José A. Satué ha compartido un enlace. 20/5/2018
Revuelta en la España vacía por la burbuja de macrogranjas de cerdos con rumbo a China. Noticias de Comunidad Valenciana
Una pista de tierra sin asfaltar se extiende sobre unos dos kilómetros desde un desvío en la carretera secundaria que une Ayora y Alpera,
en la frontera entre las provincias de Valencia y Albacete. Al final
del camino de tierra, en una ligera depresión, más de 7.000 cerdos
engordan a base de piensos. Desde fuera no se les ve, no se les oye,
apenas se les huele. Pero están ahí, en la granja de engorde que el Grupo Sanchiz, una empresa con central en Godella
(Valencia), explota desde que hace poco más de dos años, cuando compró
una instalación inicial con capacidad para 800 animales, la remodeló,
amplió y modernizó.
Ahora ha solicitado a la Conselleria de Medio Ambiente la llamada autorización ambiental integrada para regularizarla, y ha presentado otros dos proyectos en Ayora y un tercero en el vecino municipio albaceteño de Alpera para una cuarta instalación. Si prosperan, tendrán capacidad para casi 30.000 cerdos, que multiplicados por los habituales dos ciclos anuales de engorde (pasan de 20 a 100 kg en seis meses) elevan la producción anual a unos 60.000 ejemplares. Es mucha carne; pero también mucho consumo de agua y muchos residuos en forma de purines.
China ya es el mayor comprador de carne de cerdo española, por encima de Francia e Italia. En 2016 copó el 45% de las exportaciones extracomunitarias
La producción porcina es un sector en auge en el interior del país. La 'España vacía' se está llenando de granjas de cerdos de gran tamaño. Solo en los últimos años se han presentado más de ochenta proyectos de explotación en Castilla-La Mancha. Han proliferado las instalaciones de este tipo también en otras autonomías como Aragón o Castilla y León. Se trata habitualmente de explotaciones impulsadas por ganaderos que sirven a los mataderos de las grandes procesadoras de carne porcina, como pueden ser Incarlopsa, El Pozo o Vall Companys, con los que firman contratos de venta de animales.
En España hay más de 29 millones de ejemplares de porcino
en explotación y la cifra, con menos granjas pero que cada vez tienen
más capacidad, no ha dejado de crecer ejercicio tras ejercicio, según datos oficiales
del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, el consumo de carne de
cerdo en los hogares españoles apenas ha registrado variación en los
últimos tres años, e incluso se ha reducido en el segmento de carne
fresca. ¿Entonces, a qué se debe el boom de nuevas explotaciones? La
razón está en la exportación. España, el mayor productor de la Unión
Europea, se ha convertido en una potencia en producción porcina. Entre
2012 y 2018, las ventas al exterior de este tipo de carne ha crecido más
de un 60%, con más de dos millones de toneladas anuales
comercializadas. Pero en el caso de las exportaciones extracomunitarias,
el crecimiento ha sido superior al 100%. Los mercados de fuera de la
Unión representan ya el más del 37% del total.
¿Y quién es el principal cliente no comunitario? Adivinen. China ya es el mayor comprador de carne de cerdo española. En 2016 copó el 45% de las exportaciones extracomunitarias, por encima de Francia e Italia, receptores tradicionales europeos y ahora relegados al segundo y tercer puesto, respectivamente. Esta circunstancia explica, por ejemplo, que inversores chinos hayan puesto el ojo en productores de gran tamaño como la manchega Incarlopsa, actual proveedora de jamón de Mercadona, o que, ante la demanda creciente, se hayan disparado las solicitudes para montar nuevas explotaciones, como ocurre en Castilla-La Mancha o Aragón, donde el nivel de explotaciones todavía es inferior al de Cataluña o Andalucía.
Esto es una burbuja y se puede pinchar. Cuando China encuentre una zona más barata te pinchan la burbuja y los ganaderos se quedan con la deuda
Aparentemente, todo deberían ser parabienes para una actividad económica en zonas afectadas por procesos de despoblación en España. Pero no es así. Una plataforma vecinal compuesta por habitantes de Ayora y Alpera se ha alzado contra el proyecto del Grupo Sánchiz. En Pozuelo y Argamansón, otros dos pueblos albaceteños, ha surgido la misma respuesta a una mega explotación con medio centenar de unidades para 140.000 gorrinos de Cefusa, la filial ganadera de El Pozo. Hay muchos casos de respuesta vecinal similar en muchos otros municipios: Balsa de Ves, Tarancón, Villar de Cañas… Las plataformas vecinales se han agrupado bajo el paraguas de CLM Stop Macrogranjas y se han puesto en contacto con grupos vecinales de otras provincias con problemática similar, como Zamora o algunas comarcas aragonesas. En Yecla (Murcia), Cefusa-El Pozo tuvo que dar marcha atrás a un proyecto similar por el conflicto social que generó y ahora lo está intentando en la vecina provincia manchega.
"Esto es una burbuja y se puede pinchar.
En el momento en que China encuentre una zona de producción más barata
aquí te pinchan la burbuja y los ganaderos se quedan con la deuda. A lo
mejor dentro de ocho años se van a los países del Este, Brasil o
Argentina", dice Daniel González, uno de los portavoces.
Todas las plataformas coinciden en no demonizar a las explotaciones pequeñas y la ganadería extensiva, pero están unidas por una argumentación común contra las grandes granjas intensivas: advierten sobre la escasa capacidad para generar empleo de estas instalaciones industriales y las consecuencias sobre el medio ambiente y la salud humana que podría derivarse de las miles de toneladas de purines que generan. Son los restos de heces, orines y aguas sucias de las porqueras, y su composición se caracteriza por una alta concentración de nitratos o amoniaco. Aunque algunas explotaciones incorporan plantas de biometanización que permiten aprovechar energéticamente el metano y diluir los nitratos, solo hay una manera de desprenderse definitivamente de ellos: repartirlos por los campos circundantes, donde, en teoría, sirven de abono. La realidad es que la gestión de este residuo en cantidades industriales genera un problema porque pueden contaminar acuíferos, además convertirse en un fétido acompañante cuando se distribuyen en terrenos de siembra cercanos a núcleos urbanos o el viento arrastra su olor. “Nadie quiere oler a mierda, cuanto más lejos mejor”, confiesa uno de los vecinos afectados.
En Cataluña existen problemas de agua potable en 142 municipios, con el 41% de sus acuíferos con niveles de nitratos superiores al límite legal. En 2015, el Gobierno aragonés emitió 61 incidencias relacionadas con la calidad por contaminación de nitratos, según recoge un informe elaborado por Ángela Prado Mira, médico intensivista del Hospital General de Albacete. Esta profesional sanitaria ha advertido sobre los problemas para la salud que pueden derivarse del exceso de exposición a los amoniacos y otros gases.
El sector primario y la ganadería son claves en Castilla-La Mancha. Aquí no van a venir ni Microsoft ni la Ford
"El papel lo aguanta todo y pueden enviarnos a los ingenieros que quieran, pero hemos visto lo que hemos visto. El problema no es que haya granjas, el problema es la gestión de los purines. En el momento en que estos señores se vayan nos dejarán aquí un erial contaminado. Ellos no tiene que dar de beber el agua de aquí a sus hijos", dice Jaime Collado, uno de los vecinos de la plataforma de Ayora, que se ha reunido con los grupos políticos en las Cortes Valencianas para que sean sensibles a su reivindicación.
Ahora ha solicitado a la Conselleria de Medio Ambiente la llamada autorización ambiental integrada para regularizarla, y ha presentado otros dos proyectos en Ayora y un tercero en el vecino municipio albaceteño de Alpera para una cuarta instalación. Si prosperan, tendrán capacidad para casi 30.000 cerdos, que multiplicados por los habituales dos ciclos anuales de engorde (pasan de 20 a 100 kg en seis meses) elevan la producción anual a unos 60.000 ejemplares. Es mucha carne; pero también mucho consumo de agua y muchos residuos en forma de purines.
China ya es el mayor comprador de carne de cerdo española, por encima de Francia e Italia. En 2016 copó el 45% de las exportaciones extracomunitarias
La producción porcina es un sector en auge en el interior del país. La 'España vacía' se está llenando de granjas de cerdos de gran tamaño. Solo en los últimos años se han presentado más de ochenta proyectos de explotación en Castilla-La Mancha. Han proliferado las instalaciones de este tipo también en otras autonomías como Aragón o Castilla y León. Se trata habitualmente de explotaciones impulsadas por ganaderos que sirven a los mataderos de las grandes procesadoras de carne porcina, como pueden ser Incarlopsa, El Pozo o Vall Companys, con los que firman contratos de venta de animales.
¿Y quién es el principal cliente no comunitario? Adivinen. China ya es el mayor comprador de carne de cerdo española. En 2016 copó el 45% de las exportaciones extracomunitarias, por encima de Francia e Italia, receptores tradicionales europeos y ahora relegados al segundo y tercer puesto, respectivamente. Esta circunstancia explica, por ejemplo, que inversores chinos hayan puesto el ojo en productores de gran tamaño como la manchega Incarlopsa, actual proveedora de jamón de Mercadona, o que, ante la demanda creciente, se hayan disparado las solicitudes para montar nuevas explotaciones, como ocurre en Castilla-La Mancha o Aragón, donde el nivel de explotaciones todavía es inferior al de Cataluña o Andalucía.
Esto es una burbuja y se puede pinchar. Cuando China encuentre una zona más barata te pinchan la burbuja y los ganaderos se quedan con la deuda
Aparentemente, todo deberían ser parabienes para una actividad económica en zonas afectadas por procesos de despoblación en España. Pero no es así. Una plataforma vecinal compuesta por habitantes de Ayora y Alpera se ha alzado contra el proyecto del Grupo Sánchiz. En Pozuelo y Argamansón, otros dos pueblos albaceteños, ha surgido la misma respuesta a una mega explotación con medio centenar de unidades para 140.000 gorrinos de Cefusa, la filial ganadera de El Pozo. Hay muchos casos de respuesta vecinal similar en muchos otros municipios: Balsa de Ves, Tarancón, Villar de Cañas… Las plataformas vecinales se han agrupado bajo el paraguas de CLM Stop Macrogranjas y se han puesto en contacto con grupos vecinales de otras provincias con problemática similar, como Zamora o algunas comarcas aragonesas. En Yecla (Murcia), Cefusa-El Pozo tuvo que dar marcha atrás a un proyecto similar por el conflicto social que generó y ahora lo está intentando en la vecina provincia manchega.
Todas las plataformas coinciden en no demonizar a las explotaciones pequeñas y la ganadería extensiva, pero están unidas por una argumentación común contra las grandes granjas intensivas: advierten sobre la escasa capacidad para generar empleo de estas instalaciones industriales y las consecuencias sobre el medio ambiente y la salud humana que podría derivarse de las miles de toneladas de purines que generan. Son los restos de heces, orines y aguas sucias de las porqueras, y su composición se caracteriza por una alta concentración de nitratos o amoniaco. Aunque algunas explotaciones incorporan plantas de biometanización que permiten aprovechar energéticamente el metano y diluir los nitratos, solo hay una manera de desprenderse definitivamente de ellos: repartirlos por los campos circundantes, donde, en teoría, sirven de abono. La realidad es que la gestión de este residuo en cantidades industriales genera un problema porque pueden contaminar acuíferos, además convertirse en un fétido acompañante cuando se distribuyen en terrenos de siembra cercanos a núcleos urbanos o el viento arrastra su olor. “Nadie quiere oler a mierda, cuanto más lejos mejor”, confiesa uno de los vecinos afectados.
En Cataluña existen problemas de agua potable en 142 municipios, con el 41% de sus acuíferos con niveles de nitratos superiores al límite legal. En 2015, el Gobierno aragonés emitió 61 incidencias relacionadas con la calidad por contaminación de nitratos, según recoge un informe elaborado por Ángela Prado Mira, médico intensivista del Hospital General de Albacete. Esta profesional sanitaria ha advertido sobre los problemas para la salud que pueden derivarse del exceso de exposición a los amoniacos y otros gases.
El sector primario y la ganadería son claves en Castilla-La Mancha. Aquí no van a venir ni Microsoft ni la Ford
"Numerosos
estudios han mostrado los efectos adversos del metano, el óxido de
nitrógeno, el amoníaco, el sulfuro de hidrogeno y los olores en la
salud física y mental, tanto de los trabajadores de las granjas, como
de los habitantes de la zona. Estos efectos nocivos son mayores cuanto
mayor es la extensión y el tamaño de las granjas. De hecho, las
comunidades rurales localizadas a menos de dos kilómetros de
instalaciones porcinas podrían estar expuestas a niveles de amoníaco hasta 40 veces mayores que las concentraciones promedio en el medio ambiente", escribe en su informe Prado Mira.
A preguntas de El
Confidencial, el Grupo Sanchiz, una de las muchas empresas ganaderas en
el ojo del huracán en los medios locales, evitar hacer declaraciones y
ofrecer su versión sobre los riesgos a los que aluden las plataformas
críticas. "Cumplimos incluso por encima de lo que dice la ley",
se limitan a señalar. Trabajadores de las granjas defienden la limpieza
de los procesos y advierten que el interior manchego no tiene muchas
más alternativas. "El sector primario y la ganadería son claves en
Castilla-La Mancha. Aquí no van a venir ni Microsoft ni la Ford.
Antes aquí había dos personas trabajando y ahora somos dieciocho. La
gente no sabe la cantidad de controles e inspecciones que se pasan. Esta
familia está haciendo las cosas bien", señala un empleado sobre sus
patrones en Ayora.
La
presión social está empezando a hacer mella en el flanco político. La
Junta de Castilla-La Mancha, que ha alentado los proyectos por
considerarlos una actividad económica generadora de riqueza, ha acotado
ahora su política de ayudas a las explotaciones más pequeñas. Los
alcaldes que están en contra se ponen al frente de la manifestación,
como son los casos de Cesárea Arnedo (PP), en Alpera, o Natividad Pérez
(PSOE), en Balsa de Ves. Esta última libra una dura batalla contra una
granja de reproductoras de lechones de Grupo Sanchiz, a la que atribuye
los problemas de olores en núcleos urbanos del municipio. Acusa al
empresario ganadero de incumplir sus promesas de empleo y advierte de
que el paso de camiones está deteriorando los caminos y los purines
pueden afectar a los acuíferos.
El alcalde de Ayora, el popular José Vicente Anaya,
se muestra neutral y deja el asunto en manos de los técnicos, aunque sí
ha presentado alegaciones para que las explotaciones de Sanchiz
computen como un proyecto único o la Confederación Hidrográfica del
Júcar limite la concesión de recursos hídricos. La misma CHJ, en una
primera estimación, cree que no hay riesgo de contaminación del acuífero
si la explotación cumple con los indicadores que ha presentado. Pero la
autorización definitiva depende de la Conselleria de Agricultura y
Medio Ambiente, que fía también su decisión a los informes técnicos y la
sostenibilidad de los procesos que presente el promotor para minimizar
el impacto, lo que se conoce como Mejor Técnica Disponible (MTD).China 'toca' al carnicero de Mercadona y revela el apetito por el jamón español
Lo que digan los técnicos
"El papel lo aguanta todo y pueden enviarnos a los ingenieros que quieran, pero hemos visto lo que hemos visto. El problema no es que haya granjas, el problema es la gestión de los purines. En el momento en que estos señores se vayan nos dejarán aquí un erial contaminado. Ellos no tiene que dar de beber el agua de aquí a sus hijos", dice Jaime Collado, uno de los vecinos de la plataforma de Ayora, que se ha reunido con los grupos políticos en las Cortes Valencianas para que sean sensibles a su reivindicación.
"Lo que está ocurriendo también es que en países como Holanda, Dinamarca o Alemania
se ha endurecido la legislación por los purines y la contaminación de
aguas subterráneas y están reduciendo el número de granjas, que se
vienen a España, donde la legislación es más laxa", dice Rubén Miñano,
de la plataforma de Pozuelo. "Van a pueblos con problemas de
despoblación. Te dicen que en cinco años el colegio no tendrá niños y
lanzan el discurso de que van a generar empleo. Pero en los pueblos
donde se ha hecho, la población ha bajado y el paro ha subido. Esto no
es la solución", remata.
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OTRA COSA: II Encuentru de bandurrierus y rabelistas. Pejanda, 23 Junio
OTRA COSA: II Encuentru de bandurrierus y rabelistas. Pejanda, 23 Junio
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