De forma constante nos vemos obligados a 
recordar el informe anual de la Comisión Europea sobre el estado de la 
justicia en los países de la Unión Europea. España figura como el tercer
 Estado donde un mayor porcentaje de personas percibe que la justicia no
 es independiente. Hasta un 58% de los españoles la consideran como 
“mala” (39%) o “muy mala” (19%), lo que supone que sólo dos de los 28 
países están peor: Bulgaria y Eslovaquia. Según el citado estudio, son 
las “interferencias y presiones del Gobierno y políticas” el primer 
motivo de la percepción de la falta de independencia aducido por la 
ciudadanía.
Nuevamente, las inopinadas declaraciones 
del Ministro de Justicia en relación a la investigación que se sigue en 
el Tribunal Supremo, el denominado “procés”, son poco respetuosas con la
 separación de poderes y la independencia judicial. El Sr. Català 
pronostica con total seguridad el futuro procesal de los investigados y 
anticipa sin ningún rubor las fechas y el contenido de las resoluciones 
judiciales, hasta el punto de afirmar que la sentencia se dictaría antes
 del mes de diciembre del presente año.
Junto a estas manifestaciones 
desafortunadas, informaciones publicadas en un periódico de ámbito 
nacional y no desmentidas dan cuenta de los contactos de miembros del 
Gobierno, empezando por su Presidente, a magistrados del Tribunal 
Constitucional previos a la deliberación sobre la admisión a trámite del
 recurso interpuesto por el propio Gobierno contra la resolución del 
Presidente del Parlamento de Cataluña. Debemos de recordar que el 
Tribunal Constitucional es el intérprete supremo de la Constitución y 
que sus magistrados son independientes e inamovibles en el ejercicio de 
su mandato, de forma idéntica a los miembros del Poder Judicial. Es por 
ello, que tales contactos son inadmisibles en un Estado de Derecho y no 
tienen otro objetivo que tratar de influir en el sentido de la 
resolución a dictar por el Alto Tribunal.
Estas injerencias, no conviene olvidarlo, 
socavan la confianza de los ciudadanía en los Tribunales de Justicia así
 como en el Tribunal Constitucional y lastran la credibilidad de 
actividad diaria de magistrados y magistradas en el ejercicio de su 
función.
Ante las inaceptables interferencias del 
poder político en la independencia de nuestros tribunales, ha de ser 
criticada la inacción y el silencio del Consejo General del Poder 
Judicial, máxime cuando es el órgano que precisamente tiene por misión 
fundamental defender la independencia de los jueces.
Juezas y Jueces para la Democracia reafirma
 una vez más su compromiso por la independencia Judicial. Es 
imprescindible alejar a la justicia de toda sospecha de parcialidad o 
manipulación, reclamando un poder judicial fuerte e independiente. Y 
resulta obligado en un estado de derecho respetar la función 
desarrollada por el Tribunal Constitucional, empezando por el propio 
Gobierno.
Madrid, a 5 de febrero de 2018
EL SECRETARIADO DE JUEZAS Y JUECES PARA LA DEMICRACIA
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OTRA COSA: No recuerdo haber votado nunca a alguien que hable así de claro. Mucho menos que arriesgue tanto
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OTRA COSA: No recuerdo haber votado nunca a alguien que hable así de claro. Mucho menos que arriesgue tanto
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