Rober Txivany Saez ha compartido un enlace. 26 SEP 2018 -
elpais.com
Los agresores han aprendido a usar la violencia, y ahora saben que la forma de ocasionar más daño a la mujer no es matarla a ella, sino a sus hijos…
La realidad solo es la última mirada antes de darnos cuenta de lo que en verdad sucede, por eso los estereotipos y los mitos son tan importantes a la hora de definirla, y por ello el machismo ha permanecido hasta nuestros días a pesar de su violencia histórica. Y mientras que las mujeres son “malas y perversas” desde la Eva del Paraíso, los hombres han sido considerados como “buenos padres”, hasta el punto de que aún hoy se discute si un maltratador es un mal padre.
Así lo recoge el Derecho cuando el Código Civil sitúa la referencia
sobre lo que debe ser una persona razonable en la figura del “buen padre
de familia”. El mismo padre que históricamente ha maltratado a las
madres y a sus hijos a través de la violencia de género, porque ahí es
donde reside la clave de esta violencia estructural. Su objetivo es
mantener el orden establecido por una cultura machista, y para ello
necesita controlar a las mujeres dentro de los límites que cada agresor
establece a partir de las referencias comunes de la cultura. Los hijos y
las hijas forman parte de esa estrategia de sometimiento bajo la
amenaza o las agresiones y, sin embargo, nada de eso cuestiona a los
padres maltratadores, (...)
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