Mateo Santamarta Paniagua · Jordi Évole LaVanguardia.com· 24/11/2018
"Rufián
practica una antinaturalidad estudiada. Su pose forzada, teatral,
sobreactuada, le ha hecho triunfar. Con un guion burdo pero eficaz,
aprovechando los tiempos de la viralidad, el diputado de Esquerra conoce
como pocos los nuevos códigos: los 140 caracteres, los vídeos cortos
que se reenvían los grupos de watsap y esa provocación macarra propia de
reality show, capaz de sonrojar al propio Joan Tardà, que el miércoles
en el Congreso no sabía dónde meterse, por más que luego tuviese que
salir a dar la cara por su compañero de fatigas (nunca mejor dicho)." (...)
Una de las frases más absurdas que decimos los que trabajamos en la tele
es “usted olvídese de las cámaras”. Creemos que así todo va a ser más
natural, y el invitado podrá escapar de la impostura que supone tener
una cámara delante. Pues yo creo que a Gabriel Rufián alguien le ha
dicho todo lo contrario: “Usted no se olvide nunca de las cámaras”. Y
ahí está el diputado, pendiente siempre de la cámara que le pueda estar
enfocando. Hay que reconocerle la habilidad que ha tenido de saber sacar
provecho de estar en el foco. Rufián ha roto los esquemas de los que
pensaban que la naturalidad ante las cámaras era una de las claves del
éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario