ELDIARIO.ES Antonio Maestre 20/6/21
No tenía una granja en África al pie de las colinas del Ngong, pero su familia era dueña de ingenios azucareros en una época en la que en Cuba las grandes fortunas se forjaban con esclavos, explotación o favores de un dictador. Un pasado colonial que añoran los de su estirpe y que les proporcionaba réditos incontables hasta que llegó Fidel Castro en 1959 y mandó parar. El rencor de clase aún le dura a Rocío Monasterio. Aquel ático amplio y lujoso de La Habana en Calzada y 13 en el que se daban fiestas de pompa en una calle que desembocaba en el Malecón y donde soñaba con emular a su abuelo como latifundista ya no es de su familia. Nunca lo pudo disfrutar. Se lo expropiaron tras el triunfo de la Revolución de los barbudos tras tantos años de enriquecimiento creyendo que podrían también enriquecerse con los nuevos gobernantes como hicieron con los anteriores. Pobre Rocío, les quitaron sus privilegios y aún no lo ha digerido. Ese pensamiento colonial no se le ha quitado aún de la cabeza y teje su red negra de prejuicios contra las minorías anclada en aquel odio de clase que aspira a convertir nuevamente en hegemonía y poder (...)
+ ELDIARIO.ES Ruth Toledano 18/6/21
Sudaca, le gritaron. Es una mujer de origen ecuatoriano. Y le metieron una puñalada en el riñón. Estaba en una cola del hambre para personas en peligro de exclusión social, organizada por Cáritas de Cartagena en esa Región de Murcia donde campa el fascismo. La normalización de los mensajes racistas y xenófobos de Vox ya se cobra víctimas físicas. Hace pocos días fue asesinado a tiros el marroquí Younes Bilal. Disparó un exmilitar mientras le gritaba "moro de mierda". Dicen que la mujer de nacionalidad española que apuñaló a la ecuatoriana sufre problemas mentales y que está alcoholizada, pero la enfermedad mental y el alcoholismo no tienen vinculación científica con el discurso fascista que intoxica la psique y la sangre de la sociedad. La agresora gritó a su víctima que "los inmigrantes nos quitan la comida". Los sudacas.
Es exactamente lo que proclama Vox. Siempre que los sudacas sean pobres, claro, no sudacas como los de Rocío Monasterio. Porque Rocío Monasterio es de origen sudaca, pero terrateniente. Sus antepasados eran dueños de la Compañía Azucarera Atlántica del Golfo, que cotizó en la Bolsa de Nueva York. Pero si los hubieras puesto en una cola del hambre esperando un paquete de azúcar, parecerían lo que eran: sudacas. De hecho, vinieron para España cuando les expropió la revolución, aunque no tuvieron que recurrir a Cáritas porque el padre montó aquí una fritanga con ínfulas: el Kentucky Fried Chicken. Los padres sudacas parecen menos sudacas cuando no vienen a limpiar culos españoles. Hay muchos sudacas en España, aunque unos parezcan más sudacas que otros. Julia parece más sudaca porque limpia casas españolas y durante el confinamiento tuvo que pedir alimentos porque no podía trabajar. Mario Vargas Llosa parece menos sudaca porque otra sudaca le limpia la casa. O a lo mejor es filipina. Con las filipinas pasa igual que con los sudacas: unas parecen más filipinas que otras (...)
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