MATILDE ZAPATA BORREGO, una voz por encima del silencio, los fascistas la FUSILARON al amanecer

Fausto BrezoMargal‎ en REPUBLICANOS Y ANTIFASCISTAS ✊ (ExS) · Tulio Riomesta   15 April, 2017  

Matilde fue conducida al cementerio de Ciriego en la madrugada del 28 de mayo de 1938. Seis hombres murieron con ella. Tenía 32 años. Después la fosa común, allí estarán sus restos, junto a los de más de un millar de víctimas de la terrible represión de los primeros años de la victoria de las tropas sublevadas por Franco bit.ly/2sDtNUR
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MATILDE ZAPATA BORREGO, una voz por encima del silencio, los fascistas la FUSILARON al amanecer

Tras el asesinato de su marido, Luciano Malumbres por un pistolero falangista [Eldiario.es ], se había hecho cargo del periódico santanderino “La Región”, redactando artículos de prensa de esta tribuna para dar voz a los trabajadores más desprotegidos. Sería conocida como La Pasionaria de la Montaña por su verbo encendido, su decidida defensa de los derechos de las mujeres, de la igualdad en el ámbito laboral y cultural, y por su actividad política. Matilde Zapata Borrego se encontraba entre los cientos de personas que marcharon hacia Asturias. El 26 de agosto las tropas de Varela entraron en la capital cántabra. En los días posteriores detuvieron a 17.000 personas. El 17 de septiembre, el ejército franquista ocupó Tresviso, la última localidad cántabra controlada por la República. La periodista siguió realizando labores de propaganda en Asturias, alentando a la resistencia frente a un enemigo que continuaba avanzando. 
Matilde vivió la caída del Frente Norte estando en el puerto de Gijón, cuando trataba de huir de la represión que se avecinaba ante la llegada de las tropas nacionales, intentando con otros miles de fugitivos hacerse un sitio en alguno de los barcos que todavía aguardaban a una población desesperada. Consiguió subir a bordo de uno, pero su mala suerte, como la de tantos otros fugitivos, quiso que la embarcación elegida fuera interceptado en alta mar por la Marina franquista (...)
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OTRA COSA:  AUTE. Ellos se convierten en una estrofa más de la melodía de tu ser, de Antonio Larrey