La Vanguardia 8/2/22
El PP perdió la oportunidad de dejar moribundo al Gobierno derogando la nueva reforma laboral. ¿Cómo fue posible alcanzar un acuerdo de tal envergadura en una España en la que nadie se pone de acuerdo? Repasamos las claves
El error de un diputado del Partido Popular poco hábil en el manejo del voto electrónico ha impedido a Pablo Casado ejecutar la segunda emboscada de la calle del Turco. Una tecla mal pulsada ha frustrado una maniobra de asalto parlamentario que podía haber dejado al Gobierno con más plomo político en el cuerpo que el que recibió el general Prim el 27 de diciembre de 1870 en una callejuela de Madrid muy próxima al Congreso de los Diputados, que hoy lleva el nombre del Marqués de Cubas. La derogación de la nueva reforma laboral podía haber dejado moribundo al Gobierno. Podía haberle provocado una infección letal, como le ocurrió a Joan Prim i Prats, que circulaba por Madrid con una cota de malla debajo de la camisa, y que murió como consecuencia de una sepsis provocada por las heridas en una mano. [El general Prim fue uno de los artífices de la Gloriosa de 1868, la revolución liberal que envió a la reina Isabel II al exilio. Su obsesión era dotar a España de una verdadera monarquía liberal, con una nueva dinastía elegida por el Parlamento. Prim propuso a Amadeo de Saboya y le mataron antes de que el nuevo rey llegase a Madrid].
La segunda emboscada de la calle del Turco también quería interrumpir una nueva formulación de la política española. La quiebra de la nueva legislación laboral y su consiguiente repercusión política y social podían haber provocado (...)
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OTRA COSA: La Causa 539/36 | Xavier Moreda
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