Tulio Riomesta 2 April, 2021
Ricardo GlerarPODEMOS REPUBLICANO, ANTIFASCISTA, FEMINISTA, LAICO Y DIVERSO ✊ (ExS)
Participó con su mujer en la resistencia a la sublevación fascista de 1936 en Lavadores (Vigo). Ambos huyeron ante el avance de los franquistas, quienes los detuvieron en Redondela. Humberto fue condenado a muerte por el delito de “rebelión”, y asesinado el 30 de octubre de 1936 en Vigo. Ninguno de los directivos de la Sociedad Deportiva y Cultural de Lavadores a la que Humbert pertenecía, sobrevivió a los primeros meses del conflicto, ya fuera porque fueron ejecutados tras un simulacro de juicio o porque fueron «sacados» y asesinados.
Urania Mella Serrano, nació en Vigo en 1899. Era hija del anarquista Ricardo Mella y nieta del anarquista Juan Serrano Oteiza. Mujer muy culta, estudió Bellas Artes en la Escuela Municipal de Artes y Oficios de Vigo. Era maestra de piano y activa feminista dedicada a la alfabetización de las mujeres de la Casa del Pueblo de Lavadores. También presidía la Agrupación de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, y era miembro del Socorro Rojo Internacional.
Cuando fue capturada por los franquistas, tuvo que dejar en Vigo a sus 4 hijos, con sus hermanas. Los fascistas arrasaron la casa y se llevaron todo menos el piano, demasiado pesado. En consejo de guerra fue acusada de ser «persona de moralidad que deja bastante que desear», participar en «reuniones de carácter extremista», “revolucionar a las mujeres de Lavadores”, «la mujer que con más exaltación ha propagado las doctrinas comunistas del Frente Popular», “enseñaba a sus críos las doctrinas marxistas». Fue condenada a muerte por el delito de rebelión.
El historiador Julio Prada, editor del libro Franquismo y represión de género en Galicia (Catarata), señala que «Era inasumible que una esposa se dedicara a la política, debía estar haciendo la cena y acostando a sus hijos. Poco importa que ya lo hubiese hecho antes, ella estaba en un espacio que no le correspondía como mujer, transgrediendo los roles de género establecidos». Según la escritora Victoria Martins, fue una víctima efectiva de la represión franquista: “formó parte de aquellas mujeres de ideas avanzadas y singulares, que se habían visualizado socialmente en actos cívicos y políticos como manifestaciones, asambleas o mítines políticos».
La pena de muerte a Ucrania le fue conmutada, siendo recluida en la espantosa cárcel de Saturrarán hasta 1943. Las presas vivían hacinadas, apenas contaban con retretes, usaban un cubo para asearse, fregar los platos y lo que correspondiese. Pasaron hambre, las monjas hacían negocio con los suministros. La única carne que probaron fue la legión de gusanos que acompañaba las lentejas. Urania salió en libertad condicional en 1943, pero no pudo regresar a Vigo, “era un desastre para cualquiera de izquierdas», recuerda su hijo Raúl: «Vivíamos en un piso su amiga, María Gómez González, alcaldesa de La Cañiza (Pontevedra) durante la II República con la que había compartido prisión en Saturrarán, con su marido y sus 4 hijos, y mi madre y yo», Allí Ucrania cogía puntos a las medias, no podía trabajar como profesora de piano, los vencedores no lo permitieron (...)
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