Luis Espada · 2/6/2018 - ctxt.es
Se
llama Antonio González Pacheco (Aldea del Cano, Cáceres, 1946). Se
apoda Billy El Niño y es un conocido torturador que gozaba aplicando sus
tormentos en la Dirección General de Seguridad franquista. Los relatos
de sus víctimas son sobrecogedores y de dominio público. Con la
Transición se convirtió en inspector del Cuerpo Superior de Policía y en
1977, Rodolfo Martín Villa le concedió la Medalla al Mérito Policial. Y
todo lo anterior contribuye a entender el papel de la recién nombrada
presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Concepción
García Espejel –'Concha', amiga de María Dolores de Cospedal, secretaria
general del PP–, su responsabilidad en el hecho de que el torturador
siga en la calle con todos sus derechos intactos, protegido además.
La presidenta de la Sala de lo Penal de la
Audiencia Nacional liberó al torturador e impidió su extradición, a la
que luego se opuso también el PSOE
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