George Gonzalo ha compartido la publicación de Contra la corrupción en el Tribunal Supremo 15-M.
En
 los colegios del Opus, que el Tribunal Constitucional y el Tribunal 
Supremo han avalado, se está incubando el futuro del Opus y de ahí 
saldrán, también, muchos de los nuevos jueces y fiscales de España.
Se financian con dinero público, segregan y practican el proselitismo.
Se financian con dinero público, segregan y practican el proselitismo.
La influencia del Opus Dei en la historia política y social en España ha sido muy importante. Lo fue en la dictadura de Franco, lo fue en 
la transición política y lo ha sido en la monarquía parlamentaria. 
Además, esa importancia coexistió con una expansión de la secta por 
medio mundo, particularmente en Europa, Latinoamérica y Norteamérica, 
pero también en muchos países africanos y asiáticos.
El Opus Dei, donde el 97% de sus miembros son seglares, tuvo, desde 
el principio, una gran habilidad para infiltrarse en los aparatos de 
Estado y eso lo compaginó, gradualmente, con la construcción de un 
imperio de negocios propios; negocios que van desde colegios y 
residencias, universidades, escuelas de negocios, hospitales, 
participación influyente en Bancos y entidades financieras, medios de 
comunicación y últimamente colegios elitistas de enseñanza primaria y 
secundaria, entre otros sectores. Pero desde el principio, la 
penetración en el aparato de Estado franquista fue decisiva. Como dijo 
el fundador de la secta, el cura de personalidad paranoica y megalómana 
Escrivá de Balaguer, “para qué queremos tener locales propios si tenemos
 los despachos de los Ministerios del Gobierno”. La expansión del Opus 
ha sido espectacular y originariamente se debió a su infiltración en el 
franquismo. Hay que tener en cuenta que el Opus funciona como una 
sociedad secreta donde existen diferentes niveles de compromiso con la 
secta, pero todos, al final, buscan obtener réditos económicos y de 
poder para la secta. El Opus Dei se introdujo en España, a finales de 
los 50 y en los 60, en los grandes cuerpos de la Administración pública 
(inspectores de hacienda, diplomáticos, administradores civiles, 
abogados de Estado) y también en la justicia y la fiscalía. Penetran 
desde el mismo momento de la preparación de las oposiciones a esos 
cuerpos, con jóvenes ya vinculados a la secta, los cuales, una vez 
incorporados a los cuerpos superiores o la magistratura actúan en 
sintonía con la secta. En el franquismo llegaron en el momento justo, ya
 que se distanciaron del fascismo franquista proponiendo una especie de 
gobierno tecnocrático autoritario. Tal fue su influencia que el jefe de 
Gobierno con Franco, asesinado por ETA en un atentado en el año 1973, el
 general Carrero Blanco, estaba en el ámbito del Opus y una gran parte 
de sus ministros eran miembros de la secta; ministros que ocuparon 
puestos en ministerios claves como Obras Públicas o Economía. Organismos
 como el Centro Superior de Investigaciones Científicas -el organismo 
clave de la investigación española- estaba absolutamente controlado por 
el Opus Dei. (…)
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