Francisco
Ayala ha sido una de las glorias nacionales de la ciencia. Asesor de
ciencia para Bill Clinton; uno de los grandes teóricos de la nueva
síntesis entre darwinismo y genética; una persona amable que apoyó la
ciencia en español; un profesor simpático y agradable (al menos esa ha
sido mi impresión cada vez que he coincidido con él); asesor del
Vaticano para la disputa entre fe y evolución (era compatibilista);
doctor honoris causa por mi universidad alma mater de Salamanca;
... y acosador sexual. Me he encontrado con muchos casos parecidos.
Muchas veces, la mayoría, las mujeres (casi siempre, jóvenes becarias y
en situación precaria) no se han atrevido a denunciar el acoso por la
dificultad de ser comprendidas, por la dificultad de probar el acoso,
porque serían acusadas probablemente de haberlo provocado. "Con lo buena
persona que parecía..." El poder académico, el poder en el puesto de
trabajo, el poder político, la mezcla de todos ellos... Y, lo peor de
todo, la naturalidad con la que se ha llegado a aceptar que son casos
"normales". Conociendo las universidades americanas, la UC en Irvine no
hubiese montado el escándalo si no estuviese bien probado. En fin. La
lucha de las mujeres no va a ser suficiente si no se unen todos los
hombres que están contra la discriminación, el acoso, la sociedad
patriarcal. No es una cuestión banal, como se suele comentar en
ambientes masculinos, como si fuese una cuestión de moda y de lo
políticamente correcto.
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