miércoles, 3 de febrero de 2021

Esa colina no resplandece, de Andy Robinson

 

''Tras un cuarto de siglo de concentración de la riqueza en las manos del 5% más rico, se puede decir con seguridad que los oligarcas tomaron la Shining Hill mucho antes que las hordas trumpistas''
🇺🇸Una columna muy necesaria de Andy Robinson



Para mí, lo más preocupante del asalto al Capitolio hace dos semanas ha sido la reacción de mucha buena gente de la izquierda, incluyendo a Alexandria Ocasio-Cortez, aunque al menos ella tiene la excusa de estar en trauma post shock. Me refiero a quienes se han sumado a la CNN y a Joe Biden en sus elogios a la democracia estadounidense  y su convicción de que el Capitolio constituye la “tierra sagrada” de la democracia. Aquello de la “ciudad resplandeciente sobre la colina y un faro de libertad para el mundo”.

Es normal que Joe Biden y Kamala Harris se deshagan en elogios por la Shining Hill y el excepcionalismo estadounidense. Nadie debería extrañarse de que un veterano de Washington como Biden anuncie en su discurso de inauguración que “la democracia ha prevalecido” ni que The New York Times destaque la frase en portada con un cuerpo de letra 56 y a cinco columnas.

Lo que no es normal es que nosotros nos lo creamos. Y menos que empecemos a creer que, ante el peligro trumpista, es necesario cerrar filas con Mark Zuckerberg, Jamie Dimon (JP Morgan) y Madeleine Albright, bajo el pretexto de que –por muchos errores que hayan cometido– son todos comprometidos luchadores antifascistas.

Paul Mason ha sido el pionero de esa escuela. Insiste en formar un frente unido contra la ultraderecha  en el que puede incluirse hasta la banca internacional. “La izquierda debe decidir cuál es el principal enemigo, las corporaciones neoliberales o los movimientos fascistas”, escribió en el New Statesman. “Yo haré causa común con el consejo de Goldman Sachs contra ellos (los fascistas)”. Mason ha sido un excelente periodista pero, a mi modo de ver, esto es un delirio digno de QAnon.

Para mí, la idea de que todos deberíamos formar una cadena humana antifascista en torno al Capitolio cogidos de la mano de los billonarios de Silicon Valley y Wall Street, en defensa de “una de las democracias mas reverenciadas del mundo” (Alexandria Ocasio-Cortez dixit), es bastante más peligrosa que Donald Trump (...)

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