Entidades como la PAH denuncian sus prácticas, tildándolas de 
"matonismo" y "extorsión", y alertan del peligro que suponen para los 
"derechos de las personas"
La empresa destaca que su actividad es legal y que "ofrece un servicio", por lo que no ve motivos para la investigación judicial por un desahucio
Desokupa practica 20 desalojos semanales, se les vincula con la extrema derecha y abrirá este año hasta ocho nuevas franquicias en toda España
    Yeray  S. Iborra 15/03/2017 - http://www.eldiario.es/catalunya/barcelona/Desokupa-investigada-amenazas-coacciones-desalojos_0_622238093.htmlLa empresa destaca que su actividad es legal y que "ofrece un servicio", por lo que no ve motivos para la investigación judicial por un desahucio
Desokupa practica 20 desalojos semanales, se les vincula con la extrema derecha y abrirá este año hasta ocho nuevas franquicias en toda España
 
    
Dicen que, en tiempo de promoción, 
los escritores olvidan su trabajo; las firmas de libros y la atención a 
los medios hacen que descuiden su prosa. Se podría pensar que la 
incesante actividad en televisiones, radios y periódicos de toda España 
de la empresa de desahucios Desokupa está frenando sus  polémicas acciones. No es así. Al contrario, están creciendo.
Según datos de la compañía, cada semana practican una media de 20 
desalojos, el 85% de ellos contratados por particulares. Hace unos 
meses, no sumaban más de una treintena de intervenciones, en total. 
Tanto es el volumen de trabajo, que este 2017 abrirán ocho franquicias 
–manteniendo la sede central en Barcelona– apoyadas en unos ingresos de 
cerca de un millón de euros.
Los controvertidos desahucios de Desokupa, dedicada 
desde el pasado 2016 a "sacar a okupas de viviendas particulares", le 
han costado a la empresa una  investigación judicial
 y también la crítica de movimientos sociales como la PAH o el centro de
 derechos humanos DESC (responsable de la querella que les ha llevado 
ante la Justicia). Pero también les ha brindado un poderoso escaparate. 
Este medio ha perseguido a la empresa durante dos días para concertar 
una conversación telefónica.
"Nuestra proyección no 
es por el trabajo que realizamos, sino por los sectores a los que 
cuestionamos: si la alcaldía de Barcelona es pro okupa, pues cuando 
aparece una empresa como la nuestra, se genera la noticia. Nosotros 
siempre hemos preferido un perfil bajo a nivel mediático", atiende J., 
gerente de Desokupa, que pide que ocultemos su nombre completo. "Yo 
también quiero mantener un perfil bajo".
J. se 
reconoce como la mano derecha de Daniel Esteban Martínez, director de la
 empresa, y uno de los tres investigados –los otros dos son los 
trabajadores Ernesto Navas y Zhivko Palacín– por el juzgado 31 de 
Barcelona tras un desalojo en Can Dimoni en el barrio de Gràcia 
(Barcelona) el año pasado.
La jueza les tomará 
declaración en los próximos días. J. asegura que la empresa todavía no 
tiene constancia de ello y, más allá de eso, tampoco ve los motivos para
 investigarla. "Can Dimoni... No te negaré que estuvimos allí, pero no 
nos ha llegado citación alguna. No tengo constancia de la investigación.
 No nos ha llamado policía ni juzgado. A mí no me ha llegado citación 
alguna y yo no veo por qué nos tienen que investigar si sencillamente 
prestamos un servicio".
 
    
Dicho servicio, que según la versión del propio J. 
consiste en mediar con los ocupantes de una propiedad y si no hay 
acuerdo establecer un control de entrada, ha levantado la alarma entre 
los movimientos sociales relacionados con el derecho a la vivienda los 
últimos meses.
El Observatori DESC señaló antes de 
presentar la querella que la empresa se encargaba de "violar derechos de
 interés público", como es el de la vivienda, por medio de prácticas de 
"matonismo". "Antes de establecer un control de acceso intentamos mediar
 con la otra parte, pero si el ocupa no quiere entrar en razón, 
iniciamos el proceso con vigilante de seguridad y los refuerzos 
convenientes", dice Desokupa.
El servicio no es lo único que alerta a entidades y movimientos sociales. Diversas informaciones,  como las publicadas en  La Directa,
 han vinculado a los trabajadores con la extrema derecha e incluso con 
grupos paramilitares. Desokupa no se pronuncia sobre estas cuestiones.
Lo probado es la relación de su director general , Daniel Esteban, con el boxeo. Apodado sobre el ring como  El Segurata –según  publica
 El Mundo– por sus negocios en empresas de seguridad, Esteban también 
fue director de Morosos BCN, una red de porteros de discoteca que 
extorsionaba a morosos y que acabó, según informó  El Periódico, con  cuatro detenidos. También su directora de prensa ha colaborado con la  difusión
 de combates. "Hablar de nuestro pasado es una forma de 
desprestigiarnos. Pero nosotros hacemos nuestro trabajo ayudando en un 
problema terrible como la ocupación", zanja el trabajador de Desokupa.
Los vecinos del Raval de Barcelona lamentan que, más allá de los desahucios por orden judicial –Ciutat Vella concentra un  alto número
 de los acontecidos en la capital catalana–, ahora el barrio tenga que 
lidiar también con las prácticas de la empresa. Debido al aumento de 
acciones de Desokupa, los vecinos han creado un teléfono antidesahucios  para anticipar desalojos.
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) no ha dudado en tildar  en varias ocasiones
 a la empresa de "mafia". La entidad ha destacado que la empresa se 
dedica a la "extorsión" de las personas y que sus métodos en muchos 
casos son directamente ilegales. Algo que el Observatori DESC sostuvo al
 presentar una querella por "amenazas, coacciones y destrozos" en un 
piso de la calle Josep Torres. Un grupo de ocho hombres corpulentos 
agujerearon y serraron la puerta del inmueble el pasado 14 de abril 
cuando ninguno de los ocupantes se encontraba en el interior.
"Entendemos la ley de la siguiente manera: es legal o no lo es. El 
concepto alegal no existe. Y la ocupación es 100% ilegal, así lo dice la
 Constitución. Pero en el ejercicio de la justicia, una casa ocupada 
puede tardar años en desocuparse. La justicia no va a poder resolver 
este problema", afirma, sin titubeos, el gerente como forma de 
promocionar sus servicios.
La ocupación, un delito 
recogido y castigado por el Código Penal, no está incluida expresamente 
en la Constitución, que sí reconoce en su artículo 33 el derecho a la 
propiedad privada e incluye que "nadie podrá ser privado de sus bienes y
 derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés 
social". Al mismo tiempo, el artículo 47 recoge el  "derecho a disfrutar
 de una vivienda digna y adecuada" y la obligación de los poderes 
públicos de "promover las condiciones necesarias" y "establecer las 
normas pertinentes para hacer efectivo este derecho".  
 
Para apoyar su tesis sobre la legalidad de sus servicios, Desokupa se 
ha dedicado a difundir vídeos en los que realiza algunas de sus 
prácticas ante la policía.
Fue precisamente la connivencia con los cuerpos de seguridad, en este 
caso los catalanes (Mossos d'Esquadra), lo que llevó –tras el episodio 
en Can Dimoni por el que Desokupa está siendo investigada– a que 
diversos vecinos de Gràcia impulsaran la campaña  #StopDesokupa.
 "Los intereses económicos pasan por encima de los derechos de las 
personas. Queremos combatir la contratación de matones por parte de 
propietarios especuladores", cita su manifiesto.
Actualmente Desokupa emplea a 14 personas –entre trabajadores directos e
 indirectos; estos últimos pertenecientes sobretodo a su departamento 
jurídico– con vistas a que crezca la plantilla este 2017. "El volumen de
 trabajo es alto y estresante". "Estamos creciendo y somos ambiciosos, 
abriremos hasta ocho franquicias, donde haya más densidad de población, y
 por tanto más ocupaciones. Este año las principales ciudades españolas 
tendrán una oficina de Desokupa".
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