Campamento bajo el viaducto de Segovia.
LOS INVISIBLES(...) Pero los hay que no pueden hacer eso. Hay gente que no puede encerrarse entre cuatro paredes. No por despotismo, ni por ganas de desacatar las órdenes de Ayuso o Sánchez o de quien narices dirija el cotarro, pues nadie lo sabe con seguridad. En Madrid, según los últimos datos, hay más de 2.700 personas sin hogar que no pueden cumplir el toque de queda. Se estima, además, que 650 de ellas duermen durante todo el año al raso. Sin camas. Sin albergues. Sin un suelo limpio. Sin más somier que el asfalto.
En el extrarradio de Madrid, bajo la A5, pocos metros antes de que la autovía se bifurque hacia el paseo de Extremadura a la derecha y la avenida de Portugal a la izquierda, hay vida. Bajo esa carretera por la que pasan cada día miles de coches, hay sueños rotos y emociones (...)
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