devastador en forma de incremento del desempleo. Y 
es que las empresas digitalizadas necesitan un menor número de empleados
 para conseguir los mismos o, incluso, mejores objetivos de negocio.
Un fenómeno global
Aunque lo peor para los trabajadores del sector privado que se hayan quedado sin empleo
 a causa de la tecnología está por llegar. Debido a que muchos de estos 
nuevos "parados tecnológicos" pasarán a formar parte del colectivo de 
"desempleados estructurales".
Porque se trata de profesionales cuya 
adaptabilidad laboral ha quedado obsoleta en virtud de las nuevas 
exigencias que ha impuesto la era tecnológica. Las deficiencias 
formativas relacionadas con la tecnología y las carencias digitales 
propias de estos trabajadores se convertirán en una barrera 
infranqueable que les impedirá reinsertarse en el mercado laboral.
De hecho, las dos únicas fórmulas que 
podrán utilizar para volver a trabajar serán: la total reinvención 
profesional, si optan por el empleo por cuenta ajena; o el 
emprendimiento, en el caso que la opción elegida sea el autoempleo.
Del mismo modo, muchos trabajadores que, 
hasta la fecha, se han librado de sufrir los daños colaterales que la 
revolución tecnológica conlleva se quedarán en paro durante los próximos
 años.
Todo ello en virtud de la implantación en 
las empresas, pertenecientes a todos los sectores, de un cada vez mayor 
número de sistemas basados en la transformación tecnológica. Tales como 
procesos integrales de digitalización, proyectos relacionados con la 
inteligencia artificial, computación cognitiva, automatización de 
procesos, robotización, Big Data, etc.
La cuarta revolución industrial seguirá 
adelante. Recordemos al respecto que las compañías relacionadas con 
sectores como, por ejemplo, el bancario, el industrial, etc., han 
acometido ambiciosos procesos de digitalización que aún no han 
finalizado.
A pesar de todo, siempre existe una salida
 para cualquier profesional con afán de reinventarse y apostar por el 
desarrollo del talento. En este caso, la misma consiste en descubrir y 
aprender las nuevas profesiones especializadas que están emergiendo al 
albor de la cuarta revolución industrial. Y, de la misma manera, intuir 
cuáles son los oficios que se extinguirán.
Hándicaps estructurales exclusivos de España
Sin
 duda, el demoledor impacto laboral y socioeconómico que la revolución 
tecnológica está provocando afecta, en mayor o menor medida, a todos los
 países occidentales.
No obstante, el mercado laboral de España 
no solo tiene que lidiar con los cambios tecnológicos, reitero, propios 
también de otros países de nuestro entorno. Sino que, la creación de 
empleo en nuestro país estará mermada, además, en virtud de otros 
hándicaps inherentes únicamente al particular sistema político económico
 español.
En otras palabras, nuestra tasa de 
desempleo estructural (actualmente, posicionada en el 18%) podría 
perpetuarse en un nivel altísimo en el largo plazo debido a las 
consecuencias que acarrean, sobre todo, dos factores fundamentales: las 
rigideces del mercado laboral y el ingente gasto político.
Cómo reducir el desempleo estructural
Si
 bien es cierto que la reforma laboral ha conseguido frenar la 
destrucción de empleo (aunque, no ha sido capaz de potenciar la creación
 de empleo de calidad). No es menos cierto que la misma no ha conseguido
 dotar a nuestro mercado de trabajo de la "flexiseguridad" necesaria 
para eliminar o, al menos, reducir las destructivas rigideces laborales.
En consecuencia, sería necesario "flexisegurizar" el mercado laboral español, desarrollando mucho más aún la última reforma laboral, si se pretende reducir la tasa de desempleo estructural.
Sin embargo, esta última medida no la 
tomará la rancia, desfasada y ruinosa socialdemocracia (que en realidad 
no es más un disfraz que enmascara al viejo socialismo de siempre) 
instalada en el Gobierno y apoyada por la oposición.
Y, por supuesto, tampoco se reducirá el 
gasto político, otra de las causas de la eternización del "empleo 
crónico" en España. Para corroborar tal afirmación, podemos citar, por 
ejemplo, que los PGE correspondientes al año 2017 destinan 12.000 
millones de euros a otorgar subvenciones, muchas de ellas dotadas de un 
perfil político clientelar.
O que solo los intereses de la deuda, que 
sirven para mantener económicamente todos los innecesarios y 
clientelares chiringuitos políticos, ascenderán en el presente 
ejercicio, aproximadamente, a 34.000 millones de euros (el doble de lo 
que se pagaba antes de la crisis).
  

No hay comentarios:
Publicar un comentario