Fernando Broncano R 7/4/2021
Desde hace décadas, el problema de la conciencia se ha convertido en uno de los problemas límite del conocimiento. Muchos filósofos piensan que el llamado "hard problem", el problema de la conciencia fenoménica (el sentirse consciente) es irresoluble y es y será uno de los misterios de la ciencia. Otros científicos se han planteado la posibilidad de que sea un problema soluble. En unos casos localizando la conciencia en alguno de los órganos del cerebro. Esta hipótesis parece muy débil y nadie la sigue prácticamente. Otros pensaron la conciencia como un subproducto de la constitución cuántica de las neuronas (residiría en los microtúbulos). El biólogo genetista Johnjoe McFadden ha propuesto la hipótesis del campo cemi (conscious electro- magnetic field). La tesis es que la activación de todas las neuronas crea un campo particular en el que reside tanto la conciencia como el libre albedrío. La analogía con la que él explica la hipótesis es la de un campo de microondas como la wifi doméstica, que transporta múltiples modos de información sin estar codificada en forma de señales eléctricas o bases digitales.
Si la hipótesis fuera cierta, explicaría por qué los computadores (al menos los actuales) no son ni pueden ser conscientes. El campo entero es el que nos genera la experiencia de voluntad y conciencia.
Pasará mucho tiempo antes de que haya acuerdo, pero la hipótesis suena bien y quizás abra líneas de investigación. Que el cerebro trabaje de un modo holístico (lo que se llama el binding problem) y que tengamos experiencias fenoménicas hacen que el problema de la mente sea extraordinariamente difícil para nuestros métodos actuales, lo que no implica necesariamente que sea un misterio irresoluble. Si esta hipótesis tuviese buenas perspectivas, muchos de los problemas de la causalidad mental (la superveniencia de lo mental, para quienes conocen este ámbito de cuestiones) tendría también una buena explicación al encontrarse una base de superveniencia bastante bien definida.
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