El centro del TERROR franquista: la comisaría de la calle sevillana Jesús del Gran Poder

Tulio Riomesta ha compartido un enlace en el grupo ACABEMOS CON EL RÉGIMEN MONÁRQUICO-FRANQUISTA DEL 78 ✊(ExS).    ·      8 September, 2019

Llantos y gritos salían de la gran checa del fascismo en Sevilla. Era el último lugar desde donde los detenidos partían para morir en las tapias del cementerio de Sevilla. Los presos salían hacia el lugar de ejecución, puño en alto y gritando vivas a la Revolución, a la República, al Frente Popular, a Lenin, a Bakunin.. bit.ly/2m6imnP
Por los Republicanos que combatieron al franquismo, firma en bit.ly/1TF7lTv. En España olvidados y reconocidos en Europa por luchar contra el nazismo

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El centro del TERROR franquista: la comisaría de la calle sevillana Jesús del Gran Poder

 Cuando la Compañía de Jesús fue disuelta, el gobierno de la República transformó su residencia en Sevilla en Escuela Normal del Magisterio y en escuela práctica, así como en Inspección Provincial, Consejo Provincial de Educación y en escuela graduada. Destacados y conocidos profesores sevillanos pasaron por sus aulas, como Ramón González-Sicilia y su hermano Andrés, o los hermanos José y Joaquín León Trejo, ambos asesinados tras el golpe militar.
La rebelión de los militares golpistas en Julio del 36 convirtió el edificio en cuartel de milicias cívicas, al mismo tiempo que los jesuitas empezaron a trasladarse a la que fue su residencia. Las instalaciones habilitadas para detención y represión en Sevilla estaban desbordadas con la enorme cantidad de detenidos: El capitán franquista Manuel Díaz Criado se instaló en la Comisaría de Investigación y Vigilancia de Jáuregui, ordenando la ejecución del jefe de la Brigada Político-Social Emilio Sanz. Se habilitaron como cárceles improvisadas la Prisión Provincial, el barco-prisión Cabo Carvoeiro, los cines Jáuregui y Lumbreras, los sótanos de la plaza de España y varios recintos más. Todos los cuarteles y recintos militares de la ciudad atestaban también sus calabozos de detenidos. La Casa del Pueblo sirvió de sede a la Brigadilla Social de Falange (...)
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OTRA COSA:    Mintiendo con la equidistancia: en las cunetas no hay fascistas.