La extradición a Colombia de dos capos del narcotráfico durante los gobiernos de Felipe González pudo haberse dado, según se publicó en el libro ‘El hijo del ajedrecista’, gracias al pago de sobornos
Todo comienza con un caso de supuesto soborno y presiones de las más altas instancias del Estado, Presidencia y Ministerio de Justicia, para evitar una extradición, del mismo modo que presuntamente ocurrió recientemente con el empresario Ángel Pérez-Maura, sobrino de Emilio Botín y primo de Ana Patricia Botín. En este caso, la extradición se refiere a dos narcotraficantes colombianos, Jorge Luis Ochoa Vázquez y Gilberto Rodríguez Orejuela, capos de los cárteles de Medellín y Cali en los años 80 y 90.
Tras el asesinato del Ministro de Justicia de Colombia, Rodrigo Lara Bonilla, en 1984 por sicarios del cártel de Medellín, liderado por Pablo Escobar Gaviria y los hermanos Ochoa Vázquez, Escobar se escondió en Nicaragua y Jorge Luis Ochoa Vázquez y Gilberto Rodríguez Orejuela se instalaron en España donde vivían a cuerpo de rey en sus lujosas viviendas con piscina, pista de tenis, discoteca y bodega en Pozuelo de Alarcón (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario