Jose Antonio Gómez HernándezColectivo (ExS) ✊ Información alternativa
El Talmud, libro hebreo que compila tradiciones, costumbres, narraciones, etc., dice que «desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados». Este proverbio, en los tiempos que corren, debe aplicarse, por desgracia, a España porque muchos de los jueces contemporáneos merecen ser juzgados. Unos pocos han sido juzgados, condenados e inhabilitados (Estevill, Garzón, etc.). Sin embargo, viendo algunas sentencias o decisiones judiciales, son muy pocos para los que se lo merecen.
En la lista de los mayores escándalos de la Justicia española ocupan un lugar destacado, en el mal sentido, el Banco Santander y la familia Botín puesto que copan los más altos puestos. En dicho ranking aquéllos también tienen el indecoroso privilegio de acaparar la mayor parte de los escándalos la Audiencia Nacional y de sus jueces estrella: Baltasar Garzón Real, a quien algunos apodan el mago y Francisco Javier Gómez Bermúdez, sin olvidar a Santiago Juan Pedraz Gómez, Fernando Andreu Merelles o Luis Martínez de Salinas Alonso.
La lista que hemos destacado hace referencia exclusivamente a los escándalos relacionados con el Santander, la familia Botín (Emilio, Jaime, Ana Patricia y Javier Botín) o sus fieles servidores (Rodrigo Echenique Gordillo, Ignacio Benjumea Cabeza de Vaca, Ignacio Uclés Romero y un largo etc.).
Las cesiones de crédito
Entre esos escándalos podemos destacar, en lo más alto del ranking y a mucha distancia del resto, el «caso cesiones de crédito» y la «Doctrina Botín» creada por el exmagistrado Javier Gómez Bermúdez.
El archivo de las cesiones de crédito causó el mayor escándalo en la reciente historia de la Justicia española instaurando una nueva doctrina, contraria al artículo 125 de la Constitución, que venía a contradecir toda la anterior, motivo por el que generó siete votos particulares en el Tribunal Supremo, cinco de ellos contrarios al archivo de la causa, en la que se encontraban imputados Emilio Botín, Rodrigo Echenique, Ignacio Uclés y Ricardo Alonso Clavel.
Las repercusiones del caso y la referida doctrina aún no han desaparecido de la vida judicial española. Tal fue la nefasta repercusión de la Doctrina Botín en los casos Atucha y Noos que su autor, el exmagistrado Goméz Bermúdez ni siquiera la menciona, pese a vanagloriarse de otras doctrinas, en su perfil del despacho en el que ahora presta sus servicios (con poco éxito, por cierto, al haber sido condenado su defendido Jaime Botín por contrabando de un cuadro de Picasso) después de haber abandonado la Judicatura.
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