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Fernando Broncano R 10/4/2021
En una sociedad con trabajo escaso, como la que se usa como amenaza próxima, hay dos maneras de entender la reproducción social y la distribución del tiempo: la que lleva a una competencia caníbal por los puestos de trabajo o la que plantea el tiempo de trabajo y la reproducción social como el problema central de la economía y la política. El libro de Kathi Weeks "El problema del trabajo" presenta la filosofía de trabajo o vida como una tensión central que debería oponerse a la ética protestante del trabajo y en general a la concepción religiosa de que quien no trabaje no coma. Distribuir el tiempo de trabajo, permitir otras formas de vida es lo que están planteando iniciativas como la renta básica incondicional o la más reciente de la semana laboral de cuatro días, que ha recorrido el mundo y ha generado una discusión abierta (a diferencia del desprecio con que fue recibida, los medios internacionales, entre ellos la revista Time, han iniciado un debate sobre su oportunidad). Si lo que se ofrece para el futuro es un sistema económico basado en la producción robotizada y en el trabajo escaso pero intenso con semanas de 80 horas para presuntos directivos y exclusión social para quienes no encajen en el sistema, tal vez deberíamos cambiar de filosofía de la vida. El marxismo ortodoxo estaba encantado con la idea de trabajo: Lenin y Stalin fueron admiradores de Taylor y aplicaron el fordismo en una escala desconocida que transformó Rusia en una inmensa cadena de montaje.
La alternativa es extender la idea de una sociedad con el menor trabajo posible y distribuido de formas aceptables moral y políticamente para hacer posible el tiempo de la vida.
Dejo abajo el artículo de la revista Time como ejemplo de la discusión abierta.
Santi Fernández Patón 6 ABR 2021
En mitad de una crisis sanitaria como la que atravesamos, cuando el trabajo como única vía de acceso a la renta parece un mal chiste, la lectura del ensayo ‘El problema del trabajo’ (Traficantes de Sueños), de la estadounidense Kathi Weeks, resulta tan pertinente como apasionante (...)
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