Reformar la Constitución para dar "prioridad absoluta" a los 
acreedores sobre las necesidades de los ciudadanos, dar por perdidos 
40.000 millones como poco del rescate bancario y seguir tan satisfechos 
sí que es un desafío
O el acuerdo comercial de material militar de España con Arabia Saudí, decretando en el BOE el secreto de sus términos. Un órdago mayúsculo del que nada dicen los "Constitucionalistas del 135", ni la mayoría de los medios
    Rosa María Artal  8/09/2017 http://www.eldiario.es/zonacritica/desafios-ocultan-banderas_6_684591547.htmlO el acuerdo comercial de material militar de España con Arabia Saudí, decretando en el BOE el secreto de sus términos. Un órdago mayúsculo del que nada dicen los "Constitucionalistas del 135", ni la mayoría de los medios
En la empresa de 
formación de líderes de mercado apuntaron, quizás, el lema: los partidos
 del bipartidismo (y sus soportes) son "constitucionalistas". Gentes de 
orden –vienen a definirse– que no tuvieron ni el menor reparo en cambiar
 en tres días de agosto (2011) la Constitución del 78.  En su reforma 
del artículo 135, consagraron que el pago a los acreedores del Estado 
"gozaría de prioridad absoluta", por encima de cualquier necesidad de 
los ciudadanos. Los "constitucionalistas" de PSOE y PP lo firmaron sin 
complejos –" muy contento", Rajoy– y a Albert Rivera que andaba ya en Cataluña con sus Ciudadanos no se le oyó un ruido.
Curiosamente, la Deuda Pública española va desde entonces al galope. El
 Gobierno del PP la ha incrementado en niveles y ritmo de récord y ya 
debemos más del 100% del PIB y más de un billón de euros. A pagar, con 
intereses, por encima de nuestra salud, educación o pensiones, si es el 
caso. Esto sí que es un desafío. Y conviene recordarlo estos días en los
 que tanto se abusa del término para circunscribirlo a Cataluña.
Como los más 40.000 millones de euros, según ha dicho el
 Banco de España, más bien 48.000 con suerte, que se dan por perdidos 
del rescate bancario.  Echen cuentas. Es ese mismo que no nos iba a costar ni un euro a los contribuyentes. Inolvidable la convicción con la que la  vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría aseguraba
 la gran virtud de la "reestructuración bancaria", sin coste para los 
ciudadanos. Redondear esta jugada y seguir tan satisfechos sí que es un 
desafío. Como endosarnos la quiebra de las  autopistas. También sale del
 erario común pagar las pérdidas a las constructoras privadas, ustedes 
ya saben.
Y mientras la atención mediática la 
centraban en Cataluña, el BOE publicaba este miércoles el acuerdo 
comercial de material militar del Estado español con Arabia Saudí. Sin 
ninguna consideración a las críticas por su participación en los ataques
 a Yemen o a la financiación del terrorismo  yihadista
 que se le atribuye. España ha incrementado exponencialmente la venta de
 armas a la cuestionada monarquía saudí. De 2013 a 2016 le ha vendido 
armamento por valor de 1.361,42 millones de euros. Más aún,  el Gobierno decretaba en el BOE el secreto del acuerdo. Un órdago mayúsculo del que nada dicen los "Constitucionalistas del 135", ni la mayoría de los medios.
Mientras tanto, los multimillonarios se han  duplicado con creces en los últimos cuatro años de la era Rajoy.
 549 personas disponen de un patrimonio superior a 30 millones de euros.
 Ya es salir vencedor de un órdago descomunal que las víctimas de estas 
políticas acepten como normal el aumento de la desigualdad que les 
perjudica. 
Menos mal que vivimos una "primavera del empleo", según la ministra Báñez,  aunque la contradiga la realidad.
 Un milagro que cambia un empleo aceptable por cuatro precarios. A 
cuatro trabajadores, por tanto, que han de vivir con la cuarta parte de 
un salario.  O que contabiliza como contrato los de 1 semana. Se llama 
Reforma laboral y es la que  manda a la calle a 266.362 personas en
 un solo día, el 31 de agosto, fin de temporada.  Ya es triunfar en los 
desafíos que la degradación abismal de trabajo en España cuele y que la 
delegada del Gobierno en la materia se permita mofarse sin atisbo de 
pudor.
Se puede hacer de otra manera,  como Portugal, pero parece que los "Constitucionalistas del 135" no están por la labor.  
Ya hablamos de la inolvidable comparecencia en el Congreso de Rajoy 
para responder de corrupción sin siquiera nombrarla. Y de su ostensible 
altanería para dejar bien claro que la oposición susceptible de echarlo 
por una moción de censura, no lo hará. Y de las cuevas de Alí Baba 
plagadas de altos cargos del PP que los utilizaron para aprovecharse 
hasta de sacar tajada de los colegios. Y el triturado de los ordenadores
 de Bárcenas,  de la empresa, como dijo sin sentir mayor  vergüenza democrática la vicepresidenta. Ya es desafío presentarse de esta guisa a las urnas y conseguir el gobierno por el apoyo de otros partidos.
No es la única bandera, por cierto, que se usa para tapar el saqueo de 
la público, la catalana acumula tras de sí la indescriptible y larga 
rapiña del clan Pujol y la política de comisiones por obra pública que 
ejecutó la derecha y obvió la izquierda. "Son nuestros ladrones", ya 
saben.
A todo esto ayuda la colaboración 
inquebrantable de algunos medios, en apuros económicos, ideológicos o 
profesionales. La prensa, radio y televisión en campaña de apoyo de 
cuanto Rajoy es y representa, junto a sus socios y colaboradores 
necesarios. Con una televisión pública estatal, RTVE, de auténtico 
bochorno y que corre el peligro de no cambiar en otro enorme desafío a 
la lógica.
O esta proliferación del odio ultra, las 
agresiones y el desequilibrio a la hora de afrontarlos. Las  mujeres 
están siendo atacadas como en las tribus más cerriles y, las 
progresistas, en medio de un clamoroso silencio. 
Órdago a la grande es echar abajo desde el gobierno que no se corte la luz  a usuarios sin recursos como había impuesto el nuevo Ayuntamiento de Valencia.  O  rechazar obras de menor costo económico y gran aprovechamiento social como
 en el de Madrid, ayuntamiento que además ha disminuido la deuda. Por 
dinero no es. O vender viviendas sociales a fondos buitre y no recibir 
otra crítica mediática que al acento de una  relaxing cup of coffee. O comenzar el curso escolar en la Comunidad de Madrid -y no será la única- con  niños en barracones y cientos de ellos desplazados.  
La sociedad española tiene ante sí grandes desafíos, sin duda. La 
comprensión, el diálogo, la altura de miras. Recuperar la sanidad, la 
educación, la cultura recortadas y preteridas. Aprender a ver, rescatar 
la dignidad, priorizar la decencia, dejar de engullir la corrupción y la
 mentira, la hipocresía. Aventar de nuestras vidas la crispación 
interesada, la desesperanza imbuida. Mientras, los "Constitucionalistas 
del 135" harían bien en enfrentar el soberano desafío de devolver los 
derechos mermados a la ciudadanía. Y, junto a los medios, no dar por 
hecha una miopía generalizada que no sabe ver tras las cortinas de humo.
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