La precariedad laboral en España es una alimaña que te devora las tripas.
La precariedad es como el zorrillo del niño espartano. Seguramente
conoceréis el cuento; creo que venía en algún libro de historia de la
Primaria: En Esparta, ciudad famosa por su obsesión militar y la extrema
estricticidad de sus métodos, mandaron a formar filas a unos niños que
estaban recibiendo su educación militar. Uno de los chavales, llevado
por el hambre, había robado esa mañana un zorrillo de la casa de un
vecino. Durante la formación, el niño se escondió al zorrillo dentro de
la camisa. El animal, inquieto, empezó a morderle, pero el niño disimuló
el dolor. Al llegar a su altura, el instructor lo encontró muy pálido,
con la túnica llena de sangre. Le ordenó que se la alzase para descubrir
qué sucedía y el niño cayó muerto al suelo. Había preferido dejarse
devorar las tripas antes que contravenir las estrictas leyes de su
ciudad. (...)
ago. 28 2018,
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OTRA COSA:
Albert Jacquard: "Toda competición es un suicidio".
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