ARA 27/01/2022
El escritor Alejandro Palomas, premio Nadal de 2018 con la novela Un amor, decidió hace unas semanas que necesitaba explicar abiertamente lo que había sufrido cuando era un niño. Siempre que lo había dicho en algún acontecimiento público la gente evitaba preguntar. No entiende el silencio. Tampoco el que han tenido las instituciones, sobre todo la Iglesia, a la hora de abordar el problema de los abusos sexuales
¿Qué le pasó a ese niño?
— Con 8 o 9 años pasó de ser un niño a aprender que la vida es una cuestión de supervivencia, y desde entonces ha vivido con la muerte muy cerca. He pensado muchas veces en suicidarme. No pensé nunca que ese niño llegaría a los 54 años. Era un niño muy afeminado, muy blanco, porque mi madre era albina, y esto en un pueblo como Vilassar de Mar, en los 70, era muy complicado. Aprendí desde muy pequeño que yo estaba solo, que era un impar.
Y abusaron de usted.
— Un hermano del colegio La Salle de Premià. A tres niveles: acoso, abuso y agresión sexual. A la edad de los 8 y 9 años. El hermano L era un hombre muy popular, con mucho carisma, muy querido. Era amigo de la familia, la extensión de mi padre. Yo confiaba en él. Para mí todo era horrible, y él era la única persona que para mí era mi casa. Yo lo buscaba porque me sentía protegido, pero con los años he aprendido que en esa casa recibí la peor tortura.
¿Cuánto duró?
— Desde cuarto de EGB hasta la Navidad de quinto. Durante las colonias de verano hubo una agresión sexual. El resto, tocamientos y masturbaciones. Soy el que soy ahora por haber pasado por aquello, no gracias a lo que pasé. Es una de las heridas que tengo, que no desaparecerá porque es una amputación y no una cicatriz. Pero el milagro es que estoy vivo.
Y por eso habla ahora sobre el tema (...)
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