Joaquín Contreras es un hombre menudo, profesor jubilado con una enciclopedia por cabeza y una capacidad infatigable de lucha. Joaquín Contreras, cara visible de la Plataforma por el Soterramiento de Murcia que ha logrado sacar a la calle a miles de vecinos y situar a la localidad huertana al borde de un nuevo Gamonal -por las protestas que incendiaron Burgos durante una semana en enero de 2014-, es nada menos que el activista que está dando la puntilla al todopoderoso PP murciano. Y también tiene harto al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. La capital y la región están en manos populares desde 1995.
Cuentan los que le conocen que sin el trabajo de calle de este
docente, padre de tres hijos, católico de base dotado de paciencia
infinita y con un despiste crónico, el enterramiento de las vías se
habría abandonado, dejando a 100.000 vecinos a la intemperie: cada día
casi un centenar de trenes obliga a subir y a bajar otras tantas veces
la barrera de peligrosos pasos a nivel. El reguero de accidentes -muchos
de ellos mortales- afecta sobre todo a vecinos de los humildes barrios
de Nonduermas, Barriomar, Pío X, Santiago El Mayor, la Ermita del
Rosario, Barrio El Progreso y Patiño, que cruzan a diario las vías para
ir al colegio, de compras o al centro.
Ahí resurgió Joaquín Contreras, tras varios años de inactividad de la Plataforma debido a la contundente promesa formulada en 2006 por la sociedad de alta velocidad. Porque la Plataforma ya llevaba mucho tiempo ahí, desde su nacimiento en abril de 1991. Entonces el colectivo se creó en respuesta al ex regidor socialista José Méndez y su promesa de una nueva estación sin soterrar en sustitución de Murcia del Carmen. En marzo de 1995 se produjo el primer corte pacífico de vías en el Talgo Madrid-Cartagena. Méndez cedió y poco antes de perder las elecciones, en junio de ese año, encargó un proyecto para estudiar la viabilidad del soterramiento. Al AVE todavía ni se le esperaba.
Por entonces el PP era un firme defensor del soterramiento y Contreras junto con otro histórico de la Plataforma, el cura Tornel, formaban un dúo y se recorrían los barrios para concienciar a la ciudadanía: Murcia es una ciudad dividida y su peculiar urbanismo, muchas veces fuera de toda norma, impide comunicar el lado norte y sur de las vías con pasarelas peatonales seguras y túneles.
“En septiembre de 2012 vi a Joaquín por primera vez. Me citó en un bar junto a las vías cuyo dueño lo traspasó al ver que aquello no se soterraba”, relata Domingo Centenero, otro de los portavoces de la Plataforma y profesor de secundaria en Lorca. “Éramos 10 o 15 personas cuando se retomaron las movilizaciones en vista de que el convenio de la sociedad no se iba a cumplir”.
De hecho el movimiento tiene un aire a las CUP catalanas. La Plataforma está apolitizada -que no es lo mismo que no hacer política- y las decisiones se toman de manera asamblearia. Durante el nacimiento de Podemos, hacia 2014, el movimiento sufrió varias escisiones y bajas al irse varios de sus miembros a unos partidos u otros. No hay cargos. “Al cabo de un tiempo me di cuenta que Joaquín estaba muy a gusto sin jerarquías”, confiesa Centenero. “Quien quiere colaborar, colabora”. Se financian vía rifas, venden lotería y también consiguen recaudar algo entre los negocios de la zona sur.
Su despiste es ampliamente comentado entre los suyos. Recientemente perdió su bolso en el Parlamento Europeo, adonde acudió a un acto por el soterramiento. Y no son pocas las veces que a este docente de Filología Francesa en el Colegio Público de Patiño se le ha olvidado acudir a la televisión o a la radio regionales cuando había concertado previamente una cita. Cuando habla puede tirarse horas. “Tiene el defecto o la virtud de los profesores, que es la de explicar todo desde el origen”, bromea Domingo Centenero. “¿Que alguien se pierde? Pues vuelta a los orígenes”.
También ha vivido momentos de tensión, demasiados para sus 72 años. La televisión regional murciana le metió en una encerrona al invitarle a hablar ante las cámaras en un acto organizado por una asociación vecinal afin al PP para reclamar la inmediata llegada del AVE, soterrado o no. Tuvo que huir por la céntrica calle de Traperías en medio de insultos.
Para Contreras todas esas cuitas son historia. Los residentes salen a saludarle cuando pasea. Cuando la policía ha identificado alguna vez a miembros de la plataforma concentrados en algún punto al sur de las vías, han llegado a defenderle de las autoridades vecinos de etnia gitana.
A mediados de septiembre, la Plataforma inició una acampada junto a las vías; se cortaron líneas de tren, se convocaron manifestaciones y poco a poco Adif y Fomento fueron retrocediendo. Hubo detenidos y porrazos y unos vándalos que el Gobierno autonómico ha pretendido relacionar con Contreras y compañía se dedicaron a destrozar parte de las pantallas de metacrilato por las noches. El pasado 3 de noviembre el Consejo de Ministros desbloqueó el dinero para la primera fase del soterramiento: una victoria parcial de la Plataforma.
El PP tiene bastantes problemas en la región. En abril dimitió el ex presidente Pedro Antonio Sánchez acosado por escándalos de corrupción urbanística. El también ex presidente Alberto Garre, sucesor de Valcárcel, va a lanzar un nuevo partido regional al que las encuestas dan hasta ocho escaños. “Murcia ha vivido una inestabilidad política terrorífica que todavía existe”, define José Gabriel Ruiz, ex consejero de Presidencia y colaborador de Garre. El actual mandatario, Fernando López Miras, tiene 34 años. Joaquín Contreras es el que ha terminado por arrinconar al PP.
Sin el trabajo de este ex docente, católico de base, seguramente no habría soterramientoDe 2012 a 2014 el soterramiento de las vías estuvo muerto. Fomento desarboló el convenio de 2006 por el cual nacería la sociedad Murcia Alta Velocidad y que decía que el AVE llegaría soterrado. En julio de 2012, el entonces secretario de Estado de Infraestructuras Rafael Catalá (hoy ministro de Justicia) visitó Murcia; la sociedad de alta velocidad se reunió en secreto con él y se decidió que en una primera fase el tren rápido llegase en superficie. En febrero de 2013 el ex presidente Ramón Valcárcel discutió agriamente con un diputado de IU en la Asamblea Regional y dijo que soterrar no era posible. Y en febrero de 2014 la titular de Fomento Ana Pastor clavó el ataúd al enterramiento de las vías con el ya célebre eslogan “no hay dinero”.
Ahí resurgió Joaquín Contreras, tras varios años de inactividad de la Plataforma debido a la contundente promesa formulada en 2006 por la sociedad de alta velocidad. Porque la Plataforma ya llevaba mucho tiempo ahí, desde su nacimiento en abril de 1991. Entonces el colectivo se creó en respuesta al ex regidor socialista José Méndez y su promesa de una nueva estación sin soterrar en sustitución de Murcia del Carmen. En marzo de 1995 se produjo el primer corte pacífico de vías en el Talgo Madrid-Cartagena. Méndez cedió y poco antes de perder las elecciones, en junio de ese año, encargó un proyecto para estudiar la viabilidad del soterramiento. Al AVE todavía ni se le esperaba.
Por entonces el PP era un firme defensor del soterramiento y Contreras junto con otro histórico de la Plataforma, el cura Tornel, formaban un dúo y se recorrían los barrios para concienciar a la ciudadanía: Murcia es una ciudad dividida y su peculiar urbanismo, muchas veces fuera de toda norma, impide comunicar el lado norte y sur de las vías con pasarelas peatonales seguras y túneles.
“En septiembre de 2012 vi a Joaquín por primera vez. Me citó en un bar junto a las vías cuyo dueño lo traspasó al ver que aquello no se soterraba”, relata Domingo Centenero, otro de los portavoces de la Plataforma y profesor de secundaria en Lorca. “Éramos 10 o 15 personas cuando se retomaron las movilizaciones en vista de que el convenio de la sociedad no se iba a cumplir”.
De 2012 a 2014 Fomento enterró el convenio del AVE y echó de nuevo a la gente a la calleEl Padre Tornel, el incansable compañero de fatigas de Contreras, falleció en 2013. Vecino a vecino se concenció a los siete barrios de lo que estaba pasando. Hasta que el pasado 30 de septiembre la Plataforma llenó la Gran Vía de Murcia con una manifestación de más de 50.000 personas. Hoy organiza incluso festivales como el Soterra Rock. “Estamos absolutamente desbordados”, revelan.
De hecho el movimiento tiene un aire a las CUP catalanas. La Plataforma está apolitizada -que no es lo mismo que no hacer política- y las decisiones se toman de manera asamblearia. Durante el nacimiento de Podemos, hacia 2014, el movimiento sufrió varias escisiones y bajas al irse varios de sus miembros a unos partidos u otros. No hay cargos. “Al cabo de un tiempo me di cuenta que Joaquín estaba muy a gusto sin jerarquías”, confiesa Centenero. “Quien quiere colaborar, colabora”. Se financian vía rifas, venden lotería y también consiguen recaudar algo entre los negocios de la zona sur.
La Plataforma por el Soterramiento tiene un aire a las CUP, con decisiones asamblearias y sin jerarquías“Es un tío que no le pone puertas a nadie”, valora Antonio Hernández, uno de los vecinos afectados. “Nunca te pregunta de dónde vienes. Acepta todas las críticas y casi nunca se cabrea. Y vive la vida con sencillez: le recuerdo en el tren camino a Madrid, porque íbamos al Congreso de los Diputados, y sacarse a media mañana su lata de cerveza y su bocadillo”.
Su despiste es ampliamente comentado entre los suyos. Recientemente perdió su bolso en el Parlamento Europeo, adonde acudió a un acto por el soterramiento. Y no son pocas las veces que a este docente de Filología Francesa en el Colegio Público de Patiño se le ha olvidado acudir a la televisión o a la radio regionales cuando había concertado previamente una cita. Cuando habla puede tirarse horas. “Tiene el defecto o la virtud de los profesores, que es la de explicar todo desde el origen”, bromea Domingo Centenero. “¿Que alguien se pierde? Pues vuelta a los orígenes”.
También ha vivido momentos de tensión, demasiados para sus 72 años. La televisión regional murciana le metió en una encerrona al invitarle a hablar ante las cámaras en un acto organizado por una asociación vecinal afin al PP para reclamar la inmediata llegada del AVE, soterrado o no. Tuvo que huir por la céntrica calle de Traperías en medio de insultos.
Le han metido en encerronas, de las que ha tenido que huir en medio de insultosCasi nunca pierde la calma, pero se ha llegado a calentar a veces. Una vez, con un director de informativos; otra, hace pocos días en el Pleno municipal con un edil pedáneo del PP; otra, en el Congreso con el ex diputado por Murcia Andrés Ayala, nombrado el pasado 31 de octubre presidente de la oficina anticorrupción del PP nacional.
Para Contreras todas esas cuitas son historia. Los residentes salen a saludarle cuando pasea. Cuando la policía ha identificado alguna vez a miembros de la plataforma concentrados en algún punto al sur de las vías, han llegado a defenderle de las autoridades vecinos de etnia gitana.
A mediados de septiembre, la Plataforma inició una acampada junto a las vías; se cortaron líneas de tren, se convocaron manifestaciones y poco a poco Adif y Fomento fueron retrocediendo. Hubo detenidos y porrazos y unos vándalos que el Gobierno autonómico ha pretendido relacionar con Contreras y compañía se dedicaron a destrozar parte de las pantallas de metacrilato por las noches. El pasado 3 de noviembre el Consejo de Ministros desbloqueó el dinero para la primera fase del soterramiento: una victoria parcial de la Plataforma.
Vecinos de etnia gitana le han llegado a defender de las autoridades policialesEl problema ahora es que muchos miembros de este colectivo entienden que el AVE debería de haber llegado soterrado, como se estableció en 2006. El PP local quiere que llegue ya, en 2018. Y como su llegada será provisional, se instalará una catenaria de 25.000 voltios que obliga a acoplar el muro de metacrilato que durante dos años incomunicará aún más los barrios del sur. Hasta que el agujero esté terminado y las vías de la alta velocidad vayan por él.
Terminar con 150 años
“No hay muchos soterramientos en España. Pero tenemos que dar la suficiente protección acústica y física a los vecinos”, afirma el diputado nacional por Murcia Teodoro García Egea. “La M-30 causó muchísimas molestias a los vecinos y hoy es una obra ejemplar. Entiendo, comparto y respeto el malestar de la gente, pero tienen que entender que las vías llevan ahí 150 años y Adif va a soterrarlas dentro de dos”. Cuando se le comenta a García Egea que sin el empeño de la Plataforma seguramente esta concesión de Fomento no se habría producido, el diputado (uno de los que que están en el bombo de los presidenciables en la región) admite la importancia del trabajo de calle. “Yo siempre estuve a favor del soterramiento”, agrega.El PP tiene bastantes problemas en la región. En abril dimitió el ex presidente Pedro Antonio Sánchez acosado por escándalos de corrupción urbanística. El también ex presidente Alberto Garre, sucesor de Valcárcel, va a lanzar un nuevo partido regional al que las encuestas dan hasta ocho escaños. “Murcia ha vivido una inestabilidad política terrorífica que todavía existe”, define José Gabriel Ruiz, ex consejero de Presidencia y colaborador de Garre. El actual mandatario, Fernando López Miras, tiene 34 años. Joaquín Contreras es el que ha terminado por arrinconar al PP.
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