Pelayo Martín ·  28/1/2018
En
 aquellos años, durante el periodo más intenso de la III Guerra Mundial,
 los sicarios de los responsables del conflicto, tenían la curiosa 
costumbre de reunirse periódicamente en lugares exóticos y lejanos para 
olvidar cosas como que la deuda era impagable... que la mayor parte de 
los activos de los bancos eran literalmente bolsas de aire 
convenientemente infladas... que ya apenas existía el trabajo estable y 
dignamente remunerado... que la desigualdad ya tenía forma de bomba a 
punto de estallar... que el 1% de la población poseía el 70% de la 
riqueza... o que el 70% sólo era dueña del 3%.
Hoy ya conocemos las lógicas consecuencias de semejantes atrocidades... y para hablarnos de ellas... tenemos aquí con nosotros a vuestros amo... Señor de todo este feudo.
Hoy ya conocemos las lógicas consecuencias de semejantes atrocidades... y para hablarnos de ellas... tenemos aquí con nosotros a vuestros amo... Señor de todo este feudo.
Los
 líderes empresariales se dejan llevar por la buena marcha global de la 
economía sin abordar muchos de los problemas que llevaron a la crisis 
financiera
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