Defiende Madrid Sabias Que · EFE. Santiago de Compostela - 24 jul. 2019
El
24 de julio de 2013 cambió para siempre la historia del modesto barrio
de Angrois en Compostela, cuando el tren Alvia que cubría la ruta entre
Madrid y Ferrol descarriló a su paso por la curva de A Grandeira
causando la muerte de 80 de los pasajeros y dejando más de 140 heridos.
Este enclave de los arrabales rurales compostelanos ha sido desde entonces un lugar de peregrinación en la víspera del Día Nacional de Galicia, al que acuden los supervivientes y las familias de las víctimas para recordar a sus fallecidos y reclamar la justicia que -denuncian- se les niega desde las instituciones.
Cada año se repiten caras y nombres entre los asistentes, pero también se incorporan nuevas figuras que, con el tiempo, han ido procesando las consecuencias de este fatal accidente y se han sumado a las movilizaciones para tratar de que se esclarezcan las verdaderas causas de este siniestro.
Así es que este año se han desplazado hasta Santiago de Compostela los padres del joven siciliano fallecido en este accidente y que hoy, portando camisetas con el lema "Me siento vivo" y con la fotografía de su hijo en el centro de un corazón verde, han visitado la fatídica curva donde éste perdió la vida.
Después de las manifestaciones y las protestas de esta mañana, las víctimas del accidente del Alvia han rendido esta tarde tributo a la gente que perdieron en este siniestro con el tradicional acto al pie de la vía férrea donde ocurrió el mismo y han depositado en un crucero 81 rosas blancas, una por cada uno de los fallecidos que registró este accidente, cifra a la que suman uno más que los registros oficiales que murió con posterioridad (...)
La
plataforma de víctimas del Alvia 04155, accidentado en Angrois el 24 de
julio de 2013, reacciona con un comunicado a la respuesta de Talgo a
las nuevas pruebas presentadas por las víctimas en sede judicial.
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OTRA COSA: Entre susto o muerte una había elegido susto, y al final nos llevan hacia el matadero sin pedirnos ni siquiera disculpas, de Marisa Peña
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