-. Sin memoria, justicia y reparación no hay democracia sana ni plena .-
Por Marco Schwartz
Cuando José Luis Rodríguez Zapatero promovió, hace 14 años, la Ley de Memoria Histórica, se armó la de dios. El PP y una parte del viejo PSOE increparon airadamente al presidente por remover irresponsablemente el pasado en vez de dedicarse a solucionar "los problemas que preocupan a la gente", como le gustaba decir a Mariano Rajoy. Zapatero fue acusado de fomentar la división entre los españoles, de actuar movido por la venganza, de carecer de visión de estadista. Sin embargo, los acontecimientos posteriores, y muy en particular el momento político que hoy vivimos, han venido a darle razón al expresidente y a quienes llevan muchos años repitiendo que sin un ajuste sincero de cuentas con el pasado no se podrá afianzar la democracia ni garantizar a largo plazo la convivencia en España.
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