Fernando Broncano R ·  publico.es   27/6/2018
La
 ley que permite igualdad de permisos de paternidad y maternidad, 
aprobada por unanimidad a propuesta de Podemos, honra al Congreso y a 
Podemos y muestra cómo se pueden usar las instituciones. Podemos va 
asumiendo lenguajes y formas nuevas y eso está muy bien. Quizás hubiera 
faltado recordar que en España este año hemos alcanzado la relación 
entre mortalidad y natalidad más baja de la historia, que estamos en 
decrecimiento, lo cual no es necesariamente malo si no fuera  porque tener hijos se ha convertido en 
un lujo que no pueden permitirse las mujeres,  pero tampoco las parejas 
porque ya no hay habitación posible para una familia ni trabajo para 
mantenerla. En su discurso de defensa, Pablo Iglesias se centró en los 
"cuidados" (una palabra de origen feminista que tenemos que empezar a 
curar porque está enfermando con tanto uso irrestricto). En la ciudad, 
los cuidados son ya una forma absoluta de mercancía: guardería, 
transporte, cuidado los días que los niños enferman (en una guardería, 
un treinta o cuarenta por ciento del tiempo), atención a los mayores, 
... "Cuidado" es ya un problema básicamente económico. El cuidado ha 
entrado en el mercado porque la reproducción de la vida en la urbe se ha
 hecho imposible fuera de él. En el campo, en el desierto español, aún 
es peor. En Castilla y León hay escuelas con tres niños (es un mínimo 
que han adoptado para mantener la vida en algunos pueblos). Hay que 
tener cuidado con el "cuidado". En una situación de catástrofe 
demográfica, el cuidado es siempre paliativo. Quizás, como sostenía 
Melancholia de von Trier, es que no merezcamos  poder reproducirnos.

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