Fernando Broncano R 17/10/21
Se ha hablado mucho en estos días de la entrada del diario de Rafael Chirbes que dedica a Trafalgar de Arturo Pérez-Reverte. Pensé copiarla entera porque no tiene desperdicio, pero mucha gente de quienes me leéis coincidiríais con Chirbes casi con sus palabras. Más interesante es la entrada del día anterior, que dedica a un artículo feroz de Andrés Ibáñez en ABC contra la generación de los escritores antifranquistas politizados. Un artículo que con una magnífica intuición Chirbes une a todo un movimiento aparentemente moderno y revisionista del franquismo: Ibáñez, Javier Cercas, Jordi Gracia,.... en general el revisionismo bien, "culto", de las páginas de cultura habituales ahora. Una generación, afirma Ibañez, de borrachos, fumadores, que no leen y que no saben valorar a Pynchon y Navokov. Se duele Chirbes de que lleva escuchando las mismas quejas desde hace cuarenta años. Doy fe de lo mismo. Cada generación se llena de Ibañez, Gracia, Cercas, y gente que no nombraré en filosofía. Bourdieu = Pierre Bourdieu lo explica muy bien. Os dejo aquí una muestra del apunte de Chirbes.
"Ibáñez entra a sangre y fuego en el campo de la literatura de la generación de los cincuenta, el campo de esos a quienes llama los borrachos (beben ginebra y fuman como tubos de escape). «Son duros. Son muy duros.» Corrieron ante los guardias, son marxistas, «les gustan las narraciones desoladas» y «despiadadas». Se quejan de que, con Franco, «no podían leer a Miguel Hernández. ¡No podían leer nada los pobres! [...] Les encanta Gil de Biedma, y en general, todo lo que es soso, menor, sobrio, discreto y, si es posible, descreído y desdeñoso [...]. Aman a Howard Hawks, a Ernest Hemingway y a Carver /Raymond Carver , pero odian a los americanos. No les gusta Borges. No les gusta Nabokov. No les gusta la ópera ni, en general, la música. No les gusta Thomas Pynchon. No les gusta Rubén Darío (es recargado)». Ibáñez dice que se dio cuenta de que él no era de ese grupo, ni compartía su estética cuando leyó un artículo «de uno de ellos» en contra de que se instalara Disneylandia en la costa mediterránea, porque a él le gustaba mucho la colección de Dumbo donde «el genial Carl Barks pintaba las historias del Pato Donald». A partir de ahí, el militante de la modernidad que se impone pasa a proclamar en tono vibrante sus fobias y sus filias: «Brel/ Jacques Brel es insoportable. Raymond Carver es un coñazo y ni él ni Paul Auster...» En cambio, «Borges y Nabokov son los mayores genios de la mitad del siglo...», y para terminar: «La palabra “compromiso” no significa nada y además huele a cadáver. El arte se dirige a la parte espiritual del hombre, mentecatos. La belleza no es un concepto burgués, ignorantes. Ya basta. Dejadnos un poco en paz. Callaos un poco, borrachos»: son las palabras con las que concluye un artículo que no tiene desperdicio, donde dispara a bulto, sin hacer muchos distingos, ni pararse en sutilezas."
Chirbes, Rafael. Diarios (pp. 411-412). Anagrama.
...........................
OTRA COSA: Julio Cortázar y su madre
No hay comentarios:
Publicar un comentario