DIARIO16.COM José Antequera 1/07/2021
El Tribunal de Cuentas está pidiendo a gritos una reforma urgente. Un país avanzado y democrático no puede permitirse que un órgano administrativo con competencias tan importantes como la fiscalización económica de las cuentas del Estado y del sector público haya quedado reducido a la categoría de balneario para políticos jubilados, club de familiares y enchufados de este o aquel partido u órgano testimonial y no vinculante cuyas resoluciones suelen caer en saco roto. Año tras año, los informes del tribunal dan cuenta de graves irregularidades contables en la financiación de los partidos sin que pase nada sencillamente porque estamos hablando de una institución desprovista de poder judicial efectivo.
La última polémica ha estallado a cuenta de la sentencia dictada por este órgano administrativo que condena a pagar 5,4 millones de euros a los líderes independentistas y funcionarios de la Generalitat que pusieron en marcha el procés. El tribunal reclama diversas cantidades a Carles Puigdemont, Artur Mas, Oriol Junqueras y otros altos cargos por los gastos que ocasionó el camino a la independencia entre los años 2011 y 2017. En el programa de Antonio Ferreras Al Rojo Vivo, de La Sexta, el president catalán Pere Aragonès se refirió ayer a la controvertida sentencia al asegurar que la resolución puede suponer “una roca en el camino” para la mesa de negociación y recordó que el organismo está “politizado” y su “nivel de nepotismo es bastante alto”.
“Si hay un tribunal que es político ese es el Tribunal de Cuentas. Un órgano que en los últimos 24 años ha estado gestionado por la mayoría de miembros del PP. Es evidente que el procedimiento que se está llevando a cabo es un problema, y el Gobierno del Estado ha tardado en reaccionar”, alegó Aragonès, que acusó a los miembros del tribunal de “generar indefensión, poner muchas dificultades e intentar castigar cruelmente” a los encausados por el procés. Con todos los matices y reservas de un político que defiende una causa por encima de cualquier otra consideración, no le falta razón al honorable, sobre todo si tenemos en cuenta que la encargada de redactar la sentencia sobre las cuentas indepes es Margarita Mariscal de Gante, ministra de Justicia con Aznar. Que un peso pesado del aznarismo dicte una sentencia contra la disidencia política es un sarcasmo, una burla a la inteligencia y un hecho que dice muy poco en favor de la calidad de nuestra debilitada democracia (...)
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