jueves, 18 de febrero de 2021

Las ratas del barco, de Javier Gallego

 

ELDIARIO.ES     
Javier Gallego    

Cuando un barco se hunde, las mujeres, niños y ancianos son los primeros en ser evacuados. La tripulación, los últimos. Pongamos que la pandemia es el Titanic y las vacunas, los botes salvavidas. Pues en España los primeros en lanzarse a los botes han sido de la tripulación: consejeros, alcaldes, concejales, oficiales del Ejército, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, directores de hospitales, otros altos cargos y sus allegados, sacerdotes y hasta un obispo. Lo de siempre: las fuerzas vivas. Políticos, curas y militares. Para entender la gravedad de lo que han hecho, se han subido en las barcas que debían salvar a los miles de sanitarios, ancianos y trabajadores básicos que se han quedado en el barco. Les han quitado el salvavidas a quienes más peligro corren. Su irresponsabilidad ha costado vidas.   

Las ratas del barco

Muy pocos han dimitido, sólo el JEMAD, el consejero murciano que coló a 400, algún alcalde y para de contar. Todos deberían ser sancionados, cesados y expulsados de sus partidos (PSOE y PP mayoritariamente), pero no sucederá. El privilegio no sólo les vacuna del virus, también del castigo. Más bien hay quien ha salido en su defensa. El portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, Almeida ha defendido que la cúpula militar y el Gobierno central deberían vacunarse porque España no puede quedar descabezada en esta crisis y Ana Rosa Quintana ha pedido que se vacune ya al rey. No vaya a ponerse malo y se pierda un día de trabajo. Adónde va a ir a parar este barco si nos falta su timonel. También podríamos enviar una dosis a Abu Dabi para su padre, que es persona de riesgo. Almeida y AR reflejan lo confundidos que están por ahí arriba sobre quiénes son las personas esenciales para sacarnos de ésta (...) 

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OTRA COSA:   “Frente a la estética de la rebelión, planteo para mí y las demás la ética de la rebelión”


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