¿Son 150 años el límite de lo que puede durar realmente la vida humana? Introd. de Fernando Broncano

 Fernando Broncano R  2/7/21

Este artículo está escrito por un prestigioso gerontólogo y es muy sensato, habla de la complejidad del organismo y de las dificultades que puede tener sobrepasar un cierto límite de edad. La complejidad humana no solamente lo es de su organismo primate y de la dificultad creciente para mantener la homeostasis con la edad, sino de la propia identidad personal que incluye formas de vida social y cognitiva que no hay otra forma de definir moralmente si no es acudiendo al término de "dignidad humana". Es admirable cómo España ha conseguido aumentar la esperanza de vida. Es menos admirable el tipo de vida que pueden esperar quienes alcancen estos niveles: abandonados por una familia que no puede hacerse cargo, en residencias que a veces no son sino aparcaderos. La esperanza de vida debería pensarse también como una vida de esperanza, no simplemente de pura supervivencia. Y ese posible límite no es solamente biológico sino que debe ser social. Quizás alguien se pregunte si en un tiempo en que los jóvenes no tienen mucho futuro es preciso preocuparse por el futuro de los ancianos, pero la complejidad de nuestra sociedad hace que ambas preguntas estén profundamente relacionadas. Es plausible pensar que la dignidad de la vida de los ancianos dependa mucho de la dignidad de la vida de los jóvenes (y a la inversa, que la dignidad de la vida de los jóvenes dependa mucho de la capacidad de sus padres para hacer posible una sociedad en la que sus hijos tengan futuro, que, dialécticamente, será la condición de que ellos mismos no sean tratados como residuos cuando lleguen a la tercera edad). El transhumanismo no está muy preocupado por estas cosas, como es de suponer.

Jeanne Calment, que vivió hasta los 122 años, en una imagen de 1995.

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¿Son 150 años el límite de lo que puede durar realmente la vida humana?

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