viernes, 3 de septiembre de 2021

Colombia. Viviendo en el paraíso de los “falsos positivos”, de Rafael Ángel Ugalde Quirós

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Rogelio Cedeño CastroAmérica en Resistencia  Por , Periodista, abogado y notario  3 agosto, 2021

De Rafael Ángel Ugalde Quirós: "Juro que esperé años para ver en el foro de juristas y periodistas un debate pluralista e independiente sobre cómo los distintos gobiernos, desde 1986, —ahora la presente gestión del Partido Acción Ciudadana (PAC) pone la cereza al pastel— convierten nuestra división de poderes republicana en un enunciado formalista, cadavérico, sin alma, ni presupuestos adecuados y no siempre con los mejores recursos científicos o tecnológicos, ni personal calificado. Es como la cumbia aquella: “no tiene alma ni tiene corazón”. Lo anterior, comparándolo con una serie de hechos acaecidos en Colombia, como si una mano negra quisiera terminar con lo que hemos sido jurídicamente como pueblo.

Por ejemplo, en esa nación, la Dirección de Administración de Seguridad (DAS) tenía entre sus funciones el espionaje, formando unidades de recolección de datos privados, con la excusa de contar con listas  de “subversivos” y sujetos peligrosos para la seguridad nacional. Incluían desde periodistas, opositores, pasando por jóvenes marginados. Estos pobres muchachos, cuando a los oficiales se le hacían reconocimientos económicos por sediciosos “neutralizados”, eran montados en camiones militares con la ilusión de que ya contaban con un trabajo en el área rural; pero, lamentablemente, cobraron notoriedad, cuando “cayeron en combate” contra el “glorioso” ejército.

Alguien avispado, sin embargo, notó que en las fotografías de supuestos  guerrilleros abatidos había jóvenes, todos  con las heridas de bala en la misma parte del cuerpo, sus fusiles al mismo lado y algunos de ellos calzados a la carrera con la bota del pie derecho en el izquierdo. Imagínese usted combatiendo con los zapatos al revés. Así cobró relevancia el término “falso positivo”, que llega hasta nuestros días con fuerza a otros ámbitos de la actividad humana, sí así es requerido por la economía, la justicia o la política; hay su versión, según cada  necesidad, aunque el significado siga siendo el mismo: presentar algo como cierto, siendo un ardid. Bajo esta égida de un “falso positivo”, el Estado aprobó una serie de leyes, aparentemente independientes entre sí, pero que esconden una reforma profunda del Estado oficial, una vez que se ven todas en forma conjunta, a favor del llamado “estado corporativo”; el verdadero poder detrás del trono.

Prueba de lo anterior son una serie de reformas que sublevaron este año a miles de personas; cambios legales muchos de las cuales vienen de años atrás, incluyendo la relativa a empleo público (...)

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