Rogelio Cedeño CastroAmérica en Resistencia Por Rafael Angel Ugalde Quirós , Periodista, abogado y notario 3 agosto, 2021
Por ejemplo, en esa nación, la Dirección de Administración de Seguridad (DAS) tenía entre sus funciones el espionaje, formando unidades de recolección de datos privados, con la excusa de contar con listas de “subversivos” y sujetos peligrosos para la seguridad nacional. Incluían desde periodistas, opositores, pasando por jóvenes marginados. Estos pobres muchachos, cuando a los oficiales se le hacían reconocimientos económicos por sediciosos “neutralizados”, eran montados en camiones militares con la ilusión de que ya contaban con un trabajo en el área rural; pero, lamentablemente, cobraron notoriedad, cuando “cayeron en combate” contra el “glorioso” ejército.
Alguien avispado, sin embargo, notó que en las fotografías de supuestos guerrilleros abatidos había jóvenes, todos con las heridas de bala en la misma parte del cuerpo, sus fusiles al mismo lado y algunos de ellos calzados a la carrera con la bota del pie derecho en el izquierdo. Imagínese usted combatiendo con los zapatos al revés. Así cobró relevancia el término “falso positivo”, que llega hasta nuestros días con fuerza a otros ámbitos de la actividad humana, sí así es requerido por la economía, la justicia o la política; hay su versión, según cada necesidad, aunque el significado siga siendo el mismo: presentar algo como cierto, siendo un ardid. Bajo esta égida de un “falso positivo”, el Estado aprobó una serie de leyes, aparentemente independientes entre sí, pero que esconden una reforma profunda del Estado oficial, una vez que se ven todas en forma conjunta, a favor del llamado “estado corporativo”; el verdadero poder detrás del trono.
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