No hace falta vivir en un extrarradio o dentro de una after-hours para
 saber que en España se consumen drogas, muchas. Lo saben también los 
diputados, así, con el gin tónic en la mano. Según el Informe Europeo sobre Drogas 2017: Tendencias y novedades, en
 Europa 17 millones y medio de ciudadanos y ciudadanas han consumido o 
consumen cocaína. Con España en puestos de cabeza, solo por detrás de 
Reino Unido. En consumo de cannabis, España se sitúa en cuarta posición,
 por detrás de Francia, Dinamarca e Italia. España aparece también en 
las primeras posiciones en cuanto a consumo de MDMA, anfetamina y 
metanfetamina.
Otra cosa sería saber a 
qué mezcla tóxica se llama, por ejemplo, cocaína. O sea, qué toma 
alguien que cree estar tomando cocaína. Resulta imposible, ya que el 
comercio de las drogas lo controlan grupos de delincuentes. Grandes 
grupos de delincuencia internacional. Lo único que cabe hacer, ya
 que se sigue permitiendo que esos delincuentes comercien con las drogas
 “ilegales”, podría ser prevenir su consumo y, a la vez, crear campañas 
de información sobre lo que los consumidores toman y cómo lo hacen.
Este martes, una parte de la población, 
los políticos y los medios de comunicación, se han echado las manos a la
 cabeza a causa de una guía distribuida
 por el Ayuntamiento de Zaragoza. Oh. En ella se detalla cómo consumir 
para minimizar daños o cómo conocer lo que se consume. Ya que parece 
aceptado que sean los criminales quienes manejen un mercado de 
enfermedad y muerte, cabe pensar que lo más sensato es ofrecer toda la 
información posible a quienes tratan con los consumidores, y a los 
consumidores mismos. A nadie le cabe duda ya de que la ilegalización de 
dichas sustancias no ha ayudado ni ayuda en absoluto a que cese su 
consumo. Existen estudios que defienden incluso lo contrario.
“En este país hay muy poca memoria”, ha 
respondido el alcalde Pedro Santisteve. “Yo, en mis 30 años de abogado 
penalista, asistí al fallecimiento de más de 10.000 jóvenes” por culpa 
del consumo de drogas. Por sobredosis, por adulteraciones, por un mal 
uso de las jeringuillas. Cualquiera mayor de 40 años recuerda en este 
país las campañas sobre el uso de las jeringuillas, los puestos de la 
Administración Pública que repartían jeringas desechables, y la lucha, 
también recordada por Santisteve, para que en las cárceles se les 
permitiera al menos desinfectarlas con lejía.
La ignorancia como arma
Este país tiene muy mala memoria, sí, 
pero además vivimos en una época enganchada al escándalo, con una 
golosísima capacidad de escandalizarse. Y en esas malezas, pastan a 
gusto zafios y puritanos, con el apoyo de las redes. Saliendo al paso de
 los rumiantes, el alcalde de Zaragoza ha insistido en que “lo 
importante es dónde colocar el punto de mira”. Según él, “en la 
información y en la reducción de riesgos”. Se podría mirar a la otra 
parte y colocar el punto de mira en la hipocresía y la falsa capacidad 
de escándalo.
En la lucha de hace un par de décadas 
contra la heroína y la propagación del sida había en política un 
componente adulto, honesto, que parece haber desaparecido. El tráfico y 
el consumo de drogas son habituales en España, empezando por una de las 
más dañinas: el alcohol. Desde Estados Unidos nos llegan noticias de una
 reaparición de la heroína, un regreso que empiezan a conocer ya bien en
 barrios como el Raval de Barcelona.
Sin embargo, en la actualidad los 
contrincantes políticos –y mediáticos– se relamen ante la posibilidad de
 convertir la ignorancia en arma arrojadiza. Baste un ejemplo para 
ilustrarlo: la Guía de Información sobre Drogas difundida
 en 2002 desde el mismo Ayuntamiento de Zaragoza. Su contenido iba en el
 mismo sentido que la que ahora se critica, son similares contenidos e 
igual la intención. La diferencia reside en que entonces quien se 
dedicaba a estas labores desde la Concejalía de Juventud no era otro que
 el actual portavoz del PP, Jorge Azcón.
Muestra todo esto una frivolidad, una 
bajeza política que no tiene que ver con la cortedad de miras, sino con 
la falta de honestidad. Crear el escándalo, distorsionarlo, difundirlo y
 azuzarlo en asuntos como el consumo de drogas y su prevención pone en 
marcha un juego cruel: el que tiene que ver con la salud y con la 
muerte.
ADEMÁS: Diario Público ·  5/3/2018
José Ignacio Munilla aprovecha su programa de radio para criticar la huelga del 8 de marzo. Entre otras cosas, atribuye al movimiento feminista un "genocidio femenino", por el aborto, y le culpa de la bajada de las pensiones por la baja natalidad.
DANILO ALBIN
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OTRA COSA: Las mujeres de Kurdistán convocan al Paro Internacional de Mujeres + Almudena Grandes A la huelga + La Asociación de Mujeres Juezas se suma a la huelga feminista + Las mujeres de RTVE se unen a la huelga feminista
José Ignacio Munilla aprovecha su programa de radio para criticar la huelga del 8 de marzo. Entre otras cosas, atribuye al movimiento feminista un "genocidio femenino", por el aborto, y le culpa de la bajada de las pensiones por la baja natalidad.
DANILO ALBIN
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