miércoles, 6 de abril de 2022

Historia de la Transición: ni pacifica ni democrática.

Maria Toca Cañedo 

PODEMOS REPUBLICANO, ANTIFASCISTA, FEMINISTA, LAICO Y DIVERSO ✊ (ExS)

MARÍA TOCA   7 DE MARZO DE 2021

“Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado

Palabras del rey Juan Carlos I dedicadas a Franco en su toma de posesión en 1975.

Quizá sea necesario hacer historia para entender los procesos políticos actuales de nuestro país. Es posible que el bucle en el que se debate nuestra historia reciente se deba a su nacimiento ¿Cómo nació y se desarrolló la democracia española? Recapitulando la historia podemos, quizá con buena voluntad, remediar los defectos de fondo.

Franco muere en noviembre de 1975 con la dictadura en descomposición. Un frente abierto con el terrorismo de ETA, que bien no muestra la virulencia que tomará en años posteriores, pero ya se ha convertido en una gran amenaza. La voladura del coche de Carrero asesta un golpe mortal al sistema autárquico de Franco. Por un lado el Almirante es amigo querido del dictador, por tanto su muerte le afecta a nivel personal y por otro es el sucesor natural del Caudillo. Hay diversas conjeturas sobre el atentado que quedan en  nebulosa, incluso se llegó a decir que la CIA ayudó al comando etarra porque el interés americano no caminaba por los derroteros ideológicos de Carrero. Sea como fuere hay todavía mucho que investigar sobre el atentado que posiblemente cambió la historia.

La respuesta de Franco es taxativa. Un comando de jóvenes vascos y un integrante del FRAP son detenidos, juzgados sin ninguna garantía legal y condenados a muerte. El clamor internacional es total ante la sentencia. Los principales mandatarios mundiales piden clemencia a un Franco moribundo pero vengativo. No sirve de nada, un lacónico comunicado del ministro de Información y Turismo, León Herrera, comunica a la prensa que no se escucharán las proclamas internacionales de piedad para los condenados a muerte y que se procede a consumar la condena: “El Gobierno, en relación con cuatro causas instruidas por la jurisdicción militar por delitos de terrorismo y de agresión a fuerza armada, ha tenido conocimiento de las correspondientes sentencias y se ha dado por enterado de la pena capital impuesta a José Humberto Francisco Baena Alonso, Ramón García Sanz, José Luis Sánchez-Bravo Solla, Ángel Otaegui Echevarría y Juan Paredes Manot".

Era un sombrío sábado 27 de septiembre cuando se fusila a los jóvenes tras una farsa de juicio, en donde no hubo pruebas, ni armas, ni testigos, donde no se pudo ejercer la defensa de los detenidos, haciendo de la venganza y el crimen la rúbrica de un régimen que comenzó matando a españoles y terminaba de la misma forma. Sangre y lágrimas que la cercanía de la muerte del dictador no apiadó. Fueron fusilados al amanecer segando vidas jóvenes y dejando un poso de horror entre la ciudadanía.

Poco después, tras una lenta agonía, en noviembre, muere el dictador siendo proclamado rey el elegido, Juan Carlos I, que jura las leyes Fundamentales del Movimiento, creadas por el franquismo  apuntando a que será fiel al que le ha nombrado rey , puenteando al legítimo heredero de la Corona, su padre don Juan de Borbón.

Las leyes Fundamentales del Movimiento, son siete normas sencillas. Su base es que el poder emana de Franco, luego están las leyes inherentes al trabajo y las Cortes generales, que eran nombradas bajo la égida del dictador. Leyes hechas por y para perpetuar la dictadura franquista.
 
El presidente del gobierno es  Arias Navarro, sucesor de Carrero que mostró su ineptitud para liderar cualquier cambio. Es preciso cambiarlo para barnizar un régimen en descomposición en algo más presentable.

El franquismo no desaparece sino que se perpetúa vestido con ropajes democráticos

Hay una verdad innegable que nos pesa a los demócratas: la dictadura no fue derrotada. Franco murió en la cama y miles de españoles, en una larga fila siniestra de agasajo al muerto, presentaron sus respetos en un velatorio con España sumida en el luto. No se derrotó al fascismo como en el resto del mundo, tampoco hubo en España una revolución como la portuguesa donde el pueblo uniera fuerza con su ejército buscando la democracia. El franquismo, por tanto, no desaparece sino que se perpetúa vestido con ropajes democráticos.

Las presiones internacionales se hicieron patentes para efectuar un cambio, el nuevo rey tenía ante sí la idea de hacer una progresión hacia un sistema con vestimenta democrática pero el  entramado de poder estaba preñado de franquismo y franquistas. Era preciso maniobrar con astucia. El mentor del rey, Torcuato Fernández Miranda se convierte en el verdadero gestor de la ingeniería del “cambio” mediante presiones y noqueamiento a los franquistas consiguió que las Cortes votaran una octava ley Fundamental que anulaba las anteriores. Fue un verdadero harakiri político que se hicieron los franquistas. De estar activos detentando todo el poder pasaron a un estado no del todo letárgico.

Tengo grabada en mi retina la salida por el pasillo de las Cortes, con cara de fracaso y desolación, de un recalcitrante franquista, Girón de Velasco, que marcha cojeando hacia la inacción política después de haber votado No, a la nueva ley. De esa forma fueron las Cortes franquistas quienes propiciaron el llamado “cambio” La Transición estaba en marcha. Así nació la Reforma política, sin rupturas, sin traumas, pasando de la autocracia cruel a una democracia vigilada…por los mismos que la detestan.

La ideología franquista no se disolvió en absoluto, quedó latente disfrazándose  de ropajes democráticos en un travestismo escandaloso durante los  pocos meses que siguieron a la muerte del dictador. El mismo Suárez procedía de Falange como tantos otros políticos de UCD y del AP (germen del PP). Con esos mimbres se construyó el sistema del 77.

Durante los primeros años hubo constantes sobresaltos. Por un lado ETA agudizó los atentados, además de grupos de procedencia desconocida y sospechosa como el GRAPO. Caso singular, en cambio, fue el FRAP difícil de clasificar aún por la historia. Los sucesos sangrientos se alternaban en los sobresaltos a una ciudadanía sobrecogida. Mientras tanto se formaron grupos de ultraderecha afrentados y envalentonados por la pasividad y el apoyo tácito de las autoridades. Los Guerrilleros de Cristo Rey (famosos por sus cadenas y golpes a manifestantes y a cualquiera que osara mostrar izquierdismo), Ejercito Nacional Anticomunista, Antiterrorismo ETA, a la vez que se llenaban las cloacas del Estado con el advenimiento de conocidos terroristas internacionales de la trama negra. Italianos y argentinos arribaron para “salvar” España.

La Ley de la Reforma Política se vota en referéndum el 15 de diciembre de 1976 con un voto de un 77% del censo y un 80% de votos positivos. Votar no, era apoyar al franquismo, se decía entonces, comenzando una cantidad ingente de falacias históricas.

Poco después se crea  la Comisión Constituyente para redactar la nueva Constitución con 3 miembros de UCD (recordemos, muchos de ellos provenían del franquismo) 1 miembro del PSOE, 1 del PCE, un catalán (Roca Yunyent ) y 1 de AP. La Constitución se refrenda también en referéndum el 6 de diciembre de 1978, con un 87,76% de votos favorables.

Durante ese tiempo hay varias crisis militares. Los altos mandos del ejército son franquistas, han sido formados por el franquismo con el ideario de la Guerra Civil, y no tienen ningún interés en un sistema democrático. No se les depuró ni hubo políticas serias de formación del estamento militar a los nuevos aires democráticos.

El 21 de septiembre de 1976, dimite el general Fernando de Santiago, por las negociaciones que seguía el gobierno con CCOO, entonces aún clandestinos. La legalización del PCE fue un golpe terrible para el ejército que basaba toda su formación en combatir a los comunistas. El Consejo General del Ejército se reúne el 14 de Abril de 1977, recién legalizado el PCE, haciendo un comunicado en donde se dice que acatan por disciplina la legalización pero muestran un firme rechazo a la misma. El gobierno de Suarez pide a Carrillo un gesto para apaciguar a los militares. Éste admite la monarquía, respeta la unidad de la patria y adopta la bandera rojigualda, abjurando de la conciencia republicana que todo comunista sincero lleva consigo.

Hay una anécdota contada por mi querida Marisol González referida por el viejo guerrillero Jesús de Cos, su marido, que recordaba cómo en el primer mitin que realizó el PCE en Madrid, con la emoción del momento, sufrieron la enorme decepción de ver cómo el ideario republicano que los llevó a luchar contra el fascismo se arriaba de forma pública y notoria ¿Fue  necesario? ¿Era imprescindible en base a la pacificación del país abjurar de los ideales de la izquierda republicana? Creemos que no, en todo caso jamás sabremos qué hubiera pasado de no hacerlo. Quizá tengamos la respuesta en los que se resistieron a entrar por el aro de las consignas dictadas por el poder: léase los anarquista de la CNT, barridos por el montaje del caso Scala y el Partido Carlista, con los sucesos de Montejurra que luego explicaremos.

 
Mientras se avanza en la Reforma Política, siguen los movimientos militares. En 1978, hay un conato que fue el origen del golpe de estado posterior, llamado Operación Galaxia, liderado por Tejero y varios generales. Se les trató con vaselina, no hubo represalias a la conjura lo cual les dio alas para seguir conspirando. El miedo al pronunciamiento militar era palpable y marcó de forma total la política de aquella época, a la vez ETA asestaba golpes de forma constante regando las ciudades de sangre lo cual enfurecía más al ejército y le ofrecía argumentos para conspirar.

Se nos ha convencido de que la democracia fue traída a España por ciertos líderes políticos a los que se les concede una altura que jamás tuvieron. El rey emérito, a la sazón Juan Carlos I, el presidente del gobierno Adolfo Suarez, los ministros Martin Villa, incluso un espécimen como Manuel Fraga Iribarne, simplemente estuvieron ahí poniéndose de cara a un viento irremisible, la necesaria transición de una dictadura autocrática y desfasada a una supuesta democracia. Sin romper ningún molde. Sin deshacer la historia cruenta de la dictadura, sin depurar a nadie…Es decir haciendo la cuadratura del círculo. Algo a todas luces imposible pero que fue aceptado a la trágala, por los políticos de la izquierda.

Ni Juan Carlos ni Suarez eran demócratas vocacionales, por formación, por ascendencia y por su propio carácter

Si de algo pueden enorgullecerse los supuestos líderes de la Transición es por su capacidad  negociadora y en la disposición para tragar y hacer tragar sapos al contrincante. Ni Juan Carlos ni Suarez eran demócratas vocacionales, por formación, por ascendencia y por su propio carácter. Solo veían la necesidad de estar con los tiempos a menos de provocar un caos de considerables consecuencias que los barrería. No entro a juzgar si fue lo que se “pudo” hacer por las circunstancias o se debió arriesgar más. En todo caso los que lideraron el proceso, está claro que no querían, ni por formación ni por tradición, profundizar más y hacer una limpieza del fascismo en  las instituciones.

No se depuraron ni la justicia, ni el ejército, ni la policía, ni la Guardia Civil, al contrario, siguieron en puestos de responsabilidad los esbirros de la dictadura, como Billy el Niño o el siniestro Teniente Conesa (viejo confidente de la peor calaña durante la dictadura) recibieron honores y publicidad durante gran parte de la Transición. El poder fáctico siguió en manos de viejos franquistas que apalancaron cotas mientras conspiraban sin tregua. Viví y conocí casos clarísimos de torturas efectuadas por los mismos torturadores que ejercían su horrenda labor en el franquismo. Nadie los movió, nadie los molestó y se les otorgaron medallas.

Quizá reconocer los cientos de muertos por la libertad hacen tambalearse el relato que nos pretenden hacer creer

Si de algo podemos enorgullecernos como país es de la contienda que el pueblo hizo en la época, en pos de los derechos. Manifestaciones, actos culturales, huelgas, manifiestos de un pueblo que luchaba por la libertad, jugándose la vida, como veremos luego, por salir del enorme túnel de una dictadura de cuarenta años y una postguerra que duraba demasiado tiempo. Ellos, el pueblo soberano y no los líderes, fueron los héroes. Muchos perdieron la vida. Justo es recordarlos y honrarlos como merecen, porque la historia oficial los ningunea de forma escandalosa, quizá porque reconocer los cientos de muertos por la libertad hacen tambalearse el relato que nos pretenden hacer creer. Que fueron ellos, el poder heredero del franquismo quienes trajeron la democracia. Y no, al contrario, pensamos que  fue a pesar de ellos.

Las personas que vivimos de forma consciente la Transición sabemos perfectamente el continuo sobresalto en que se vivía entonces. Los muertos eran noticia diaria, unos, los del bando oficial, celebrados con alharacas y funerales de Estado, otros, los del pueblo, ocultados y en muchos casos calumniados de forma denigrante.

Haremos una relación de los sucesos más importantes de la Transición para demostrar cuan falaz es la teoría de conquista pacifica de la democracia. Fue un territorio minado de odios, confabulaciones, crímenes de estado que han quedado impunes en su mayoría.

Comenzamos con los sucesos acaecidos el 3 de Marzo de 1976 en Vitoria.

La agitación sindical en estos años era continúa, con los sindicatos de clase ilegales y los verticales denigrados y aún con poder. Un grupo de sindicalistas se reúnen en la iglesia de San Francisco de Asís. Han convocado una huelga; en ese tiempo la iglesia era refugio para debatir y planificar las luchas sindicales. Llega la policía Armada (los temidos y odiados grises) piden al párroco que desaloje la iglesia. Los sindicalistas no ceden y se quedan, el párroco confirma a la policía que no se van a mover. Era ministro de Interior Manuel Fraga Iribarne, que monta en cólera ante el desafío dando orden de ataque al templo. Martín Villa era ministro de Relaciones Laborales, está informado de todo. El gobernador civil de Vitoria es un antiguo falangista, Rafael Landín.

Jamás hubo detenidos por esos crímenes ni se pidieron responsabilidades a los políticos implicados

La policía lanza botes de humo dentro del recinto religioso (según el Concordato firmado por Franco con la Santa Sede, la iglesia es inviolable) los concentrados comienzan a salir ahogados por el humo. Los primeros son recibidos a porrazos y con balas de goma…para al momento, pasar a las otras balas. Las que matan. Los trabajadores Francisco Aznar (17 años) Romualdo Barroso (19 años) María Martínez (27 años), Bienvenido Pereda (30 años) y José Castillo (32 años) caen abatidos y muertos por las balas de las Fuerzas del Orden. Los heridos son 150. Landín y los agentes implicados en los actos se justifican con el argumento de que los trabajadores concentrados eran agresivos…Jamás hubo detenidos por esos crímenes ni se pidieron responsabilidades a los políticos implicados.

La matanza de Atocha, en 1977, es bien conocida por lo que no incidiremos en ella, solo reflejar el nombre de los asesinados, que fueron  Enrique Valdevira (34 años) Ángel Rodríguez (26 años) Francisco Javier Sauquillo (29 años) y Serafín Hidalgo (27 años). Los criminales que dispararon contra ellos fueron Carlos García Juliá, huido en 1994 en un permiso penitenciario, Fernando Lerdo de Tejada, paradero desconocido y José Fernández Cerrá, también con paradero desconocido. Martín Villa era ministro de InteriorSigue la impunidad.

En Málaga el 4 de diciembre celebrándose el Día de Andalucía, miles de banderas ondean al viento, salvo en la Diputación donde el presidente de la misma, otro falangista, se niega a izar la bandera verdiblanca. Un escalador, Juan Manuel Trinidad Berlanga, trepa por la pared con la bandera y logra izarla en el balcón de la Diputación. Al momento, la policía carga contra los más de 200.000 manifestantes que están concentrados por la ciudad. Uno de ellos, García Caparrós, temporero sindicalista de CCOO cae abatido por una bala que le entra por la axila, disparada por un policía a quemarropa. Muere tirado en la acera, ingresando cadáver en el hospital. La bala ha desaparecido y jamás se pudo encontrar por lo que no hay pruebas y la impunidad cubre el crimen. A día de hoy la familia sigue clamando justicia por el caído. Sin resultados.

Hoy tiene una lápida que cada poco hay que reponer porque los descendientes de los asesinos se encargan de arrancarla

Yolanda González, bilbaína, estudiante en Madrid, sin mayor significancia política la sacan de su casa, es llevada a un descampado, la torturan y la asesinan tirándola a una zanja después. El típico “paseo” de la postguerra. No hay detenidos, no hay investigación. Hoy tiene una lápida que cada poco hay que reponer porque los descendientes de los asesinos se encargan de arrancarla. Como si además de asesinarla quisieran borrar su memoria.

El 9 de Mayo de 1976, se concentran los carlistas para ascender al Montejurra, su monte sagrado. En los últimos años, el descendiente directo de don Carlos y jefe del carlismo, don Carlos Hugo Borbón-Parma, ha virado del ideario conservador que apoyó sin fisuras a Franco hacia un socialismo federalista y autogestionario. La familia Borbón- Parma ha sido expulsada de España en 1966. Con la muerte de Franco regresan e impulsan el ideario que les mueve. Tal es así que el Partido Carlista funda junto con el Partido Comunista de España la llamada Junta Democrática a la que lentamente se van uniendo el resto de partidos de izquierda.  El viejo axioma de Dios-Patria y Rey es sustituido por Socialismo-Federalismo y Autogestión. Ese viraje de los socios antiguos,  molesta al sistema. Es ministro Fraga que decide dar un golpe de mano definitivo para descabezar el movimiento carlista con su nuevo ideario que arraiga con rapidez en Euskadi y Navarra, con vieja tradición carlista. En los días anteriores a la concentración del Montejurra, hay movimientos claros de violencia. En los aledaños de Pamplona se dan cita grupos y personajes del terrorismo negro internacional. Argentinos, e italianos conocidos terroristas implicados en atentados sangrientos en sus países están por la ciudad. La policía y el ministro Fraga, no solo lo saben…sino que lo alientan con la complicidad que genera la afinidad ideológica con los grupos de extrema derecha.

Comienza la subida, son más de 10.000 carlistas que emprenden el camino. Al llegar a la cima del Montejurra una ametralladora recibe a los recién llegados, cae malherido Ricardo García Pellejero, cuando llega a la base ya está muerto. Los que aún no habían subido, son emboscados en la base por José María García-Verde (el hombre de la gabardina, se le llamó, porque infinidad de testigos le nombran vistiendo una vistosa gabardina blanca) Dispara repetidamente con su pistola contra Aniano Jiménez Santos miembro de la HOAC, cayendo asesinado como consecuencia de los disparos.

Los atacantes son seguidores del hermano de don Carlos, Sixto Borbón- Parma, que quiere mantener las esencias del carlismo autentico y se enfrenta al primogénito y cabeza visible del movimiento. Las numerosas fuerzas de orden público destacadas para el acto no solo se mantienen neutras sin intervenir sino que escoltan a don Sixto hasta la frontera francesa. No hay responsabilidades, el ministro de Interior, Fraga, dice que se trata de una lucha entre  hermanos… Nunca se celebra juicio. Fueron detenidos tres personas que al cabo de seis meses son puestos en libertad y poco después se acogen a la Ley de Amnistía del 1977. El carlismo, como después el anarquismo, queda desarticulado y manchado para siempre por los sucesos sangrientos del Montejurra. Esa es la forma de actuar de la modélica Transición española. Todo movimiento que no se pliega al relato oficial es aniquilado.

Si hay un caso que sintetiza el descontrol y la terrible realidad de la Transición española, es el atentado ocurrido el 20 de Septiembre de 1977

Si hay un caso que sintetiza el descontrol y la terrible realidad de la Transición española, es el atentado ocurrido el 20 de Septiembre de 1977, en la barcelonesa calle de Tallers, donde en el número 77, tenía su sede la revista satírica El Papus. Esta revista hacía sarcasmo con la simbología franquista, ridiculizando su parafernalia, convirtiéndose en crítica anarcoide del sistema y todo un icono de los 70. Escribían en ella profesionales de importancia como Maruja Torres, Vázquez Montalbán, Antonio Franco, Joan Sagarra, L´Avi, entre otros. A las 11:40 de la mañana, Rosa Lores, secretaria de la revista recoge un maletín que entrega al conserje Juan Peñalver, estallándole en las manos de inmediato. El maletín iba dirigido a la dirección de la revista, a nombre de Xabier Echarri, su director, de no haber estallado de forma precipitada la masacre producida hubiera sido  de considerables proporciones. Fue reivindicado por la Triple A (Alianza Aticomunista).  En el atentado murió de inmediato el conserje Juan Peñalver, Rosa Lores sufrió heridas de importancia, que la dejaron secuelas de por vida y hubo 17 heridos de gravedad. El proceso duró más de seis años. Nadie fue condenado por el atentado. La muerte fue tramitada como accidente laboral, la editorial no fue indemnizada y el acto no se consideró terrorismo.

Lo ocurrido en el caso Scala de Barcelona, ha sido debidamente tratado por nuestra publicación. Como en el caso de Montejurra, todo apunta a una conveniente conjura en pos de desarticular los movimientos molestos al régimen. Todo aquel que sale del relato previsto es anatema y ya se encargan las fuerzas represoras de “montar” el consabido aquelarre donde la muerte, el descrédito se hagan cargo del fin de los disidentes.

En 1981 se produce el trágico caso Almería que tiene por víctimas a tres chicos que residen en Santander

En 1981 se produce el trágico caso Almería que tiene por víctimas a tres chicos que residen en Santander, aunque uno de ellos es de Almería. Luis Cobo Mier (28 años), Luis Montero García (33 años) y Juan Mañas Morales (24 años) emprenden viaje hacia Almería para asistir a la primera comunión del hermano pequeño, Francisco Javier, de uno de ellos. Pernoctan en Madrid, se les avería el coche, deciden alquilar uno que les conduce hasta Roquetas de Mar. Mientras tanto, en Madrid, ETA comete un atentado contra Joaquín Valenzuela, jefe del Cuarto Militar del Rey, lo dejan malherido y matan a tres militares que le acompañan. Se monta un dispositivo de búsqueda de los etarras. Alguien, relacionado con el percance del coche de los jóvenes, los denuncia al ver la foto en los periódicos. La guardia civil recaba los datos a los familiares que son aportados sin omitir detalle. Al frente del operativo está el coronel Castillo Quero, Teniente Coronel de la Guardia Civil calificado por un compañero de carrera, como imbécil integral y loco, que decide colgarse la medalla de la detención a cualquier precio. Cuando desde Santander se ha cursado ya la orden de que no son sospechosos, es tarde,  han sido detenidos y torturados hasta la muerte. No queda más que incendiar los cuerpos dentro del coche que han alquilado y simular un accidente.

Fueron procesados tres de los once guardias que participaron del crimen: el teniente coronel Castillo Quero, que en el momento de los hechos estaba al frente de la Comandancia de Almería y era el mando de la operación, el teniente Gómez Torres y el guardia Fernández Llamas. El juicio fue una farsa total, en donde a las víctimas se les siguió considerando etarras, insultando su memoria. El abogado de la acusación, Darío Fernández sufrió acoso constante de parte de la Benemérita, hasta el punto de tener que esconderse en una cueva. Se le colocó una bomba en el coche. A los diversos defensores de la verdad de los hechos,  en la ciudad de Almería se les acosó sin piedad durante mucho tiempo. Las penas fueron irrisorias.

Castillo Quero, salió de la cárcel a los tres años, por reducción de pena, buen comportamiento, además de tener, todos los implicados,  una estancia cómoda en prisión.  En 1985, la esposa de Castillo Quero, solicitó del gobierno una reparación a su marido por “servicios a la Patria” Todavía hoy la Guardia Civil no ha admitido su error ni ha cambiado su  versión de los hechos.

En todos los casos nos encontramos con dos siniestros personajes de nuestra historia, Manuel Fraga Iribarne y Rodolfo Martín Villa, llamado este último La Porra de la Transición. Contra él, la jueza María Sarvini, dictó orden de detención que no ha sido posible efectuar. Ni tan siquiera ha sido citado a declarar en España por los delitos que se le acusan. Los sucesivos gobiernos han amparado al ministro y no han permitido que en ningún caso se le imputen responsabilidades políticas por tantos sucesos oscuros. Recordemos que siendo ministro Martín Villa se le concede al siniestro González Pacheco (Billy el Niño) la medalla al Mérito Policial

En julio de 1978 un destacamento de la Policía Armada de la Reserva de Miranda de Ebro al mando de un capitán entran en Rentería y durante más de 40 minutos destrozan todo a su paso. Rompen lunas de escaparates, aporrean a la gente de la calle, destruyen mobiliario urbano. Los testigos contaron que la excitación y la descomposición de la policía era notoria. No hubo castigo ni investigación.
 
En julio de 1978 en plenos San Fermines, ocurre un suceso que fue predecible. Navarra era una vieja reivindicación de Euskadi como parte nacional de Euskal Herria, las manifestaciones abertxales se suceden. En noviembre del 77ETA asesina al Comandante Joaquín Imaz que dirige a la Policía, le sustituye Fernando Ávila García que procedente de la Legión busca dar un escarmiento a toda costa a la ciudadanía euskaldún. En mayo cae asesinado el subteniente de la Guardia Civil Juan Antonio Eseberri.

En el segundo día de festividad, en la plaza de toros de Pamplona, ha finalizado la faena del sexto toro de la tarde, cuando unos jóvenes despliegan una bandera por el ruedo pidiendo la libertad de los presos políticos. Al momento 40 miembros de la Policía Armada irrumpen en el coso, al mando está Manuel Rubio. Al principio disparan pelotas de goma para poco después llegar al fuego real. Caen siete heridos de bala. La gente entra en pánico y se dispersa. En el cruce de la calle Roncesvalles con Carlos III a las 22:15 Germán Rodríguez, pamplonés joven, militante de la LCR, recibió un tiro en la frente, falleciendo poco después.

Las concentraciones se tornan revueltas intentando asaltar al Gobierno Civil y al Palacio de la Diputación Foral. La ciudad está tomada por los disturbios con gran destrozo urbano, hay 11 heridos de bala, 150 heridos de diversas causas. La protesta se extiende a Euskadi; en Donosti Joseba Barandiarán cae abatido por las balas policiales en una manifestación. Después de dos días de duelo se suspenden los San Fermines, cosa que solo ha ocurrido dos veces en su historia.

Es ministro de Interior Martín Villa. Nadie es juzgado, no se piden responsabilidades, incluso el ministro niega que fuera la policía quien mató a Germán. Solo dimite el gobernador civil, Ignacio LlamaNadie es procesado ni detenido.

No tocaremos en este artículo los sucesos donde se vio implicado el GAL, ni el golpe de Estado del 23 F, quedando para un próximo capítulo de nuestro camino a través de reescribir la historia. Llegamos con este artículo a los años iniciales de esta Transición que llegan hasta el año 1982 con el triunfo del PSOE en las elecciones generales. Muchos se empeñan en que la Transición fue modélica, produciendo un proceso pacífico y exento de sobresaltos, cosa totalmente falaz como comprobamos en esta recapitulación. Creemos que cayeron muchos luchadores, inocentes a los que no se les hizo justicia y pensamos que son muertes que jamás pueden olvidarse.

A continuación paso a detallar una relación de fallecimientos que sucedieron en la época. Según un estudio realizado por Sophie Baby.

Hubo 714 muertos en total, en el periodo que va desde 1975 a 1982. Distinguimos en grupos las distintas víctimas.

376 muertes son imputables a ETA

75 son directamente imputados a grupos de extrema izquierda (GRAPO, FRAP)

67, a grupos de extrema derecha

17, sin atribución clara.

178, son imputables a la violencia de Estado. Entre ellos 30 son terroristas abatidos, el resto civiles.

Fuente: La Pajarera Magazine



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