En su última carta pastoral, José Ignacio Munilla sostiene que el ateísmo fue “la bandera más utilizada en el siglo XX para justificar el exterminio de millones de personas en el mundo entero”. Sus críticas también incluyen a John Lennon por cantar 'Imagine'.  Bilbao - 09/09/2017 - Danilo Albin http://www.publico.es/sociedad/obispo-san-sebastian-compara-ateos-radicales-daesh.html
El “ultraobispo”, el más 
duro entre los duros, ha vuelto a la carga. Conocido por sus posiciones 
próximas a los sectores más conservadores de la Iglesia Católica, 
monseñor José Ignacio Munilla ha aprovechado el regreso de las 
vacaciones veraniegas para lanzar una de sus cartas incendiarias, 
habitualmente dirigidas contra la izquierda y el laicismo. Esta vez, el 
máximo responsable de la Diócesis de San Sebastián ha puesto en la diana
 a quienes se proclaman ateos. No les critica por no creer en Dios, sino
 por sus similitudes con los yihadistas. Sí, yihadistas.
Cuando aún no ha pasado un mes de los atentados reivindicados por el Daesh en Barcelona y Cambrils, el obispo de San Sebastián
 ha dedicado su última carta pastoral a establecer un insólito 
paralelismo entre quienes él considera “relativistas” y los terroristas 
del autodenominado Estado Islámico. Yihadismo no, relativismo tampoco es el título del escrito que llegó esta misma semana a todas las iglesias de Gipuzkoa.
“A propósito de los atentados en Catalunya, 
como ha sucedido cada vez que el terrorismo yihadista ha actuado dentro 
de las fronteras europeas, se ha reabierto el debate sobre el influjo de
 la fe religiosa en la paz mundial. He seguido con interés las diversas 
reflexiones que se han publicado, y aunque no creo que la mía vaya a 
resultar novedosa, pretendo, al menos, ser pedagógico en mi exposición”,
 arranca Munilla.
A continuación, asegura que “en las redes sociales” 
se han producido “una vez más” lo que él define como “ataques habituales
 a todo tipo de fe religiosa por parte del ateísmo más agresivo, quien 
considera que la fe en una verdad suprema es la raíz de todo 
fundamentalismo y el germen de la violencia mundial”. Tras esa 
introducción, el obispo recurre a uno de los integrantes de The Beatles.
 Sí, The Beatles. “Este ateísmo radical sostiene que el mundo sería más 
pacífico sin religiones, tal y como expresaba la conocida canción Imagine, de John Lennon,
 –recuerda-: "Imagina un mundo sin motivos para matar o morir, sin 
religión alguna. Imagina a todas las gentes viviendo sus vidas en paz".
Su siguiente pensamiento también está dedicado a 
Lennon, a quien acusa de ignorar que “mientras él cantaba esa canción, 
el ateísmo estaba siendo la bandera más utilizada en el siglo XX para 
justificar el exterminio de millones de personas en el mundo entero”. En
 esa línea, sostiene que “la consideración de la fe religiosa como ‘opio
 del pueblo’, llevó a un holocausto de multitud de inocentes”.
En cualquier caso, Munilla admite que “tampoco sería 
equilibrado afirmar que el ateísmo haya sido la causa de la violencia 
mundial”. “En realidad, tanto la fe como el ateísmo no han sido sino un 
mero pretexto para el ejercicio de la violencia –describe-. Matar en 
nombre de un dios, en nombre de la revolución, o en nombre de la 
libertad, además de un asesinato, es una mentira. Una mentira que busca 
dignificarse encubriéndose en supuestos ideales, de los que en realidad 
carece”.
“La alternativa al yihadismo no 
puede ser ni el materialismo ateo, ni el relativismo de una religión 
hecha a nuestra medida. El yihadismo se sentiría muy cómodo teniendo a 
ambos como adversarios. ¡Nuestro relativismo sería su victoria!”
Si
 bien admite que “detrás de la violencia se esconde un odio que suele 
tener su raíz en las inseguridades y los miedos del violento, además de 
en su falta de sensibilidad hacia el prójimo”, critica también que “en 
los círculos intelectuales que marcan la línea de pensamiento en nuestro
 entorno cultural europeo, la reacción más habitual no es la del ateísmo
 radical, sino la del relativismo”. “Los ‘Charlie Hebdo’ de turno (que 
también entre nosotros tienen sus emuladores) no dejan de ser un grupo 
social marginal. Por el contrario, el relativismo es cuasi omnipresente,
 y pretende hacer una reinterpretación del hecho religioso, afirmando 
que todas las religiones son iguales, y que su único valor objetivo está
 en el bien subjetivo que puedan ofrecer a sus adeptos”, subraya.
A su juicio, “el relativismo aprovecha la sombra del 
yihadismo para poner bajo sospecha de fundamentalismo a la fe cristiana 
que cree en una revelación histórica y objetiva”. Tras citar “unas 
palabras deliberadamente silenciadas del Papa Francisco” (“También el 
relativismo hiere mucho a las personas: todo parece igual, todo parece 
lo mismo”), Munilla afirma que “uno de los mayores éxitos que podría 
alcanzar el yihadismo es el de generar o reforzar una corriente de 
pensamiento relativista, hasta el punto de requerirnos a los cristianos 
una reformulación de nuestra fe”.
“La alternativa al yihadismo no puede ser ni el 
materialismo ateo, ni el relativismo de una religión hecha a nuestra 
medida. El yihadismo se sentiría muy cómodo teniendo a ambos como 
adversarios. ¡Nuestro relativismo sería su victoria!”, remata.
A favor de Hazte Oír
Esta última carta pastoral de Munilla no provocó 
demasiada sorpresa en el interior de la Iglesia guipuzcoana, donde ya 
son de sobra conocidas sus recurrentes posturas fundamentalistas. En 
marzo pasado, mientras las principales ciudades de Euskadi se preparaban
 para tratar de impedir la llegada del “autobús del odio” de la 
organización ultracatólica Hazte Oír, el obispo de San Sebastián salió en defensa de ese grupo ultra. Lo hizo a través de Twitter, donde comparó la Gala Drag del Carnaval de Palmas de Gran Canaria con el bus del odio.
“Los que reivindicaban libertad de expresión cuando estaban ‘abajo’, se convierten en censores en cuanto alcanzan el poder”
 “¡Adivina,
 adivinanza!: ¿Cuál de estas dos imágenes ha sido hoy censurada en 
España, y cuál ha sido premiada?”, escribió el Obispo. De un lado estaba
 el autobús de Hazte Oír. Del otro, Drag Sethlas, ganadora del certamen 
de Drag Queen, simulando la crucifixión de Cristo.
Poco antes, Munilla había escrito otro mensaje muy 
significativo: “Hemos de aceptar las verdades por verdaderas, y no por 
agradables…”.
 Algunos días antes, el religioso criticaba a la 
Generalitat de Catalunya por su decisión de “analizar” la charla que iba
 a dar el homófobo francés Phillipe Ariño. “Los que reivindicaban 
libertad de expresión cuando estaban ‘abajo’, se convierten en censores 
en cuanto alcanzan el poder”, criticó. Un par de años antes, llegó a 
calificar al gobierno del PP de “marxista” por “asumir la aberración de 
considerar al aborto como un derecho humano”.
Nombramiento polémico
En el marco de su militancia ultraconservadora, el 
ahora obispo de Donostia llegó a fundar su propia organización dentro de
 la Iglesia. Se trata del Movimiento Loiola, un colectivo 
tradicionalista que hasta hace pocos años contaba con fieles repartidos 
por Zumárraga, San Sebastián, Bilbao, Pamplona y Logroño. Su registro 
como “asociación sin ánimo de lucro” ante el Gobierno Vasco se produjo 
en 1992, pero su salto decisivo a la fama se produjo a finales de 2009, 
poco después de la llegada de Munilla al Obispado de San Sebastián. Por 
entonces, distintos religiosos vascos advirtieron que el Movimiento 
Loiola funcionaba al margen de la Iglesia oficial guipuzcoana.
No en vano, su nombramiento fue respondido por más 
de cien curas de ese territorio, quienes reclamaron públicamente que su 
designación fuese anulada. La Conferencia Episcopal miró para otro lado,
 algo que se repetiría ante cada una de sus polémicas cartas pastorales.
 La última habla de ateos, yihadistas y John Lennon.
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