sábado, 6 de noviembre de 2021

42 mujeres denuncian al Opus Dei ante el Vaticano por abuso de poder y explotación y+

 ELDIARIO.ES   6/10/21

— Además de la violación de las leyes laborales, el escrito profundiza en el abuso de poder y conciencia que el Opus Dei a través de sus sacerdotes y directoras ...

Las denunciantes acusan a la organización ultraortodoxa católica de reclutarlas engañadas entre los 12 y 16 años con la promesa de darles la posibilidad de estudiar para luego hacerlas trabajar gratis “para servir a Dios”

— El Papa expresa su “vergüenza” por los casos de pederastia en Francia
A Claudia C. la fueron a buscar a la casa de sus padres cuando tenía 13 años, en 1979. Le dijeron que iban a hacer un sorteo entre muchas chicas para entrar a una escuela secundaria católica con beca y le dieron una estampa de Josemaría Escrivá de Balaguer para que le rezara.

+  COSECHAROJA.ORG   Sept. 2021

Cuando era chica la periodista Paula Bistagnino escuchó por primera vez sobre una escuela para chicas pobres a las que les enseñaban a servir la mesa, coser, planchar, lavar y cocinar para ser mucamas de las familias del Opus Dei. Fue el comienzo de la obsesión por saber cómo funcionaba esa organización del poder católico a la cual investiga desde hace más de una década.

*Paula Bistagnino es periodista. El 18 de mayo publicó junto a Nicolás Cassese la investigación ¿SERVIDORAS DE DIOS? El calvario de 43 mujeres que enfrentan al Opus Dei. También es autora de Heredero, una investigación publicada en Revista Anfibia que reveló las causas judiciales a las cuales se enfrenta el Opus Dei en diferentes países. 

En 1986 o 1987, a los nueve o diez años, escuché por primera vez lo de las mucamas del Opus Dei. Había venido a casa una prima de mi mamá. Estaba dando clases en una escuela de nuestro barrio, en la ciudad de Bella Vista, y pasó a saludar. Nunca me olvidé de lo que contó: era un colegio para chicas pobres que iban a ser mucamas; las chicas tenían 14 o 15 años y les enseñaban a servir la mesa, a coser, a planchar, a lavar y a cocinar; les daban además formación religiosa; vivían pupilas y no las dejaban salir a la calle ni ir al supermercado solas; apenas podían leer algunos libros o ver dos o tres películas que les pasaban siempre. Ella era profesora de educación física y no la dejaron mostrarles un video de volley porque había varones. No habían vuelto a ver a sus familias, porque todas eran de pueblos del interior de otras provincias. “Las educan y después van a ser empleadas de grandes familias del Opus Dei, acá o en otros países”, contó. 

Bella Vista es una ciudad del noroeste de la provincia de Buenos Aires, a 30 kilómetros de la capital del país, con fama de destino apacible de casaquintas con pileta, vida conservadora y familias numerosas. Tiene 35 mil habitantes y un boulevard arbolado que la atraviesa de punta a punta donde los bellavistenses van a caminar, andar en bicicleta, tomar mate y pasear. Justo ahí, donde el corredor verde se cruza con la avenida principal, en el medio del circuito peatonal, hay un monumento que interrumpe el paso: una foto enorme enmarcada en cemento del cura español Josémaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei y santo de la Iglesia Católica (...) 


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