Desde menores, a jóvenes embarazadas y niños se encontraban dentro de esta fosa que albergaba en 1937 más de doscientos fusilados. En 2020, será de nuevo abierta para terminar de identificar lo que allí ocurrió.
Cuenta la arqueóloga Carmen Romero Paredes cómo “las unidades militares desplegadas por Queipo
se iban expandiendo por las distintos pueblos de la provincia de
Sevilla”. Y cómo el primer pueblo en caer después de la capital andaluza
fue Écija, el mismo 18 de julio. Sin piedad, aplicando el bando de
guerra, la represión más feroz en Écija se llevaría por delante a más de
quinientos vecinos al formar parte de una maniquea limpieza de
inocentes. Una huella que quedó para siempre en este pueblo. “Aquella
eliminación directa con ejecuciones inmediatas” en el primer verano de
la guerra civil no fue olvidada por ningún vecino.
La historiadora de la Universidad de Córdoba Carmen Jiménez Aguilera cuenta a Público cómo “el mismo día 18 se lee el bando de guerra en la plaza del Salón y allí mismo muere el primer ecijano”. Su nombre, José Pérez Jiménez, alias El Hormiguita. Jornalero de profesión. “Solo en el primer momento de la lectura, este hombre respondió con un viva la república,
a lo que los militares respondieron con un tiro certero y directo que
acabó con su vida”. Esa fue la carta de presentación de los golpistas en
Écija nada más sublevarse. Juan Tamarit Martell, alcalde republicano
también se personaría frente a la guarnición golpista en la noche del 18
de julio. Un mes después, su cuerpo se encuentra cosido a balazos
frente a las tapias del cementerio, el 13 de agosto de 1936 (...)
Todos los pueblos de España sufrieron la crueldad de Franco y sus ecuaces.
ResponderEliminarUn saludo y buena suerte. que nunca jamás se repita.